La enseñanza será parte del futuro de la técnico en deporte
Erika quiere poner una academia de kenpo en San Antonio.
Aunque no nació en San Antonio, se considera una habitante más de la comuna, porque a su primer año de vida llegó al puerto. Por eso Erika Valenzuela proyecta su futuro en estas tierras.
Hoy practica en la Asociación de Kenpo Weapon System, Akws, que funciona en la comuna de La Cisterna, Santiago.
"Soy de San Antonio, de la población 30 de Marzo, quedé ciega y me fui a Santiago, en el colegio de ciegos tenían un taller de artes marciales y me metí", relata como carta de presentación la deportista no vidente.
La cinturón café es agradecida de la vida, a pesar de los golpes que le dio. "Como tuve la fortuna de aprender esto lo quise traer para acá, gratis para los niños, para que aprendan, conozcan y se den cuenta que las artes marciales no son solo golpearse, sino que defenderse, eso es el kenpo americano", explicó.
Pero este deporte, según Valenzuela, tiene más atributos, porque "aparte de defenderse los niños se disciplinan, les enseño valores, porque hoy en día los niños no le hacen caso a los papás. Acá obedecen, no de una forma rígida, pero después se saben comportan en todos lados, además desarrollan la autoestima, la personalidad, la confianza, la concentración, mejoran sus notas".
Este verano realizó un taller para "probar qué pasaba". Lo hizo en la plaza Samuel Abarca de la población 30 de Marzo.
La idea de Erika, una vez que termine sus estudios de técnico en deporte, es retornar e instalarse con una academia de artes marciales. La respuesta la motivó a enseñar gratis. Tal fue la convocatoria ( más de 20 alumnos) que formó tres grupos divididos por las edades que van de los 4 a los 17 años. "Los separo, no entrenan todos juntos, los pequeños no trabajan con los más grandes", detalló.
Cuando se acabó el taller de verano comenzaron con clases formales de la academia en la misma plaza. Ahora que las lluvias invernales llegaron el grupo recorre distintos espacios cerrados como la sede vecinal de la población 30 de Marzo o el gimnasio del Instituto del Puerto.
Por ahora entrenan sábado por medio y si puede Erika viaja todas las semanas. Si tiene competencias no puede enseñar. "Me interesa que los niños no anden dando vueltas por las calles aprendiendo tonteras. Si puedo aportar para que los niños conozcan un mundo diferente, una ventana al deporte, lo realizaré", justificó.