El sanantonino que lleva una cafetería en su negocio-bicicleta
Con la intención de aumentar sus ingresos, José Riquelme (48) comenzó a vender sándwiches para el desayuno. Tras 15 años de sacrificio, su emprendimiento se ha convertido en todo un éxito y eso lo tiene muy contento.
Por muchos años José Riquelme Fuentes (48) trabajó en pubs y restaurantes de la comuna como garzón y barman. Como el dinero que ganaba no le alcanzaba para vivir, comenzó a buscar otras alternativas que le permitieran aumentar sus ingresos.
Tras darle varias vueltas en su cabeza, decidió aprovechar los conocimientos gastronómicos que fue adquiriendo en los lugares donde trabajó y, gracias a la ayuda de su mujer, empezó a vender desayunos, de lunes a sábado, en distintos puntos y locales comerciales de Barrancas y Llolleo.
Han pasado 15 años desde que José salió por primera vez de su casa en Colinas del Mar, con una bicicleta adaptada para la ocasión y un cooler repleto de sándwiches y muchos sueños. Según su propia confesión, fue la mejor decisión que pudo tomar.
"Gracias a Dios me ha ido muy bien. La clientela que tengo es muy buena y siempre que puedo les agradezco porque al final ellos me dan trabajo", dice José mientras entrega los últimos pedidos del día en Llolleo.
"Al principio iba local por local para darme a conocer, pero con el pasar de los años, la gente me fue conociendo y confiando en mí", añade.
-¿A qué hora comienza con la venta de desayunos?
-Salgo de mi casa en Colinas del Mar a las 7.45, pero me levanto a las 5 a preparar los sándwiches. Diariamente hago unos cien.
José explica que gracias a la ayuda de su mujer logra tener todo listo para su fiel clientela. De lo contrario, no podría. "Ella es fundamental en todo esto", admite.
-¿Y cómo lo hace para echar todo arriba de su bici?
-Esta bicicleta la tengo desde que partí. De a poco la fui adaptando porque al principio vendía sólo sándwiches, pero después los clientes me fueron pidieron tecito y café y ahí tuve que arreglármelas.
Reconoce que al principio, esa petición le causó algunos resquemores porque el tema del agua caliente "me complicaba", pero al final se las ingenió para instalar un termo de 12 litros arriba de su "joyita".
-¿Y qué pasa cuándo se queda sin agua caliente?
-Afortunadamente tengo tan buenos clientes que ellos me facilitan el agua caliente cuando se me acaba. Yo sólo llevo mi hervidor.
-¿De a poco ha ido adaptando la bici?
-Sí, pero no ha sido fácil porque igual uno anda con harto peso porque tengo el termo, el cooler con los sándwich, el azúcar, el endulzante, té, café, Milo, aguas de hierbas, vasos de plumavit, cucharas y una bolsa para botar la basura.
-¿No ha pensado en comprarse un auto?
-Todos me dicen lo mismo, pero la verdad es que yo no puedo manejar porque tengo varias enfermedades a la vista, como por ejemplo, miopía. Esto también me trajo problemas para conseguir trabajo porque nadie me quería contratar y en varios lugares fui discriminado.
-¿Y qué pasa con los automovilistas, lo respetan cuando anda en la bici?
-Siempre ando por la vereda, pero la verdad es que nunca he tenido problemas. A veces voy en la carretera como si estuviera solo (ríe) y gracias a Dios nunca me ha pasado nada. Cuando pincho la rueda me da un poco de rabia y me dan ganas de tirar lejos la bici, pero al final se me pasa. Tampoco he tenido caídas porque ahí sí que sería fome.
Recorrido
La primera parada que hace este trabajador de 48 años es a las 8 horas en la Copec ubicada a metros del estadio Olegario Henríquez, en Barrancas. Allí lo esperan sus clientes que disfrutan del pancito con queso fresco, pernil o pollo que puede ser acompañado por un café, té, leche, Milo o agua de hierbas. "Los desayunos parten en los mil pesos".
En este lugar está cerca de una hora y después su recorrido continúa por distintos locales comerciales de Llolleo.
En medio de la entrevista, José hace un alto en la conversación para atender un llamado telefónico de un cliente.
-¿También se le puede hacer el pedido por teléfono?
-Es que en estos 15 años ya tengo clientes que me llaman para saber dónde estoy porque ya les ha pasado que llegan al lugar y yo me acabo de ir. A veces me piden que los espere porque vienen atrasados y como son tan buenos clientes, yo los espero un ratito.
-¿Y cómo lo hace cuando está lloviendo?
-Eso me complica un poco porque a veces yo preparó los sándwiches en la mañana y antes de salir se pone a llover. Ahí no me queda más opción que trabajar nomás porque no puedo perder los productos y otras veces ocurre que se pone a llover como a las 5 de la mañana, así que decido no salir, pero a las 8 la lluvia se acaba y al final pierdo el día.
La jornada laboral de José termina cerca de las 13 horas. Después de eso regresa a su casa, comparte un rato con su familia y en la tarde sale a hacer la compra de los insumos para el día siguiente.
"La verdad es que la mañana se me hace corta, así que en las tardes me dedicó a hacer las compras porque me gusta dejar todo listo. Después llego a la casa a preparar el pollo y todo lo relacionado con los sándwiches y en la mañana sólo armo. Afortunadamente ya tengo experiencia porque trabajé en los Lucernita y en el Cariño Malo, y ahí fui aprendiendo", señala.
-¿Cuál ha sido la clave para el éxito en su negocio?
-Creo que la gente ha confiado en mí, además yo siempre he sido muy tirador para arriba, por eso, ahora que lo pienso con más calma, siempre tuve que dedicarme a esto porque me ha ido muy bien.
José cuenta que a veces no alcanza a salir de su casa, y sus vecinos ya lo están esperando para que les venda un desayuno.
"A veces tengo que terminar antes de lo presupuestado porque se me acaba todo", sostiene.
Afirma que si hubiera sabido que le iría tan bien con la venta de desayunos, no habría intentado buscar empleo en otros rubros. "En este trabajo me ha ido muy bien, por eso estoy agradecido, además que a estas alturas no me veo haciendo otra cosa. He tenido suerte porque hago lo que me gusta y la clientela que tengo por años es un siete".
Ya son casi las doce del día, así que tras una entretenida conversación, José ordena un poco la bici para seguir adelante con su recorrido. "Me están esperando en otro negocio así que nos vemos".