La mujer que atiende a las víctimas de violaciones a los derechos humanos
La asistente social Lorena Sanhueza ha sido parte del Programa Prais durante 25 años. Asegura que en la provincia las personas que sufrieron vejámenes y torturas durante la dictadura han sido olvidadas.
Lorena Sanhueza Vásquez (48) es asistente social y estudió en la Universidad de Concepción. Llegó a San Antonio hace ocho meses como encargada del Programa de Reparación en Atención Integral en Salud (Prais) y de Derechos Humanos, que depende del hospital Claudio Vicuña de San Antonio y que está ubicado en la calle Damiana Carrera 313, a pocas cuadras del recinto asistencial.
"En los años 80, durante la dictadura, comencé mis estudios universitarios y, claramente, no podía quedar al margen de lo que sucedía en Chile en esa época", cuenta en la oficina del Prais.
Lorena ni su familia sufrieron directamente la represión del régimen militar, pero ella se siente parte de la generación que vivía con temor. "En esos tiempos solo sabíamos de violencia y nada de democracia".
En su memoria todavía tiene frescos algunos hechos que ocurrieron en su liceo. Vio, por ejemplo, cómo algunos de sus compañeros eran "detenidos injustamente" por agentes del Estado, situación que luego revivió en su etapa universitaria. "Yo iba en un liceo municipal. El papá de un compañero era abogado y llevaba un caso de derechos humanos, por lo que fueron allanados en su casa. Él estuvo detenido harto tiempo".
Recuerda que en Concepción los espacios públicos y áreas verdes no podían ser ocupados como lo hace hoy la juventud. "Por lo menos en el sector donde yo vivía con suerte había un supermercado y una librería. A nadie se le hubiera ocurrido hacer algo tan simple como estar tirado en el pasto por algunas horas".
Asegura que su juventud estuvo marcada por las restricciones, ya que en esos años ni siquiera se podía ir a un pub. Todas las celebraciones se hacían en casas y duraban hasta el toque de queda. "Los jóvenes hoy en día sí tienen libertad de expresión y de opinión, a diferencia de lo que ocurría en aquellos tiempos".
Para el plebiscito de 1988, que definiría la continuidad de Augusto Pinochet en el poder, Lorena decidió ser vocal de mesa de manera voluntaria. "Yo me creí el cuento de que era posible cambiar a ese Chile que estaba tan dañado". Ese año -asevera- había mucha organización política oculta por parte de las personas que estaban en contra de la dictadura militar.
-¿Cómo fue ese día de las votaciones por el Sí y el No?
-Había mucho miedo. En ese tiempo yo vivía en Chiguayante (Octava Región). Con mis compañeros de mesa hubo una buena relación, pero recuerdo el temor a la hora de contar los votos. Toda la gente fue a votar temprano solo por el miedo. La tensión que había ese día es inexplicable.
La celebración fueron con miedo y mesura, ya que cuando se enteraron que ganó el No, salieron a las calles pero les duró poco el festejo. Los carabineros no se demoraron en llegar. Ahí se dio cuenta que el temor persistía entre los chilenos. "Cuando vimos cerca a los carabineros salimos todos arrancando. Nos costaba creer que nos dejaran festejar sin represión".
Aquella noche -rememora- toda la gente se abrazaba en Concepción y en Chile entero. En las calles algunos bailaban y otros hacían rondas. La dictadura comenzaba a dar sus últimos respiros y eso alegraba a Lorena y a quienes habían luchado por recuperar la democracia. "En ese tiempo uno pensaba que iban a ver cambios más estructurales, de fondo, y ahora con el paso del tiempo me doy cuenta que todo sigue igual", lamenta.
-¿Cree que todos los hechos que vivió la motivaron para ser asistente social?
-En esos tiempos (la carrera) era Servicio Social. Cuando ocurrieron estos acontecimientos yo ya estaba estudiando y claramente fue uno de los motivos por el cual ingresé, pero más que nada fue la pobreza que había en ese tiempo. Creo que es lo más horrible que le puede suceder a una familia, sobre todo a los niños.
A San Antonio
Lorena dejó su natal Concepción para asumir el Prais en San Antonio, ya que conocía la provincia porque siempre ha tenido una casa en San Sebastián, donde reside actualmente.
