El "Kity" Carvacho es huracanino hasta la médula de los huesos
El lateral llegó a los 8 años al club y hoy con 37 sigue defendiendo a los rojos dentro y fuera de la cancha.
Algunos dicen que llevan el color de su equipo en la sangre, que por sus venas corre la esencia de una determina institución que les quita el sueño. Así grafican el fanatismo que sienten por una camiseta. Cristian Alberto Carvacho Machulas va más allá y asegura que el Huracán ya está impregnado en lo más profundo de su ser.
"Tengo a Huracán más que en la sangre, ya es parte de los huesos, ahora como soy dirigente, menos me voy", aseguró el "Kity", quien a los 8 años llegó a la tienda de la calle México de Llolleo. Hoy con 37 (3 de diciembre de 1979) defiende a los rojos dentro y fuera de la cancha. Hace un año forma parte de la directiva que encabeza Hernán Hernández, como prosecretario. Y sigue jugando, ahora por los seniors.
El "Kity" es parte de una familia de deportistas sanantoninos. Es nieto de Aníbal Carvacho, el sanantonino que integró la selección de básquetbol que participó en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. El relato familiar cuenta que le dio la mano a Adolf Hitler cuando la delegación chilena se presentó ante el Führer, quien usó la cita de los anillos para mostrarle al mundo la supuesta grandeza del Tercer Reich, antes que se desatará en Europa la Segunda Guerra Mundial.
"Por lo que me han contado fueron como 25 días viajando, salían de Valparaíso. Mi abuelo era el más chico de todos, medía como un metro 69, como yo, era extraño que fuera basquetbolista", precisó sobre la travesía del "Olímpico".
Aníbal también jugó fútbol en el casi centenario club Norteamérica, aunque lo suyo eran las canastas. El padre de Cristian sí destacó en el deporte rey. Cuando la familia se trasladó a Llolleo se integró al club Huracán y hasta el día de hoy mantiene ese vínculo que le heredó a su hijo. "Todos los días va a Huracán a inspeccionar las obras del cierre de la cancha. Se va a dar una vuelta y se va para la casa", relató Cristian sobre el presente de su progenitor, un hombre que defendió el pórtico de Huracán en el Regional Central, torneo semiprofesional que antecedió a la Tercera División en la década de 1970.
"También fue preseleccionado chileno para un Sudamericano en Colombia, pero como ya tenía familia, privilegió a sus hijos. El fútbol en esa época no era bien remunerado como hoy. Se dedicó al trabajo y no viajó". Juan Carlos se desempeñó en la agencia naviera Ultramar y junto a Lidia Machulas, nutricionista del hospital Claudio Vicuña por 42 años, tuvieron siete hijos (una de sus hermanas falleció de leucemia a los 12 años).
Cristian es el penúltimo, luego viene Basilio, prometedor volante que salió de la cantera de Huracán, hoy dedicado a su profesión de kinesiólogo. De sus hermanos, Juan Carlos también se dedicó al deporte, pero su fuerte es el tenis.
El destino futbolístico del "Kity" estaba irremediablemente sentenciado. Tenía que jugar en Huracán para continuar la tradición de su padre. A los 8 años se integró a la escuela y luego pasó a la tercera infantil. "No existía otro club en la lista de opciones y hasta el día de hoy no lo hay. Toda la vida he estado en Huracán. Después de jugar en el SAU varios clubes me ofrecieron irme, hasta por plata, pero para mí no existía otro club", declaró con convicción.
En sus inicios jugó como puntero izquierdo, a lo "Pato" Yáñez, aunque una vez Arturo Salah, cuando Colo Colo vino a hacer su pretemporada a la zona y vio a Carvacho en acción lo comparó con Horacio Simaldone. "Íbamos a ver los entrenamientos con mi papá y mi hermano mayor Juan Carlos. A él lo usaban como pasapelotas y yo como era más chico, me quedaba mirando", recordó.
De la roja a la lila
Cristian Carvacho jugó por Huracán hasta los 16 años y luego se integró a San Antonio Unido. Vistió la camiseta lila por 5 temporadas, donde compartió camarín con grandes jugadores, como Humberto Suazo, y con otros que todavía son protagonistas del balompié amateur sanantonino.
