Los millones de Odebrecht
por Abraham Santibáñez, Premio Nacional de Periodismo.
Esta podría ser la historia del éxito de una empresa que en poco más de 70 años construyó un imperio. Al mismo tiempo, sin embargo, la Constructora Odebrecht, como era su modesto nombre inicial, se convirtió en un monstruo. Hoy día tiene atrapado en sus fauces a varios ex mandatarios, incluyendo el ex Presidente brasileño Ignacio Lula da Silva y a su colega peruano Ollanta Humala.
Un juez acaba de condenar a Lula en primera instancia a nueve años y medio de cárcel. Mientras se resuelve su apelación, está en libertad y ha anunciado que no abandonará sus planes de postularse nuevamente a la presidencia. Más difícil es el futuro de Dilma Rousseff. quien le sucedió en el cargo y el año pasado fue defenestrada por el Congreso. Se dice que Lula recibió de la firma Odebrecht el equivalente a cuatro millones de dólares.
En Perú, el ex presidente Ollanta Humala y su esposa fueron encarcelados y también aparece involucrado Alejandro Toledo. Hay ministros de Alan García que también habrían recibido sobornos. El presidente Juan Manuel Santos de Colombia reconoció haber aceptado en 2014 aportes cuyo origen no conocía. Ahora se sabe que eran de Odebrecht.
El diplomático y abogado nicaragüense Gustavo Adolfo Vargas asegura, que se han investigado más de cien grandes proyectos sospechosos en once países aparte de Brasil. Según cálculos norteamericanos, el negocio era fabulosamente rentable: cada dólar invertido en sobornos producía doce en contratos.
Distinta, por cierto, es la imagen que la empresa tiene de sí misma. Según dice en su página web, Emílio Odebrecht, hijo de un inmigrante alemán, "en 1923, fundó Emilio Odebrecht & Cia.... Se retiró en 1941 y su hijo Norberto se hizo cargo del negocio: Su idea, que hasta hoy es la base de su filosofía, era muy simple: identificar e integrar jóvenes con talento y disposición para el emprendimiento".
Lo que siguió parecía una aleccionadora historia. La empresa sobrevivió a la dictadura militar de los años 60 y a los confusos años de democracia. Amplió el área de sus negocios, incluyendo una rama en la industria de la defensa, y sobre todo incursionó en el continente y llegó a dos ex colonias portuguesas en África. Su imagen era impecable.
En 2008 Marcelo Odebrecht asumió como jefe máximo de la empresa, en ese momento la constructora más grande de América Latina. La empresa había sido elegida la mejor empresa de ingeniería de América Latina según la revista Global Finance. 2011 Odebrecht apareció, según la Compañía de Talentos, en la lista de las diez empresas más admiradas por los jóvenes. Pero ya estaba en camino al desastre. La justicia norteamericana empezó a investigarlo por violar la ley (Foreign Corrup Practices Act) por pagos indebidos en Nueva York y Miami que se habrían iniciado en 2001.
En 2015 Marcelo Odebrecht fue detenido y en marzo de 2016 la justicia brasileña lo condenó a 19 años de prisión y a pagar una millonaria multa.
Pero las repercusiones de su política de sobornos nacionales e internacionales no han concluido todavía. Lo saben Lula da Silv y Ollanta Humala.