"En el Prais de Concepción éramos unos reyes en comparación al de acá. En San Antonio todos los recursos son muy escasos por parte del Servicio de Salud", dice. Y no sólo eso. Los casos de violaciones a los derechos humanos en la provincia los ve muy ocultos. "En San Antonio ni siquiera se toca este tema, no se realizan actividades. Creo que las personas vulneradas no han sido escuchadas".
Con amargura cuenta que ha participado en eventos y que la asistencia de público siempre es escasa. "Creo que puede ser por lo ocurrido en Tejas Verdes y en las Rocas (torturas), porque la población se ve aplastada, temerosa. Por lo menos a mí, esa es la sensación que me queda".
Menciona que el año pasado, para el Día de los Derechos Humanos, se realizó en San Antonio un concierto por la paz, gracias al financiamiento del Consejo de las Artes y la Cultura. "Ese día asistió gente pero muy poca. No eran más de 50 personas y para mí esa cifra es muy escasa, considerando que en la provincia hay cientos de casos de vulneración de derechos humanos".
El principal objetivo de ese concierto -comenta- era darle a entender a la gente que "se les cree lo que vivieron, porque si bien son historias terribles, no deben quedar en el olvido. Sé que esta gente necesita el apoyo social, que otra gente le diga 'yo te creo y estoy contigo'".
-¿Por qué pasa eso en San Antonio?
-Creo que lo que falta es dignificar a las víctimas como lo hicieron ustedes (Diario El Líder) con el reportaje de don Jorge Silva (ex militante del MIR que fue torturado en las cabañas de Rocas de Santo Domingo). El punto que está al debe es la reparación social de las personas afectadas.
La trabajadora social observa que esta situación continúa. De hecho, enfatiza que son los mismos afectados quienes están haciendo un recordatorio de que esto no puede volver a ocurrir en Chile. "Un claro ejemplo es el reconocimiento que se le quería hacer al Ejército por parte del Concejo Municipal. Eso fue horrible, tuvimos una retraumatización de mucha gente. La oficina se llenó de personas que revivían todos sus traumas de la dictadura".
Lorena aún no comprende cómo a una autoridad comunal se le pudo ocurrir una idea así. "En vez de reconocer a los militares, se les debería hace r un homenaje como corresponde a las víctimas, que no fueron pocas. Cuando llegué a San Antonio investigué y pregunté. Nunca se ha hecho nada conmemorativo con ellos".
"Otro ejemplo es el libro el 'Despertar de los Cuervos', en donde una persona de afuera (Javier Rebolledo) tuvo que recabar historias y contar lo que realmente pasó en Tejas Verdes y Rocas. Recién ahí muchos se dieron cuenta del porqué en Barros Luco hay una piedra en la cual hay nombres de las víctimas de la dictadura", expresa.
Programa Prais
Es un programa del Ministerio de Salud que responde al compromiso asumido por el Estado con las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, ocurridas entre septiembre de 1973 y marzo de 1990.
-¿Quiénes pueden participar de este programa?
-Todas las personas que sufrieron algún tipo de vulneración de derechos humanos durante la dictadura y que cuenten con documentación para acreditarlo.
-¿Cuántas personas hay inscritas en la provincia?
-Son cinco mil personas de las seis comunas.
-¿Cuál es el área de salud que más solicitan los beneficiarios?
-Salud mental y médica. Nuestra sicóloga está copada con horas, de hecho, tenemos a 50 personas en lista de espera. Nuestra misión es reparar las secuelas que dejó esta terrible experiencia en las víctimas.
-¿Qué la motivó a ser parte de Prais?
-El 1 de mayo de 1992 ingresé a este proyecto en Concepción y no me arrepiento porque es algo que me motiva hasta el día de hoy. No por nada llevo 25 años en este programa.
¿Qué opina su familia de la labor que usted realiza?
-Están contentos. Mi trabajo tiene mucho sentido para mí, ya que escuchar los relatos por primera vez y que esa persona comprenda que le creo, eso es reparatorio. Soy una especie de puerta de entrada para quienes han pasado por una terrible situación como es la vulneración de los derechos humanos.