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René Echeverría, el "único" afilador de cuchillos del litoral

Este cartagenino se dedica hace 50 años a un oficio que, aunque está perdiendo terreno ante la modernidad, igualmente capta clientes en las comunas de la provincia de San Antonio, especialmente en el Mes de la Patria.
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Rodrigo Ogalde

"Si yo no camino, no gano". Con ese argumento inicial, el cartagenino René Echeverría Ramos quiso explicar las razones para negarse, en primera instancia, a darle una entrevista a un equipo de Diario El Líder.

Es que este afilador de cuchillos afirma que cada minuto de su tiempo laboral es muy importante para obtener los recursos económicos que le deja su trabajo por las calles del Litoral Central.

Ante la negativa de contar su historia, no nos quedó otra cosa que solicitar sus servicios en esta pega conocida también como vaciador de cuchillos y tijeras.

Así pudimos conversar tranquilamente mientras él movía las partes de su máquina para hacerla funcionar luego de que presentara algunos desperfectos justo cuando un cliente llegaba donde él con sus cuchillos.

"Todo tiene su ciencia", le dijo el cliente a don René mientras él seguía reparando su artefacto, a lo que respondió: "así es la vida". Había seriedad en sus gestos. Luego su cara cambiaría cuando la máquina, por fin, operó con normalidad. "Ya se entregó, ya", afirmó en los instantes en que se oía el típico sonido del esmeril al rozar el acero.

"Esta máquina tiene como 140 años. La hizo mi abuelo", contó sobre la frágil estructura de metal en la que él hace rodar un esmeril con un rústico pero eficiente sistema de pedal.

De uno de los fierros de su afiladora cuelgan una bolsa plástica y también un chaleco. Es el último día de agosto y el sol pega fuerte sobre las calles de la villa Don Matías, una de las nuevas poblaciones de la comuna de Santo Domingo. René parece no tener frío ni calor.

Este hombre, que dice tener 64 años, lleva puesto un pantalón gris, un polerón a rayas y cubre su cabeza con un sombrero. Su pelo cano y la alba barba le dan a su rostro un aire hippie.

Contó que vive hace 10 años en la parte alta de Cartagena, hasta donde llegó proveniente de la comuna de San Bernardo, en la Región Metropolitana.

Comienzos

Fue su abuelo Israel Echeverría quien comenzó a trabajar como afilador. Aquel hombre, reveló René, llegó a tener 80 máquinas para afilar, las que arrendaba a otros que se dedicaban a este oficio en peligro de extinción.

"Yo tenía 15 años cuando salía con mi abuelo y él iba a trabajar como vaciador. Él me enseñó toda la pega y pronto empecé a trabajar con una máquina de palo", rememoró.

El abuelo le heredó la máquina que hoy usa él en sus recorridos por San Antonio y sus alrededores. Los recuerdos tan nítidos que don René tiene sobre sus inicios lo muestran como un apasionado por su trabajo. "Somos vaciadores ambulantes", afirmó, como diciendo que para él eso simplemente es motivo de orgullo.

Uno de sus dolores fue el fallecimiento de su padre. "Mi papá era chofer y murió en un accidente cuando se dio vuelta en el camión en Gran Avenida, en Santiago", reveló. Lo mismo le pasa con la muerte de uno de sus hermanos, ocurrida en marzo pasado.

El amor

Pero la vida de este trabajador callejero se transformó cuando conoció a Margarita Rosa Ley Aguirre, la mujer que hoy tiene 57 años y con quien tuvo ocho hijos.

"A mi señora, que es de origen chino, la conocí por intermedio de un primo de ella", confesó al transportarse a esos días de la década de los 70 cuando se vieron por primera vez y él recién había terminado el Servicio Militar.

Sus ocho hijos están todos vivos y trabajan como feriantes en Santiago. Él se vino a Cartagena en busca de la paz y también del aire fresco que hay en muchas de las zonas costeras.

En sus palabras llenas de humildad se aprecia la voz de un hombre esforzado. Resalta que el oficio de afilador es lo único que sabe hacer pero anunció que cuando cumpla 70 años y las energías que hoy aún mantiene ya no estén en sus brazos y piernas, dejará de trabajar. Lo único que podría sacarlo antes de las calles es una molestia que tiene en una de sus rodillas. "Tengo la rodilla (derecha) con líquido, la tengo muy jodida ya", advirtió.

Mientras hace sonar el pito que sirve para avisar a la gente que él anda cerca de sus casas, explicó que no solo afila cuchillos sino que también arregla tijeras para cortar pasto, azadones, hachas, machetes, palas y tijeras de pelo.

"Todos esos implementos no llevan el mismo filo, si usted quiere tijeras para pelo, yo se la dejo para pelo; lo mismo si es para cortar cuero o nailon", sostuvo.

Con la llegada de septiembre aumenta la demanda por contar con los servicios del afilador. "La gente está de fiesta y quiere tener buenos los cuchillos para cortar la carne de los asados".

Aseguró que es el único afilador que hay en la provincia de San Antonio. "Había otro en la población José Arellano, en Cartagena, pero ya jubiló y no trabaja en esto".

De esa manera, su rutina diaria es tomar su máquina y subirse a una micro para llegar a lugares tan recónditos como la zona rural de El Yeco, en Algarrobo.

En 12 minutos de conversación, René Echeverría dejó claro que su tiempo vale mucho y que prefiere hacer esto a realizar otras labores y que sus entrevistas no son gratis. En ese tiempo pudo afilar cuatro cuchillos: dos para la carne, otro para pelar papas y el último para las verduras. A cada uno de ellos les pasó sus dedos para comprobar que el filo era el adecuado. Pasaron el control de calidad.

"Soy muy feliz con esta pega, todo lo que tengo me lo ha dado esta máquina. Tengo un nieto que podría salir (afilador) pero yo le digo que es mejor que estudie", declaró.

Y aunque ni siquiera se lo esperaba, cuando daba sus últimas declaraciones al diario, una vecina se acercó a la máquina de René Echeverría para pedirle que le afilara la tijera de cortar pasto. Amablemente él contestó y le dijo que iría hasta su casa para atender la solicitud.

La entrevista terminó y don René se llevó sus cuatro mil pesos por afilar igual número de cuchillos. Se fue caminando lento pero seguro sobre el pavimento de la calle Los Robles. Antes de partir, avisó que trabajará todos los días de corrido durante septiembre y que incluso lo hará para el "18", por lo que llamó a los sanantoninos a estar atentos al típico sonido de su pito, ese que hace magia y atrae clientes como lo hacía, hace más de un siglo, su abuelo.

hace 50 años que rené echeverría desarrolla el oficio de afilador de cuchillos. dice que aprendió el trabajo que le enseñó su abuelo.
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