Don Beno, el rey de los zapatos en el persa de San Antonio
Benedicto Navarrete, de 55 años, es uno de los locatarios más antiguos de la galería Mar del Pacífico y en todo este tiempo ha sido testigo de los cambios que ha sufrido el comercio local.
No cabe duda que Benedicto Navarrete Meza conoce al revés y al derecho el oficio de comerciante.
"Si ese no le gusta, le podemos mostrar este otro modelo", le dice con simpatía a una clienta que lo mira algo indecisa.
Don Beno, como también es conocido el comerciante, se dirige rápidamente hacia el interior de su local de zapatos, ubicado en la galería Mar del Pacífico, en pleno centro de San Antonio, y entre miles de cajas, encuentra, al parecer, lo que anda buscando.
Y este ¿qué le parece?, pregunta el comerciante. Ella lo mira, lo revisa detenidamente y con una sonrisa de oreja a oreja, le responde: "Era justo lo que quería".
La compra termina con Don Beno invitándola a regresar a su local y con una clienta satisfecha, pero sobre todo feliz.
"A las mujeres les encantan los zapatos", asegura mientras ordena un par de cajas desordenadas que dejó la venta anterior.
"Son ellas las que prácticamente impulsan este negocio", cuenta, entre risas.
Hace 32 años este santiaguino llegó hasta San Antonio en busca de mejoras laborales. Primero trabajó en un local en el persa antiguo, pero en 1987 se trasladó hasta la renovada galería "Mar del Pacífico".
"Cuando llegué de Santiago trabajé como empleado. Con el pasar del tiempo fui conociendo como era la venta de zapatos y completamente solo ya llevo 20 años", relata.
Para este comerciante de 55 años no fue difícil acostumbrarse al litoral, por el contrario, para él la tranquilidad y el buen clima, fueron factores determinantes al momento de elegir un lugar donde establecerse.
Ventas
Para nadie es un misterio que la irrupción de las grandes multitiendas y el mall fue un verdadero balde de agua fría para los comerciantes sanantoninos.
Esto ha llevado a Benedicto a renovarse e ir buscando nuevas alternativas pensadas especialmente en su fiel clientela que, por años ha preferido sus productos.
"La venta de calzado fue buena cuando estábamos solos, pero ahora con el mall y la llegada de las tiendas grandes bajó un 50 por ciento", afirma.
-¿Y cómo lo ha hecho durante todo este tiempo para mantenerse?
-Cuando las ventas estuvieron buenas, nos sirvió para afirmarnos. Ahora lo que ganamos es solo para mantenerse. Si hubiera empezado hoy a trabajar en esto, no habría podido juntar dinero porque en este momento, es difícil emprender, sobre todo en San Antonio.
-¿Por qué es difícil emprender en San Antonio?
-Porque muchas personas creen que el comercio de San Antonio es Centenario y nada más. Hay sanantoninos que nunca han entrado al persa, pudiendo encontrar todo lo que buscan en este lugar.
-¿Cómo han estado las ventas estos últimos meses? Muchos comerciantes se quejan...
-Malas. Este verano y estos meses de invierno creo que han sido los peores en años. No recuerdo, en todo el tiempo que llevo vendiendo zapatos, una época tan mala como ésta.
Añade que "antes nosotros cerrábamos entre las 9.00 y 9.30 de la noche, pero ahora a las 8.00 ya estamos listos porque a esa hora no anda nadie".
Zapatos
Para nadie es un misterio que muchas mujeres son fanáticas de los zapatos, y eso lo sabe muy bien este comerciante, quien asegura que parte importante de sus ventas está en manos de las sanantoninas, que cada vez que pueden, agregan un par de zapatos a su clóset.
"Los hombres podemos andar años con los mismos zapatos y sólo los cambiamos cuando tu mujer te compra unos nuevos", explica, y luego agrega que "en cambio, las mujeres en un mes se pueden comprar uno o dos pares fácilmente".
-¿Qué es lo que más prefieren ellas?
-Las botas. Yo tengo gran variedad y de todos los precios.
Benedicto afirma que en esta época del año, los zapatos "con chiporro" y que son usados generalmente por los adultos mayores, también son los preferidos de sus clientes.
"Para el Día de la Mamá, por ejemplo, todos llevaban esos zapatos porque 'eran calentitos' y son de precios módicos", detalla.
Con el pasar del tiempo, ha intentado ir delegando algunas responsabilidades, pero a pesar de los intentos, afirma que le cuesta mucho alejarse de su negocio.
"A veces igual debo salir porque tengo que ir a hacer algunas compras a Santiago para ir reponiendo lo que se nos va acabando", sostiene.
Mientras nos cuenta algo más sobre su vida, quienes lo conocen pasan por afuera de su local, y lo saludan cariñosamente.
-¿Parece que usted es bien conocido por acá?
-Es que son tantos años que llevo trabajando en el persa que uno se va haciendo conocido. Además que somos los mismos de siempre.
"Cuando llegué a San Antonio, yo le vendía zapatos a unas jovencitas. Después ellas tuvieron hijos y comencé a venderles a sus hijos. Ahora estos niños crecieron e igual me vienen a comprar zapatos. Creo que le he vendido a muchas generaciones y es ahí cuando uno se va dando cuenta cómo va pasando el tiempo tan rápido", agrega.
Confiesa que a pesar de que en un principio su local tenía un nombre, hoy prácticamente quedó en el olvido.
"Tenía un nombre pero, la verdad, es que no me gustaba así que al final no le puse nada, pero la gente igual lo ubica porque, por ejemplo, mi negocio se ve desde el paradero de las micros ubicado en Pedro Montt", explica.
-¿Se ve haciendo otra cosa en algunos años más ?
-No, no creo, ya es muy tarde para dedicarme a otra cosa, además que este trabajo es muy bonito y uno, al final, se va acostumbrando. El problema viene cuando las ventas bajan. Eso te desmotiva mucho.
Antes de terminar la entrevista, Benedicto invitó a todos a visitar su local, en especial a las mujeres. "Acá podrán encontrar todo lo que andan buscando. Las mejores botas y precios están en el persa", dice con seguridad.
Definitivamente Benedicto es un comerciante innato. No cabe dudas.