Un agresivo cáncer al pulmón apagó para siempre la voz de "La Porteñita"
Recién hace 10 días le diagnosticaron la enfermedad que le arrebató la vida la madrugada de ayer. Los restos de la cantante Silvia González son velados en el Comunitario de Villas Las Dunas.
Margarita Vera (64) confidencia que Silvia Angélica González Silva (75), conocida en todo San Antonio como "La Porteñita", le formuló una solicitud muy especial en los últimos días: "Cuando me muera, quiero cantar mi última canción en el paseo Bellamar".
Margarita, hija putativa de "La Porteñita", se hace cargo de la petición. Antes de ser sepultada, los restos de Silvia González serán trasladados al tradicional paseo, donde seguramente se escuchará "A mi San Antonio", una de las canciones de su autoría que más le gustaban. En ese lugar, además, recibirá un homenaje de otros cantantes y artistas locales.
Repentino deceso
La voz de la intérprete sanantonina se apagó a las 4.05 de la madrugada de ayer. La muerte la encontró en su casa familiar de calle Angamos 2979, en la población Barros Luco.
"Su fallecimiento fue repentino porque recién hace 10 días le habían diagnosticado un cáncer al pulmón que estaba muy avanzado", cuenta Margarita Vera, a un costado del ataúd donde descansa la mujer que ella consideraba su madre. "Llegué a su lado a los 17 años y nunca más nos separamos", recuerda.
Su gran pasión
En su círculo más cercano revelan que Silvia González demostró aptitudes para el canto desde niña. Pese a la oposición inicial de su padre, ella se las arreglaba para cantar y siendo muy joven, ganó un concurso en Santiago que la motivó a cultivar su gran pasión: la música.
"Ella tuvo una carrera musical de más de 60 años, en los cuales grabó 17 discos, muchos de ellos con canciones propias y otros con covers", comenta Margarita, quien en los últimos años se dedicaba a vender los CDs de "La Porteñita" mientras ella cantaba en el Bellamar.
El productor Pedro Betancourt revela la historia detrás de la canción "A mi San Antonio", su mayor éxito musical. En el año 2000 "La Porteñita" viajó por primera y única vez a Canadá, país donde están radicados Harold y Edgard Farías, sus dos hijos.
"Cuando fue, ellos la hicieron cantar el tema solo con guitarra. Luego, en el estudio que tienen en Canadá, le dejaron solo la voz y le hicieron los arreglos musicales. Quedó una canción hermosa, que es un verdadero himno de San Antonio".
Betancourt afirma que el tema quedó tan bueno que fue incluido en el documental "Soy un carnaval", que retrató el festival de murgas y comparsas que se efectúa año a año en la comuna.
"Silvia fue una gran compositora e intérprete de todos los estilos musicales. También le hizo una canción a los aparcadores, demostrando el cariño y la admiración que sentía por este oficio que ella desempeñó por varios años", expresa Betancourt, quien ayer le rindió un tributo en su radio Costanera: desde las 10 a las 12 del día se escucharon los más grandes éxitos de "La Porteñita".
Corazón solidario
Rosita Jeria (66), la popular "Tía Rossy", siente un vacío gigante en el corazón tras la abrupta partida de su amiga y colega sobre los escenarios.
"Éramos las dos cantantes más antiguas de San Antonio. Fuimos amigas por más de 60 años y ella siempre cooperaba en todo. En los 37 años que yo llevo organizando la Teletón en la comuna, ella siempre dijo presente. Estaba dispuesta a apoyar en bingos, loterías y otros eventos a beneficio. Era muy solidaria", valora la "Tía Rossy".
Pedro Betancourt también destacó esta faceta de la artista sanantonina. "A pesar de sus propias necesidades, siempre estaba dispuesta colaborar. Hace poco tuvimos un bingo en el liceo Fiscal y ella vino a comprar entradas solo para cooperar, porque no podía ir. Siempre decía 'hoy por mí, mañana por ti'".
En las dunas
Los restos de Silvia González son velados desde el mediodía de ayer en el Comunitario de Villa Las Dunas, en el pasaje Cacique Millacura. Anoche recibiría un homenaje de artistas locales, a la espera de su funeral, que se realizará mañana tras un responso en la misma sede vecinal.
"Llegué a su lado cuando yo tenía 17 años y estuvimos siempre juntas hasta ahora. La muerte nos separó, pero la cuidé hasta el último minuto", reiteró Margarita, su ahijada, con un inmenso dolor.
8 años tenía Silvia González cuando llegó a San Antonio por el trabajo de su padre carabinero.