Pequeño con 14 enfermedades está grave: solo el trasplante de un riñón de su mamá podría salvarlo
Vicente está internado en un hospital de Santiago a la espera de un milagro.
El mismo día en que su mamá y sus tías llevaban adelante una lota a beneficio para el pequeño Vicente, este fue internado de gravedad en el hospital Exequiel González Cortés de Santiago.
El niño de cinco años, que padece de catorce enfermedades, una de ellas terminal, tenía una altísima fiebre.
"Estaba tan mal que la gente que se encontraba ahí en la actividad (en calle Aconcagua, en Barrancas) me llevó de urgencia", cuenta Verónica, su madre.
Después de un rato en el recinto asistencial, el diagnóstico fue demoledor: "Un hongo se había comido por dentro las mangueritas que tenía el niño en su vientre para dializarse", explica.
Los médicos intentaron colocar las sondas en su cuello, pero el procedimiento no resultó.
"Al final se las pusieron en el pecho, pero ha dado algunos problemas, porque cada vez se le tapan más venitas", agrega la progenitora.
Los doctores también han sido claros en informarle que si esta última forma no resulta, las opciones de supervivencia son bajas.
"Me dijeron que me fuera haciendo la idea de que podía pasar algo malo", se lamentó la mujer, quien por estos días aloja en una casa de acogida del hospital para no apartarse de su retoño.
Si todo sale bien, hay una pequeña esperanza para que el pequeño sane. "Una de las opciones es que yo le dé un riñón, ojalá que sea compatible y que el mejore un poco para que esto sea posible. Dios quiera".
Por el momento, para los creyentes solo basta con rezar y esperar un milagro.
En mayo pasado, en una entrevista previa concedida a Diario El Líder, Verónica mostró un certificado médico extendido por una pediatra del hospital Exequiel González Cortés, donde se enumera una lista de 14 patologías en el cuerpo de su hijo.
La primera de ellas es la insuficiente renal terminal, que, además, fue causante de una de sus tantas pasadas por el quirófano.
"Le abrieron por la espalda para que pueda orinar. Es como si tuviera dos ojitos y por ahí sale el líquido", describe la madre. En la jerga de la salud, ese procedimiento se conoce como pielostomía.
Como tampoco puede alimentarse con normalidad, sino que mediante una sonda, presenta una desnutrición crónica, trastorno de deglución (incapacidad para tragar) y constipación.
También tiene hipotonía, es decir, no puede sostener su propio cuerpo, y retraso sicomotor. Esto último significa que los logros o hitos del desarrollo que los niños deben adquirir dentro de una determinada edad, no están apareciendo o lo están haciendo de forma anómala. Por ejemplo, él no puede hablar.
En la nómina, además figura la posibilidad de estrabismo (desviación de la línea visual normal de uno o los dos ojos). La sospecha de complicaciones en la piel, tristemente, es igual de posible.
Sus problemas están presentes incluso desde antes que llegara a este mundo.
"Fue un embarazo complicado. Me atendía en San Antonio y después me derivaron a Valparaíso. Nació en el Carlos van Buren, donde estuvo un mes y medio hospitalizado", describe la mamá.
En lugar de las cuarenta semanas de gestación de un embarazo normal, Vicente solo tuvo 31. Fue prematuro.
Llegó al mundo sordo y con problemas pulmonares. "Tenía derrames", revela su madre.
La permanencia en el recinto médico de Valparaíso fue larga, pero nunca tanto como en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, a donde fue transferido después, de acuerdo al relato de sus familiares. Allí estuvo dos años hasta que se estabilizó. "Ingresó con riesgo (vital). Estaba a punto de morirse y lo pasaron por el pabellón cinco veces", relató en mayo pasado.
Ahora, tristemente, las cosas están peores. Por eso, cualquier ayuda será bien recibida llamando o escribiendo un mensaje al +56 9 8693 3856 ó al +56 9 7227 7147.
5 años tiene el pequeño Vicente, quien está grave en Santiago.
14 enfermedades, una de ellas de carácter terminal, enfrenta el niño.