Advierten del "peligroso" estado de la Grúa 82
Cooperativa de Pescadores, dueña del monumento nacional, no tiene recursos para su restauración.
"Es un peligro inminente tanto para los pescadores y sus embarcaciones como para los turistas que circulan por el paseo Bellamar".
Andrés Carrasco fue el último trabajador de metales en restaurar el monumento nacional Grúa 82, que está ubicado en el concurrido borde costero de San Antonio.
Carrasco cuenta que se reunió con el director del Museo de San Antonio, José Luis Brito, para comentarle esta situación y del peligro que podría causar.
"Esta grúa funciona con un contrapeso mecánico. Es muy importante porque mantiene la grúa en una posición estable. Hoy los rieles de ferrocarriles, el contrapeso, se encuentran en malas condiciones, en otras palabras, ya no sirven para nada. La pluma está corroída, sus montantes y diagonales están haciendo mucho esfuerzo para mantenerla en su posición. Como si fuera poco no tiene radio de giro, porque no se lo hicieron y le pusieron un muro que no permite girar la grúa", advierte este especialista quien se ha dedicado por más de 40 años a los metales.
Brito está al tanto de esta situación y no deja de mostrarse preocupado, no solo por las consecuencias que podrían ocurrir si se desmorona, sino también por la falta de mantenimiento del único monumento nacional que ostenta la comuna de San Antonio.
"La querían vender y nosotros junto al operador de esta grúa, el gallardino Apolino Quiroz, luchamos para que esto no sucediera y solicitamos al Consejo de Monumentos que fuera declarada monumento nacional", recuerda Brito.
Finalmente, en 1995, esta Grúa 82, encargada de la construcción del puerto de San Antonio entre 1910 y 1915, fue catalogada con tal distinción.
La Cooperativa de Pescadores de San Antonio es la propietaria y su presidente, Jorge Ambrosetti, se mostró bastante preocupado por el deteriorado estado de este atractivo patrimonial.
"No nos deja de inquietar cómo está la grúa. Si bien pertenece a nuestra cooperativa, nosotros no tenemos los recursos para hacernos cargo de su restauración", confiesa.
Ambrosetti pide a las autoridades locales y a las empresas de la zona ayudar a mantener en buenas condiciones esta histórica máquina francesa.
"Necesitamos la ayuda portuaria y de las autoridades de la zona para conservarla de mejor manera y que no se vuelva un peligro para toda la gente que se acerca para verla y sacarse fotografías", recalca el dirigente.
4 personas trabajaron en el evento que tuvo como anfitrión al mismísimo Gary Alexis Medel Soto.
1987 fue la última restauración que se le practicó a este monumento nacional del paseo Bellamar.