Se fue al SAU con su compañero de equipo Alex Salas. "Mi papá era el entrenador de la juvenil y los dos éramos la 'figuritas' que tenía, nos fuimos a probar y quedamos". El "Biónico" permaneció por 4 años en la institución, el "Kity" extendió su estadía por un campeonato más.
Juan Páez era el entrenador de ese San Antonio Unido en 1998. Era la primera incursión del experimentado adiestrador en la banca lila. Marcelo Palma, actual PF lila, desempeñaba el mismo cargo en ese tiempo.
Cristian Abrigo, Jaime García (hoy DT de La Serena), Cristian Mallea, Eduardo Palacios, Julio Leiva, Sergio Castillo, el "Sapo" Acevedo, Felipe Zegarra y algunos refuerzos de la Universidad de Chile, como el arquero Juan Mora y Ángelo Millahual vistieron la lila esa temporada. "Puros connotados, puros clásicos del fútbol". Así calificó a ese plantel Carvacho.
Al final de ese torneo Juan Páez se fue a Magallanes, gracias a la buena campaña. Luego volvería en el 2000 a la banca lila. Cristián todavía seguía en el club.
Su última temporada con la lila fue la 2002, con el DT Mauricio Riffo en el banco y con Humberto Suazo en el plantel. "Chupete" iniciaba su despegue en la actividad, luego de un inicio lleno de conflictos e irregular.
"Nos conocíamos desde chicos, porque él jugaba en Torino y estábamos en la misma serie. En ese tiempo era 'Chupete' y 10 más en el Torino. A Huracán siempre lo complicaba Torino por él nomás. Nos ubicábamos de vista, después lo conocí en las selecciones, lo invitaban, iba a los entrenamientos, se salía, después no aparecía más", rememoró sobre su relación con el goleador de las Clasificatorias para el Mundial de Sudáfrica.
Ese año el SAU llegó a la liguilla de promoción, con el aporte goleador de Suazo y un equipo que funcionaba en torno al delantero. Como locales en el Municipal de Cartagena, el plantel lila decayó en su rendimiento en las fechas finales. "Llegaron muchos jugadores de afuera, se perdió la mística que teníamos al principio. En la primera parte terminamos punteros. Después empezamos a jugar acá (San Antonio) y empezó a llegar más gente. El equipo no funcionaba igual", analizó sobre esa campaña, la última con la camiseta lila.
Cristian compara la realidad que vivió hace 15 años con el presente lila y es categórico. "El SAU está igual, no tiene nada, no tiene camarines, una sede social, nada. San Antonio Unido es solo un nombre, nada ha cambiado. Las promesas llueven, pero todo sigue igual", analizó el ex lateral izquierdo lila.
Cristian buscó otras oportunidades en el fútbol. En 2000, junto a Alexis Valenzuela, su compañero en el plantel lila, se fueron a probar suerte en Deportes Concepción y en la Universidad de Concepción. "Estuvimos dos meses entrenando, no eran buenas las condiciones económicas, no convenía", admitió sobre su fallido intento.
Vuelta a Huracán
Su paso por la Tercera División le entregó experiencia y lo preparó para su retorno al fútbol amateur sanantonino. Llegó con otro nivel de juego y quienes lo vieron en su vuelta reconocen que "volaba" en la cancha por la banda izquierda.
Se reincorporó a Huracán, logró importantes logros para la institución, como títulos y la histórica participación en la Copa Anfa de 2011 cuando llegaron a las semifinales. Hace tres años dejó la primera adulta.
Hoy, además de integrar el plantel de los seniors aporta desde otro rol en la tienda de la calle México.
En su cargo como prosecretario, aceptó el desafío junto a un grupo de dirigentes jóvenes donde están Hernán Hernández, Patricio Montecino, los hermanos José y Marcos Campos, quienes asumieron la dirección del club. "Somos amigos, así que no peleamos tanto", reconoce sobre la tarea que tiene como centro de operaciones el camping 3 del recinto huracanino.
Para Carvacho el crecimiento institucional no pasa porque "Huracán tenga más plata que los otros equipos, es una cuestión de gestión. Tienes que presentar proyectos, moverte, tal vez se pueden demorar un par de años, pero al final salen".
El "Kity" Carvacho aporta desde todos los frentes al crecimiento del club Huracán, la institución que siente como su segunda familia.