Las artes marciales ayudan a la inclusión en la 30 de Marzo
La instructora no vidente Erika Valenzuela dictó una clase, junto a otros deportistas, en una plaza.
Una pequeñita de 3 años con síndrome de Down, adultos mayores, niños y jóvenes, hombres y mujeres. La inclusión se la toman en serie en la población 30 de Marzo y junto con la Asociación de Kenpo Weapon System (Akws) buscan unir a la comunidad a través de las artes marciales.
Ayer en la plaza Samuel Abarca la instructora sanantonina no vidente, Erika Valenzuela, junto a otros profesores de la sede capitalina de esta academia dictaron una clase para unas veinte personas que llegaron al espacio público enclavado en el corazón de este populoso sector de Barrancas.
La realización de esta actividad y de los constantes entrenamientos que realizan desde el verano, buscan la conformación de un club. "Como personas individuales no conseguimos nada", justificó Erika, quien viaja desde Santiago donde reside, entrena y estudia actualmente, para enseñar sus conocimientos en disciplinas como el kenpo y el kickboxing.
Conseguir recursos sería fundamental para esta iniciativa. La clase de ayer se realizó con material de la Akws. Un par de guantes cuesta 40 mil pesos y un tatami (superficie para practicar) está por sobre el millón y medio de pesos.
La idea del proyecto es difundir los valores de las artes marciales entre niños, jóvenes y adultos para sacarlos de la vulnerabilidad propia de sectores de escasos recursos.
Ignacio Rodríguez, uno de los instructores, cree que esta iniciativa es "muy importante para San Antonio, porque no existen escuelas de kenpo. Con una escuela se incentiva a los niños a practicar otras disciplinas. Creo que Erika es una pionera", destacó el instructor.