Estudiantes de la Eisa cuentan cómo fue su experiencia en Ucrania
Los estudiantes viajaron hasta la ciudad de Odessa para representar a Chile en una importante competencia de tecnología donde se quedaron con el tercer lugar. Un viaje positivo por donde se le vea, un sueño hecho realidad.
Como unos verdaderos héroes fueron recibidos ayer los estudiantes Patricio Orrego, Eduardo Romero e Ignacio Alvarez y el profesor de la Escuela Industrial de San Antonio, Eleazar Baeza, quienes obtuvieron el tercer lugar en el Sage World Cup 2017, un importante torneo internacional de estudiantes emprendedores realizado en la ciudad de Odessa, en Ucrania.
En sus caras se reflejaba el cansancio tras varias horas de viaje y el cambio de horario (siete horas), pero a pesar de eso se dieron el tiempo de conversar y agradecer todas las muestras de cariño recibidas durante estos días en donde dejaron en alto el nombre de su escuela y de todo un país, ya que fueron los únicos latinoamericanos en participar en este certamen de tecnología.
"La verdad es que llevamos harto tiempo trabajando en esto, porque antes de viajar tuvimos que preparar todo lo que íbamos a exponer. Además, estuvimos en clases de inglés ,así que ahora lo terrible será ponerse al día en el colegio", comenta entre risas, Patricio.
"Para ellos no será problema", irrumpe el profesor Eleazar, "son excelentes alumnos y lo saben".
-Eduardo, ¿de dónde nació la idea de participar en este torneo?
-Inacap tiene un convenio con Sage World Cup, por lo que realizan un concurso a nivel nacional donde se elige el mejor proyecto. Nosotros ganamos la competencia regional, después la nacional y por eso viajamos a Ucrania a representar a Chile.
Con el pasaje a Ucrania en la mano (el cual fue costeado por Inacap), había que buscar la forma de financiar el resto del viaje. Por esta razón los sanantoninos solicitaron ayuda a varias empresas que trabajan en la zona, pero lamentablemente no obtuvieron la respuesta que esperaban.
"El colegio y nuestras familias fueron los únicos que nos tendieron la mano. Una empresa que trabaja en la zona se comprometió a financiarnos los trajes, los cuales mandamos a hacer a una multitienda, pero al momento de concretar la ayuda, nunca más nos respondieron el teléfono, así que el colegio al final se hizo cargo de eso", afirma el docente.
Odessa
Con las maletas llenas de ilusión, los cuatro sanantoninos emprendieron la semana pasada el viaje a Europa.
Ignacio confiesa que esta fue la primera vez que se suben a un avión y que a pesar de algunos resquemores "fue un vuelo cómodo y una linda experiencia".
Luego de catorce horas de viaje, la primera escala la efectuaron en la ciudad de París.
"Encantados nos habríamos quedado unas horitas en París", dice con picardía, Eduardo.
Después de dos horas en el aeropuerto parisino, el viaje continuó hasta Kiev, la capital Ucrania. Allí debían esperar cinco horas antes de emprender el vuelo hasta Odessa, por lo que decidieron recorrer la ciudad.
-Ignacio, ¿qué impresión se llevaron al conocer la capital ucraniana?
-Es una ciudad muy linda, pero lo que más nos llamó la atención fueron las estructuras de las casas. Eran tremendas y muy bonitas.
-Y las mujeres ucranianas , ¿cómo eran?
-Como las estructuras... lindas, responde rápidamente Eduardo, ante la risa de sus compañeros.
-¿Y el idioma?
-Patricio responde: No se entendía nada y al final lo único que aprendimos fue a decir "gracias".
Ignacio agrega que "con el inglés pudimos hacer algo, pero a pesar de que tuvimos algunas clases antes de irnos, igual nos faltó preparación".
Durante los ocho días que permanecieron en Odessa, los estudiantes de cuarto medio junto al docente, conocieron algunas atracciones y también fueron invitados a presenciar la opera.
"Vimos dos obras, estuvieron bien bonitas, pero no entendimos nada porque estaba en ucraniano", comenta Patricio, ante la risa de sus compañeros.
Pero reconocen que una de las experiencias más gratas fue poder disfrutar del Mar Negro.
"Tuvimos el privilegio de ir a la playa y de bañarnos en el Mar Negro. El agua estaba rica y además que hacía mucho calor porque ellos están en verano. Había días en donde la temperatura llegaba a los 30 grados. Las noches también eran calurosas", detalla Eduardo.
-¿Qué comieron por allá?
-La comida era bien distinta porque usan hartos condimentos, responde Ignacio.
"A mí me llamó la atención que a todo le echan pimentón y que la comida no era cara. Por unos seis mil pesos chilenos podíamos comer un plato de fondo, un postre rico en un buen restaurante", aclara Eduardo.
Gracias a esta inolvidable experiencia, estos sanantoninos tuvieron la posibilidad de conocer a jóvenes de Canadá, Irlanda, Estados Unidos, y de otros rincones del mundo.
"Fue muy bonita la experiencia, además que justo peleamos la final con las delegaciones que más acercamiento habían tenido con nosotros", explica Patricio.
Este año el primer lugar fue para Irlanda mientras que el segundo puesto fue para Canadá y "el tercer lugar fue nuestro", dice, con el pecho inflado de orgullo, Ignacio.
-¿En qué consiste el proyecto que presentaron en el concurso?
-Es un enchufe inteligente que funciona a través de una aplicación móvil. Este consiste en apagar y prender los dispositivos, temporizar el tiempo de apagado y también se puede programar para apagarlo o prenderlo como se quiera, y también tiene la capacidad de tomar la decisión, en caso de un sobreconsumo o una falla eléctrica, cortar la energía para que no ocurra algún incendio.
-¿Qué significó esta experiencia en sus vidas?
- (Ignacio) Para nosotros ir a competir fue una experiencia inolvidable, además que nunca imaginamos que antes de salir de cuarto medio íbamos a tener una oportunidad tan importante como esta.
Eduardo agrega que" sabíamos que no sería fácil, pero jamás pensamos que ganaríamos el tercer lugar. Es bueno saber que cuando uno le pone empeño los sueños pueden resultar".
Patricio remata diciendo: "estamos felices y agradecidos de todos, en especial del profe Eleazar que siempre confió en nosotros y en nuestro proyecto".