Ambar Espina Córdova

En febrero pasado Wanda Walker salió de su casa de Calle Larga 554 B, en la localidad de Lo Gallardo, para ir a descansar unos días a La Boca del río Rapel.

El problema es que cuando regresó no podía creer lo que sus ojos veían. Un enorme socavón, de al menos 3 metros de longuitud, apareció misteriosamente en su sitio, dejando su vivienda al borde del gigantesco hoyo.

"Él emparejó su terreno, que en realidad es de su madre, y de paso sacó gran cantidad de tierra de mi propiedad", denunció Wanda refiriéndose a su vecino del predio colindante.

Ana María Silva, hermana de la afectada, comentó que todo lo que ha vivido Wanda no tiene nombre. "Ella se vino de Santiago y sin dudar eligió este sector. Pagó 14 millones por la casa y el sitio".

Asimismo, revela que el dueño anterior de la propiedad también tenía problemas con el vecino en cuestión.

"El señor al que le compró nos dijo que mientras él construyó esta vivienda, el caballero mandaba a los inspectores municipales para entorpecer el trabajo porque no les gustaba la idea que se construyera una casa aquí", dijo Ana María Silva.

Inhabitable

Han pasado cinco meses desde que empezó esta pesadilla para Wanda. Y todo por culpa de las condiciones en las que se encuentra su casa: está pendiendo de un solo pilar, que la mantiene en pie.

"Un vecino entró y sacó todas mis cosas pero con mucho miedo, puesto que toda la casa cruje y está totalmente descuadrada. Ni la puerta de entrada puedo cerrar", detalló la actual dueña de la propiedad.

Wanda Walker tuvo que llevar todas sus pertenencias donde una vecina, quien las tiene apiladas en la entrada de la casa tapadas con un nailon. "No quiero ni pensar en el invierno y los temporales porque perderé mi casa y de paso mis pertenencias".

Ahora la mujer está viviendo en la casa de su yerno en Llolleo y está desesperada. "Lo mínimo que debió haber hecho este caballero (su vecino) es haberme pedido permiso para sacar la tierra".

Wanda recién este mes cumpliría un mes en la casa que, pensó, sería la de sus sueños. "Es de color lila, cuando la vi me enamoré de ella. Siempre pensé que pasaría el resto de lo que me queda de vida aquí", se lamenta.

Según ella, en marzo de este año la junta de vecinos de Lo Gallardo fue hablar con su vecino y él se comprometió a realizar un muro de contención. "Esperé mucho tiempo. Ahora mi casa la perderé por no haber estado presente en febrero pasado".

-¿Usted le ha pedido a su vecino que se haga responsable o que le dé algún tipo de explicación?

-Ni siquiera me ha pedido disculpas. Lo único que me ha ofrecido son 5 millones por el terreno. No puedo aceptar esa cifra porque mi casa es lo único que tengo. Además, que son alrededor de 330 m2 de terreno.

Wanda lo único que pide es ayuda. Está con crisis de pánico y depresión por todo lo que ha sufrido en estos últimos cuatro meses. "Ni la municipalidad ni la justicia me han ayudado y es lo único que pido. Una arquitecta vino y me dijo que fue una maldad lo que hizo mi vecino".

Ana María Silva aseguró que el estado de salud de su hermana está cada vez peor. "Se anda desmayando sola, no quiere comer y está llena de crisis por la angustia que ha pasado. Ver su casa colgando de un hilo la hace sufrir mucho".

Respuesta

Diario El Líder no logró contactar a la dueña del terreno, Olivia Gutiérrez, pero sí se comunicó con el hijo, Alejandro Durán, quien negó cualquier responsabilidad en el hecho denunciado por Wanda. "Esa y otras construcciones que se han hecho en los cerros son irregulares. No hay dominio, ni escritura, ni rol. No es la única casa con problemas. Hay muchas otras que están en el cerro en circunstancias similares", manifestó.

Agregó que "a la señora Wanda la estafaron porque ninguna propiedad está regularizada. Insisto, ella compró algo que no tiene ningún papel, esa es la realidad, por eso es difícil dar explicaciones".

Al preguntarle por el daño que pudo causar, se limitó a decir que "no tenía que pedirle autorización a nadie porque todo el trabajo que realicé está dentro de mi propiedad y no de la de ella".