"Tity" Carrera: el Francesco Totti del Huracán de Llolleo
El volante de los Rojos rechazó ofertas de varios equipos durante su carrera. Nunca se quiso ir de la institución que lo vio nacer y crecer en el fútbol.
Es parte de una dinastía que nació en las primeras décadas del siglo pasado. La tradición la comenzó su abuelo, la continuó su padre, siguió con él y con su hermano y se la traspasó a su hijo. Marcelo Carrera Pacheco (40 años) tiene la camiseta roja de Huracán tatuada en la piel. Sus genes seguramente tienen la herencia por el amor a la tienda llolleína.
El hoy volante, que comenzó como central, rechazó ofertas de decenas de equipos durante su carrera. "Nunca pensé jugar por otro equipo", confesó el talentoso mediocampista. Incluso lo buscaron del SAU y Melipilla, le dijo que no a las selecciones, solo porque nunca se imaginó vistiendo otra tricota. Por eso su historia se asemeja a la de "Il Capitano". El italiano Francesco Totti jugó desde su infancia y hasta este año en la Roma. Igual que el "Tity" se negó a defender a otra escuadra.
"Me identifico con ese jugador. El estuvo toda la vida en la Roma, quiero estar toda la vida en Huracán", declaró .
Y no le faltaron ofertas para emigrar. "Cuando era más chico me vinieron a buscar de otros equipos, me ofrecían de todo y nunca me quise ir, por la sangre, porque mi familia toda la vida ha sido huracanina, desde mi abuelo, mi papá, yo, mi hermano. Nunca se me ha pasado por la cabeza cambiarme de Huracán", admitió.
La tradición y el amor por los Rojos nació con su abuelo, Juan de Dios Carrera, uno de los fundadores de Huracán. Fue presidente y entre sus legados, está el casino del club que hoy lleva su nombre.
Luego su padre, José Miguel Carrera, siguió los pasos de su progenitor. El "Lolo" fue jugador, se retiró hace un par de años en un emotivo partido, y también fue timonel de la tienda roja.
"Jugó en el Regional, que era como la Segunda División, semiprofesional. Mi abuelo de chico lo llevó a la cancha y lo hizo huracanino y después pasó a la parte dirigencial", destacó sobre su padre.
Marcelo no recuerda cuándo empezó a ir al club. "El viejo tuvo harto recorrido y fue muy bueno para la pelota. De chiquitito lo fui a ver a la cancha, vi casi toda su trayectoria. Jugaba de mediocampista, de 10", agregó.
El "Lolo" le heredó a él y a su hermano Juan Pablo el amor por Huracán. "De ahí saqué los genes, ser bueno para la pelota. Mi hermano agarró el conchito nomás. Lo mismo dice la gente en el club, pero siempre ha sido un aporte. Es un excelente jugador, siempre a buen nivel", aseguró sobre "Pateco". Su otro hermano, José Francisco, se dedicó al básquetbol, igual que su madre, Ema.
De pequeño el "Tity" iba a la cancha, pisaba el pasto, peloteaba con los adultos. Jugó por los infantiles, los juveniles y los adultos. Hoy alterna entre el primer equipo y los seniors.
Cuando comenzó a jugar no existían escuelas de fútbol. Después Huracán fue pionero con estas instancias formativas. El profe "Nano" Acevedo inició el trabajo y Marcelo se unió a la cantera que le entregó grandes experiencias y recuerdos. "Fuimos tres veces a Argentina, cuando tenía 12 ó 13 años, fue una experiencia muy bonita. Jugué en un Mundial que hizo Godoy Cruz, que está ahora en Primera División en Argentina, contra Colo Colo, Audax, Cobreloa, Banfield, varios equipos argentinos", rememoró.
Los dirigentes de "El Taladro" quedaron impresionados con el talento de Marcelo. "Banfield me vino a buscar para que me fuera a Argentina. Tenía como 13 años. Como era chico mi papá no me dejó. Los tipos pagaban todo, la estadía, los estudios, la comida, todo", contó.
Sin embargo, el "Tity" no tenía la intención de transformarse en un futbolista profesional. "Nunca me proyecté como futbolista. Nací con la capacidad o ese don, pero nunca me proyecté o pensé en jugar de forma profesional. Era parte de mi vida, pero no vivía por el fútbol. Lo único que quería era jugar por Huracán, porque todos en mi familia jugaban por el club. Por eso no me proyecté".
-¿No te gustaba entrenar?
-Justamente, era malo para entrenar. Siempre me criticaron eso, no elongaba, no calentaba, era más pichanga, llegaba y entraba a la cancha.
El talento fue suficiente para Marcelo Carrera. Con sus condiciones innatas destacó en el fútbol local. "Debuté en primera a los 16 años. Me acuerdo que fue con el profesor (Osvaldo) Bustamante, el "Loco", un clásico del fútbol local. Alternaba con puros viejos monstruos. Yo chico, de 16 años, jugando Copa Anfa, Copa Litoral, participando en primera de titular, de central. Todos preguntaban por el cabro chico. Tenía el pelo largo, era medio irreverente, rebelde.
-¿Jugaste con tu papá en primera?
-Sí, alcancé a jugar varios partido con mi papá. Él tendría unos 38 ó 39 años , disputaba sus últimos partidos y se dio la posibilidad, menos mal. Espero hacer lo mismo algún día con mi hijo. Ahora pasó de la intermedia a primera, es como un sueño que tengo.
Alexander, de 18 años, pasó este año al plantel que adiestra Patricio Montecino. Sin embargo, un desgarro que tiene hace dos meses los privó de este emotivo acontecimiento.
El "Tity" espera que se dé pronto, porque ya quiere dar un paso al costado y ceder su lugar en el equipo estelar de Huracán.
"Creo que tienes que darle paso a la gente joven que tiene condiciones. La proyección de los cabros chicos es importante. En los cadetes tenemos muy buenos jugadores. Si no les das la oportunidad de jugar se aburren y se van a otros clubes. Al final los pierdes. No los identificas con el club", analizó Marcelo Carrera, demostrando el inmenso amor que siente por Huracán, el club que defiende desde que era un niño y que promete nunca dejar.