Raúl Abarca Pailamilla
El clásico de la Asociación de Fútbol de San Antonio, entre Juan Aspeé y Torino tuvo de todo: emoción, goles, buenas jugadas y mucha garra. Sin embargo, el único detalle que faltó fue el árbitro. ¡Sí, el árbitro!
Una hora de retraso tuvo el compromiso hasta que al fin consiguieron un juez. Pero la demora casi ni se notó con el espectáculo humorístico que montó el "Empaná" en la barra de los dueños de casa.
David Serrano, un pintoresco hincha de los naranjas, ayer transmitió durante todo el partido. Este vendedor de empanadas y arsenalero se despachó una metralleta de tallas desatando las carcajadas de los fanáticos hasta que apareció un improvisado árbitro para impartir justicia en el recinto de Juan Aspeé.
A las 16.45 horas dio el pitazo inicial Cristián Urra para un duelo agendado a las 15.45 horas.
Pierna firme y mucho juego en el mediocampo fue la tónica durante gran parte del primer tiempo. Torino dominó los primeros pasajes del clásico con un Roberto Campos imparable por la banda derecha del ataque azulgrana.
El habilidoso delantero tuvo su premio a los 25 minutos, luego de tres intentos. El escurridizo zurdo ganó en velocidad y sacó un furioso disparo al segundo palo del arquero Jesús Flores.
El gol le dolió a los locales y desesperados comenzaron las embestidas contra el arco rival. Sin embargo, el desorden era total en la escuadra adiestrada por Michel Ramírez.
La desesperación dio paso a la ansiedad y esta a la pierna fuerte de los naranjas. Fernando Flores era el encargado del juego sucio en el mediocampo y así con más ímpetu que con inteligencia, los dueños de casa consiguieron el empate.
Brayan Flores puso la igualdad a 10 minutos del final del primer tiempo, tras una impecable habilitación del volante creativo Carlos Vásquez, uno de los puntos altos de los locales. 1a 1 se fueron al descanso.
Tras la reanudación, despertó el dueño de casa. Los locales dominaron todo el segundo tiempo de principio a fin y la recompensa fue en grande.
A los 47 minutos, el rapidísimo Flores celebraría por segunda ocasión y adelantaría a su equipo en el marcador. La velocidad de este delantero y la precisión de los tres en punta ayudó a aumentar la diferencia.
Roberto Gutiérrez robó una pelota y arrancó por la banda derecha para servirle el gol a su compañero Vásquez para el 3-1, a los 55 minutos. La estocada final corrió por cuenta de Brayan Ureta, tras una habilitación precisa de Vásquez, a los 36. Juan Aspeé remontó un encuentro y celebró frente a su clásico rival entre risas y ante un improvisado árbitro.