La concesionaria Puerto Panul pasó a su planta estable a 16 personas que se desempeñaban en diversas tareas operacionales de la empresa.

La compañía detalló que esta decisión es parte de un esfuerzo que realiza por mejorar el servicio que da a sus clientes y también las condiciones laborales de sus operarios.

Se trata de 10 operadores que trabajan en labores de carga de camiones y ferrocarril, un conductor de maquinaria y un operador de pesaje. Todos ellos se desempeñaban bajo el régimen de trabajador eventual y fueron integrados a la planta de Puerto Panul a partir del 1 de junio. Esta medida, complementa lo ya realizado el 15 de abril pasado, ocasión en la que se incorporó a 4 personas que efectuaban labores de seguridad y control en el terminal.

Carlos Soublette, gerente general de Puerto Panul, explicó que "durante este semestre, nuestro terminal sumó a su equipo a 16 sanantoninos, todos jefes de hogar y quienes han sido seleccionados por su trabajo abnegado y compromiso con el servicio que nuestra empresa da a sus clientes. Hasta nuestro muelle llegan los granos que los chilenos necesitamos; la harina y diferentes tipos de carne, que están presentes en varios de los productos con los que nos alimentamos diariamente. Son producidos con las materias primas que nuestros trabajadores reciben y despachan cada día".

En operaciones desde enero del año 2000, Puerto Panul es el principal terminal de transferencia de granos importados del país. Hoy abastece lo necesario para el consumo humano y animal de la agroindustria de Chile central. En 2016 transfirió un total de 2,5 millones de toneladas de cereales de todo tipo.

Ayer, Verónica Páez Albornoz se levantó de la cama con muy poco ánimo. "Pasé muy mala noche", dijo cuando, a media mañana, el equipo de Diario El Líder llegó hasta su casa, en la población 30 de Marzo, para conocer la situación en que viven ella y su hijo de 14 años. Sus amigas quieren ayudarla y para eso buscaron a nuestro medio. La idea es dar cuenta de la necesidad que ella tiene de ser atendida por un médico especialista.

Hace siete meses Verónica quedó sin gran parte de su capacidad visual. Una agresiva diabetes la afectó a tal punto que hizo estragos en su organismo. "Veo en oscuro, como si estuviera siempre de noche; mi hijo me acompaña para todos lados", afirmó.

La ceguera parcial la obligó a dejar su trabajo en el puerto. Hoy, sola y sin mayores ingresos económicos que los que le dan sus seres queridos, vive a duras penas. Lo que más la aproblema es que su hijo Felipe dejó el colegio para acompañarla.

Por todo esto, lo que Verónica quiere es que un oftalmólogo la atienda en Valparaíso, ya que, según ella, eso le puede devolver parte de la visión.

"Necesito que me deriven a Valparaíso para que me vea un buen médico", sostuvo esta mujer.

A Verónica Páez también le urge conseguir un cupo en algún colegio o liceo de San Antonio para que su hijo pueda continuar sus estudios de primero medio.

En el colegio San José de Calasanz, donde Felipe terminó el año pasado la enseñanza básica, se han organizado para ayudar a Verónica y su hijo. Están reuniendo alimentos y muchos apoderados están dispuestos a colaborar con ellos.

Energías para enfrentar este momento no le falta a Verónica. "Esta ceguera no me la va a ganar, tengo mucho carácter y fuerza para dar la pelea", expresó.

Janet Quijada, amiga de Verónica, anunció que no dejarán de ofrecerle una mano de apoyo a esta mujer. "Queremos ayudarla para que pueda ser atendida por un oftalmólogo", aseguró.

Rodrigo Ogalde

rogalde@lidersanantonio.cl