Buscando a "Wally" entre los colores y dibujos del graffiti local
Lo trataron de ladrón, drogadicto e incluso se fue varias veces detenido cuando pintaba ilegalmente los muros o cortinas de tiendas en San Antonio. Aquí la historia de Mauricio Astete.
Drogadicto, delincuente y una serie de epítetos se ganó más de una vez el sanantonino Mauricio Astete (38), cuando se quiso adueñar de las paredes o cortinas de alguna tienda para llenar de dibujos, colores y una que otra consigna contra el sistema.
"Con esto uno siempre quiere decir algo, manifestar o criticar", comenta el "Wally", como es conocido este talentoso graffitero de Villa Italia.
Comenzó en este arte cuando era un adolescente de 17 años. Junto a sus amigos salían por las noches a "rayar" con pintura en aerosol una que otra pared que estuviese virgen de cualquier tag o firma del autor.
"A mí de chico me gustó dibujar. En el colegio siempre andaba metido en los talleres extraprogramáticos que tenían que ver con arte. En ese tiempo la gente asociaba el graffiti a la delincuencia, drogas u otra cosa mala", recuerda mientras culmina uno de sus últimos murales en calle Cuatro Sur.
-¿Y hoy tú crees que la percepción de la gente es otra?
-Hay una evolución. La sociedad se ha dado cuenta que esto es un arte y ya no hay tanto tabú en hacer esto. Es una forma de expresión, pero aún falta más, quizás más apoyo de las autoridades para ocupar algunos espacios con murales.
Como el que pintó en 21 de Mayo, junto a otros de sus colegas de la provincia de San Antonio.
A la capacha
La familia de Mauricio Astete siempre supo en los pasos que andaba el "Wally" y en los problemas que se metería si era pillado por alguien mientras plasmaba su talento en uno que otro vibromán.
"Siempre te dicen que no andes metido en eso, que me podía pasar algo, pero a mí me gustaba y me gusta hacer esto", confirma.
En una oportunidad, junto a su partner graffitero, llegó hasta el centro de San Antonio para "bautizar" la cortina principal de la tienda Corona, recientemente inaugurada.
Le habían "echado el ojo" hace varios días y aquel viernes parecía el día ideal para estampar su marca.
"Lo que uno buscaba por esos años era pintar lugares públicos, hacerse conocido en este mundo del graffiti y del hip hop. Después, cuando uno va evolucionando, ya no es tanto de dejar la chapa, sino que uno empieza a tomar temáticas en sus dibujos como el mundo del hip hop y los cómics que a mí me gustan", afirma antes de contar que "con mi amigo, el que siempre me acompaña, llegamos como las tres de la mañana a Corona para comenzar a pintar".
Mientras los minutos pasaban y el "Wally", junto a su partner, plasmaba su tag en aquella cortina, una luz roja lo sorprendió en plena faena artística y, finalmente, fueron a dar a la Primera Comisaría de San Antonio.
"Estaba con mi compadre Vena ya en el segundo color y nos pillaron los Carabineros. Estábamos muy embalados pintando y nos metieron presos por la noche con mi amigo", cuenta ahora entre risas. "Igual uno se urge en el momento, pero nos ganamos hartas detenciones por andar haciendo esto".
El arte
A medida que pasaban los años Mauricio Astete se dio cuenta que su talento estaba para mucho más que andar pintando clandestinamente las paredes sanantoninas. Así que comenzó a pintar automóviles y motocicletas con la difícil técnica llamada aerografía.
"Me gustaba pintar autos y motos, hacerles diseños. Es una pega complicada, pero que tiene buenos resultados. El último auto que pinté fue a un amigo. Le hice un diseño de Mortal Kombat para que compitiera en esos encuentros tunning", añade.
Pero un par de años antes, desde el extinto Café La Negra, lo llamaron para realizar un mural alusivo al nombre de este local literario que estaba ubicado en Barros Luco con Centenario, en pleno centro de San Antonio.
"Ese fue el primer trabajo profesional que hicimos con mi amigo, me refiero a que nos pagaron. Fue un salto grande, porque me estaba dedicando a lo que me gusta como ahora", dice mientras culmina su último mural en calle Cuatro Sur, en la pared del Instituto Sicopedagógico, en Barrancas.
"Poder hacer lo que a uno le gusta es complicado, sobre todo en mi caso. Pero se puede. La verdad es que me aburrí de pasar por tantas pegas que no me gustaban y hoy hacer lo que uno quiere no tiene precio", culmina el "Wally" mientras llena de color y alegría una de las calles de la comuna.
17 años tenía "Wally" cuando comenzó en el arte del graffiti.