La leyenda Bolt
Agosto quedará marcado en la historia del deporte mundial como el mes de retiro de un grande que
cambió la forma de vivir el atletismo. Su alegría, celebraciones y récords quedarán por siempre,
porque el atletismo tiene un antes y un después de Usain Bolt.
El jamaicano como es de esperar, siempre nos sorprende y en esta versión del Campeonato Mundial IAAF no fue la excepción: por primera vez "El Rayo" no pudo obtener el título disputando la final de 100 metros. Una mala salida culminó con una medalla de bronce y un silencio que se apoderó de un Estadio Olímpico de Londres repleto, que vio cómo Justin Gatlin se quedó con el oro.
Aún no finalizaba el Mundial de Londres y la ausencia de Bolt se hacía notar. En los 200 metros planos un desconocido para el público, el turco Ramil Guliyev, se adjudicó la prueba y de paso acabó con el
sueño del favorito a sustituir en parte a Usain, el sudafricano Wayde Van Niekerk.
Bolt no quiso correr los 200 metros para cuidarse, finalizando así su historia en esta competencia con 4 títulos Mundiales, un récord inalcanzable de 19,19 segundos obtenidos el 2009 en Berlín y 3 oros olímpicos.
Y cuando todos los ojos estaban expectantes por el fin de una carrera dorada para Jamaica, que comandada por Bolt anhelaba el oro en los relevos 4x100 metros, una lamentable lesión de "El Rayo" a tan solo metros de la meta derrumbó toda opción de medalla, acabando de la manera más abrupta y triste la despedida del hombre más rápido del mundo.
Para Yohan Blake compañero de equipo de Usain Bolt, el frío que pasaron los atletas en la cámara
de llamado durante 40 minutos, mientras esperaban para ingresar en el estadio, acabó con una lesión.
"Creo que nos han tenido demasiado tiempo ahí dentro y hacía mucho frío. Cuando pasa eso, nuestros músculos se enfrían y es más fácil que acabes lesionado", dijo Blake a los micrófonos de la cadena France 3.