Monseñor Contreras invistió a siete nuevos diáconos en Llolleo
Dos de ellos pertenecen a la parroquia Cristo Rey, uno a San Antonio y los otros cuatro a diferentes comunidades religiosas de Melipilla y Peñaflor. El templo católico se repletó de fieles y familia de la Iglesia.
Durante siete años se prepararon para ser diáconos permanentes de la Iglesia Católica. Se trata de siete hombres de fe que buscando servir a Dios fueron investidos ayer, en la parroquia Cristo Rey de Llolleo, por el obispo de la diócesis de San José de Melipilla, Cristián Contreras Villarroel.
Los nuevos ministros son Álvaro Ahumada Ahumada, Raúl Castañeda Manzo, Sandro Rojas González, Cristian Armijo Aguirre, Juan Francisco Bustamante Díaz, Valericio Díaz Vargas y Eduardo Riquelme Riquelme.
Dos de ellos pertenecen a la parroquia de Llolleo y trabajarán junto al padre Rafael Vicuña, otros cuatro pertenecen a distintas comunidades de Melipilla y Peñaflor. Mientras que la nota especial la puso el nuevo diácono que trabajará junto al párroco Vicente Véliz, en la parroquia de San Antonio, puesto que él luego de enviudar, además se consagró en celibato ante Dios.
La ceremonia oficiada por monseñor Contreras estuvo marcada por simbolismos de entrega y humildad hacia el servicio de Dios. Además contó con un amplio marco de fieles asistentes que repletaron el templo y la presencia de alrededor de 100 sacerdotes, párrocos, seminaristas y diáconos de la diócesis que realzaron la solemnidad de la actividad religiosa.
E coro de la parroquia de Llolleo cautivó a todos los asistentes que siguieron cada una de las interpretaciones de forma muy participativa.
Obispo
El obispo Cristian Contreras indicó que la próxima semana también celebrará una ceremonia como esta, puesto que se ordenará a un diácono en tránsito hacia el ministerio sacerdotal en Talagante y que espera que se sigan sumando nuevos fieles a estas ceremonias.
"Es precioso que haya venido gente de todas las comunidades y creo que es muy bueno que se conozcan personas que vienen de Peñaflor, otras de Melipilla, que puedan conocer la costa y sentir la costa como parte de su Diócesis. Lo más bonito es que somos una familia", comentó monseñor.
"Como obispo estoy muy contento, pedimos siempre por las vocaciones sacerdotales y estamos pidiendo para que este año puedan postular algunos también al Seminario Pontificio", agregó el religioso.
Por su parte, el dueño de casa, párroco de Llolleo, Rafael Vicuña, alabó la cantidad de fieles que se congregó en el templo y manifestó su satisfacción tras la bella ceremonia.
"Es una hermosa fiesta. La ordenación de los siete diáconos y la presencia de nuestro obispo, es un acontecimiento muy importante. Estoy muy agradecido de Dios por la celebración que hemos tenido. Es un momento muy bendecido para la Iglesia", señaló Vicuña.
Emoción
Valericio Díaz, el "Tío Licho", muy conocido en San Antonio por su trayectoria como transportista escolar, durante su investidura no escondió su emoción con lágrimas en sus ojos. Notoriamente demostró que ser diácono, es un paso muy importante en su vida espiritual.
"Es una emoción tan grande la que estoy viviendo, que agradezco mucho a mi párroco quien me ha apoyado mucho, y a Dios, porque él hace este llamado y uno lo acepta. Estoy feliz de ser parte de esta ceremonia y espero que ojalá aparezcan más vocaciones en esto, tanto para el sacerdocio como para actividades religiosas", comentó a Diario El Líder.
El nuevo diácono de Llolleo, agregó que él se preparó durante siete años y medio, debido a una serie de situaciones impidió que se programara la ceremonia.
100 cerca de esa cantidad de sacerdotes, párrocos, seminaristas y diáconos de la Diócesis de Melipilla asistieron a la ceremonia que se llevó a cabo en Llolleo.