David Muñoz Castillo
San Antonio Unido dio un sorpresa antes del cierre del libro de pases de la Segunda División, fijado antes del inicio de la cuarta fecha. Cuando se anunciaba que el plantel lila ya estaba cerrado, el cuerpo técnico y la dirigencia dieron una sorpresa y de la nada sacaron una carta debajo de la manga.
El delantero Matías García (24 años), quien en el último torneo fue parte del plantel de Deportes Santa Cruz, se puso bajo las órdenes de Guillermo Pérez.
Su amistad con el volante Gerardo Basaes posibilitó su arribo al equipo sanantonino. "Estuve con Gerardo en Melipilla y el profe estaba buscando un delantero. Me hablaron y justo estaba libre, sin nada. Entrené una semana y parece que le gusté al profe, porque me dejaron", relató el centrodelantero.
La semana pasada firmó el contrato y a última hora, antes de la tercera fecha, se entregó en la Anfp la documentación para visar su participación. El sábado fue a la banca en el triunfo sobre Naval por 3 a 0 y en los 37 minutos reemplazó a Humberto Suazo.
En la temporada 2016-2017, Matías tuvo poca continuidad. "Jugué un solo partido, porque tuve una lesión grave, me corté el ligamento cruzado (rodilla izquierda) y no pudo jugar en todo el campeonato", contó sobre la estadía en su último club.
Antes, en el torneo 2015-2016 defendió a Deportes Melipilla, ahí conoció a Gerardo Basaes, quien también jugó en ese equipo antes de partir a Estados Unidos, donde militó en el Golden State Force, de la Premier Development League, algo así como la Tercera División de ese país.
Se formó en Palestino y desde la tienda árabe se fue a préstamo al "Potro".
Tras la lesión y ante las escasas opciones Matías confesó que "estaba un poco resignado con el tema del fútbol, estaba desilusionado y desmotivado, por suerte se dio esto. Estoy contento porque lo único que quería era jugar", confesó el delantero, que terminó "muerto" en lo físico, pero que llegó al SAU con la ilusión de recuperar su carrera que daba por perdida.