Mónica Jorquera Escobar

Conmoción existía ayer en el cerro Placilla luego de que se conociera el deceso de uno de sus vecinos.

Cerca de las 13 horas de ayer un familiar de José Bernardo Vargas Palacios, de 69 años, llegó a visitarlo a su casa de calle Diego de Almagro, donde lo encontró sin signos vitales.

El adulto mayor había atentado contra su propia existencia dentro de la vivienda y pese al esfuerzo de sus seres queridos por salvarle la vida no lo consiguieron.

Los mismos familiares de Vargas Palacios dieron aviso a Carabineros sobre lo ocurrido y hasta el lugar acudieron funcionarios policiales de la Primera Comisaría de San Antonio.

Más tarde, por solicitud del fiscal de turno, las diligencias quedaron en manos de la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones.

En el sitio del suceso se realizaron diversas pericias, tanto en el cuerpo del occiso como en la residencia, la que estaba adaptada para las necesidades del dueño de casa, quien debía movilizarse con la ayuda de un "burrito".

"Luego de las pericias realizadas se descarta que hubiese participación de terceras personas en el deceso de Vargas Palacios", informó el subcomisario de la BH, Rodrigo Burgos.

Según información recabada por Diario El Líder, el placillano presentaba una serie de enfermedades crónicas y además sufría de depresión hace varios años.

En calle Diego de Almagro se presentó el vehículo del Servicio Médico Legal para retirar el cuerpo del occiso, tarea que se realizó cerca de las 16.30 horas de ayer.

Hoy el cuerpo será sometido a una autopsia de rigor para luego ser entregado a sus seres queridos para su funeral.

Mónica Jorquera Escobar

Con la garganta apretada, los ojos irritados e incluso con náuseas se encontraban ayer locatarios de la galería Manzur, en el centro de San Antonio, luego de sentir el afecto de lo que ellos teorizaron se trató de una bomba lacrimógena supuestamente detonada dentro del recinto comercial.

"Yo no vi humo ni nada de eso, pero sí teníamos ese picor fuerte en la nariz y los ojos. No los podíamos ni abrir por el ardor que nos provocó lo tóxico que estaba el ambiente", relató Bárbara, quien fue evacuada de la galería junto a otras 60 personas.

La sensación de malestar por el supuesta gas lacrimógeno se dejó sentir cerca de las 17 horas de ayer y generó la intervención de Bomberos y Carabineros.

Al lugar, en calle Centenario, acudieron de inmediato voluntarios de la Segunda Compañía de Bomberos de San Antonio, quienes al informarse de que personas se encontraban afectadas por irritación y vómitos provocados aparentemente por algún gas, solicitaron apoyo de la Tercera Compañía de Lllolleo, especialista en control de materiales peligrosos.

"Se realizaron mediciones, encontrando todo dentro de los parámetros normales. No se logró determinar qué gas fue el que afectó a las personas porque se habría disipado", informó el capitán de la Segunda Compañía, Diego Cabello.

Mientras los bomberos realizaban mediciones, se evacuaron a los locatarios y Carabineros cortó el tránsito en Centenario, desde Bombero Molina a Lauro Barros.

Además, funcionarios del Samu atendieron en el mismo lugar a las personas que acusaban malestar dado el supuesto gas lacrimógeno.

Frente a la teoría de los propios afectados sobre una posible bomba lacrimógena, el capitán Cabello no lo descartó.

"Según la compañía especializada (Tercera de Llolleo) es posible (que sea gas lacrimógeno), pero se había ya disipado por las corrientes de aire y no se alcanzó a detectar (a la llegada de bomberos)", dijo el voluntario a cargo de la emergencia.