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Frío, pobreza y solidaridad: el largo invierno de un frágil campamento del cerro Bellavista

Las familias requieren la ayuda de la gente para enfrentar esta dura época.
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Rodrigo Ogalde

Subiendo por la calle San Antonio de las Bodegas está la quebrada de Bellavista. Ahí, entre añosos eucaliptos, están las 13 mediaguas que forman el campamento Bita Nueva, un lugar donde todo parece de una época de grandes carencias sociales. Ahí las familias levantaron sus hogares en medio de la pobreza de una toma. Ahí el frío es pan de cada día en invierno. Ahí la gente sabe que el sueño de la casa propia y digna es tan largo como las gélidas mañanas de junio. Ahí, hoy, se necesitan manos solidarias que les den a humildes niños un poco de esperanza en esta sociedad exitista.

Un equipo de Diario El Líder, a solicitud de quienes viven en este campamento, visitó el lugar para conocer la realidad de estos sanantoninos. Ellos están organizando un bingo para reunir fondos y postular a los subsidios que entrega el Estado a través de Serviu. Dicha actividad se llevará a cabo el sábado 24 de junio, a las 19 horas, en la Casa de Piedra, en Bellavista, Brasil.

Gema Marchant cuenta que esta toma data de hace unos 13 años, periodo en que no han logrado avanzar mucho para salir de esta situación. No tienen electricidad, menos agua potable, aunque esos servicios difícilmente los hallarían en un terreno donde era ilegal instalarse. La necesidad, muchas veces, es más urgente, que la misma realidad.

Mientras Gema relata la historia de la toma, comienzan a acercarse otras mujeres que viven en estas débiles moradas.

Karla Guerra (25) tiene ocho meses de embarazo. Vive en una mediagua autoconstruida que no mide más de 18 metros cuadrados. A ese inmueble ingresamos y la sensación al estar ahí dentro es de sentir un frío húmedo, un frío incluso más potente que las bajas temperaturas que había ayer al aire libre en San Antonio.

Luis Ibaceta, el marido de Karla Guerra, se pinta la cara. Está a punto de salir a trabajar a las calles como payaso. "Soy el payasito ´Agujita´ y con mi mujer trabajamos haciendo humor en Melipilla. Ahora que está embarazada no puede salir mucho", dice este hombre de 34 años.

Ambos comparten en su hogar junto a su hija Antonella, de sólo 4 años. La habitación, de madera reciclada, no tiene forro, aunque Karla y Luis le han puesto cartones para evitar que el helado invierno se cuele entre las rendijas. Pero no hay caso, el frío es cruel y los tres duermen juntos en una sola cama de plaza y media.

"Necesitamos más abrigo para los niños en nuestro campamento, sólo queremos un poquito más de dignidad para vivir", afirma Luis Ibaceta, quien se emociona y no puede evitar que el llanto caiga sobre la pintura blanca con que armaba en su rostro el aspecto de payaso. La imagen es dolorosa.

En "Bita Nueva" viven ocho niños. Todos ellos habitan estas casitas llenas de pobreza, y aunque entre los mismos vecinos se ayudan para mejorar las condiciones de sus piezas, lo cierto es que en esta época del año los pequeños sufren los efectos de las ondas polares.

"Para cuando nazca mi guagüita esperamos tener forrada nuestra casa", sostiene Karla Guerra, quien apenas camina con su panza regordeta.

Gestiones

Carlos Rubio, el esposo de Gema Marchant, es el presidente del Comité de Allegados Bita Nueva, cargo con el cual pretende llevar a este grupo de familias a cumplir el sueño de la vivienda digna y propia.

"Lo principal, en lo inmediato, es tener agua potable y por eso estamos haciendo gestiones con el alcalde Omar Vera para buscar una solución a esto", asevera el dirigente.

Rubio agrega que con el bingo del próximo 24 de junio reunirán dinero para que cada familia tenga, en un plazo que vence en octubre, los $300.000 que requieren para postular a un subsidio habitacional.

Justo cuando Carlos Rubio hablaba del campamento, una suave lluvia comienza a caer sobre los techos forrados en nailon de estas casas. Por eso, él aprovecha de decir que para el bingo necesitan premios y se atreve a pedirle a la gente de San Antonio que les pueda ayudar a juntarlos. Quienes quieran colaborar llamen a los números 967544500, 976934129 o al 969012221.

Las familias requieren ropa de abrigo para niños de entre uno y doce años, y también planchas de zinc o de internit . Toda ayuda ellos la agradecerán.

"Ojalá nos puedan ayudar con planchas para forrar nuestras casas. Si pudieran donar alguna estufa que no sea eléctrica, me ayudarían mucho", añade Karla.

Mujeres

Daniela Jeria (21) tiene un hijo de un año y 10 meses. El pequeño Maximiliano recorre con facilidad el escarpado terreno en que está su hogar, una exigua pieza en que apenas caben una cama, un mueble para la ropa, una cocina y un par de baldes donde juntan el agua que les convidan.

Las frágiles paredes de la casa de Maximiliano y sus papás dejan que el frío entre fácilmente. "Ojalá pase luego el invierno", manifiesta esta joven que muestra cómo el agua también entra por el techo cuando llueve.

Para Daniela Campos, la vida es mucho más complicada con cuatro hijos. Su pareja, que es pescador, no siempre tiene salidas a la mar y eso reduce los ingresos familiares.

"En mi casita no tengo ventanas y pusimos un nailon para cubrir, además se llueve el techo. Queremos que la gente nos ayude con el bingo porque tenemos que reunir los $300.000 para postular a los subsidios", explica Daniela Campos.

Edith Rojas (40) y su pareja Alfonso Werner (68) comparten la vida y una de las 13 casas del campamento Bita Nueva. Hace un par de días, el piso de una de las piezas se fue abajo.

"Tengo hipertensión y diabetes, además sufro de intensos dolores en los huesos, sólo puedo tomar Ibuprofeno, que es lo más barato", relata Alfonso Werner, a quien le cortaron los dedos de su mano izquierda luego de sufrir un accidente laboral en una imprenta en Santiago.

"Estamos juntando unas moneditas para poner tablas en el piso que se destruyó", señala don Alfonso mientras enfrenta sus pesares acostado en su cama. Con dificultad se puede mover pero sí tiene ganas de empujar hacia adelante ese destino que todos estos sanantoninos esperan que les sea más grato. Por ahora, se unen para hacer frente a los temporales que la vida trae consigo.

"Para cuando nazca mi guagüita esperamos tener forrada nuestra casa",

Karla Guerra"

luis ibaceta y su mujer karla guerra viven en una mediagua del campamento "bita nueva".
ALFONSO WERNER Y SU MUJER EDITH ROJAS.
las mediaguas presentan pobres condiciones.
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