Familia trotamundos en San Antonio: revela cómo viaja con cuatro niños
Un joven matrimonio con bebés incluidos cambió radicalmente su vida para volverse nómade. El objetivo es la unión familiar al estar juntos en todas las actividades y viajar por América hasta llegar a Alaska.
Decidieron dejar la rutina, el agitado ambiente de la ciudad y la sociedad que estructuraba sus vidas al ritmo del materialismo.
No son hippies, son "trotamundos".
Se trata de la joven familia Castagneto-Manríquez compuesta por Abel (32) y Stephanie (30) y sus cuatro hijos: Piero (14), Lucca (10), Giosué (3) y Matteo (1), que interrumpió su rumbo al norte quedándose en Algarrobo, durante unas semanas, antes de emprender viaje en su casa combi.
"Somos una familia de siete integrantes, 4 niños, 2 adultos y nuestra querida combi del año 88, llamada "Panchi" la que nos ayudará a cumplir nuestro sueño de recorrer el mundo, conocer playas preciosas, distintas culturas y lo más lindo: conocer gente hermosa".
Así se presentan ellos en su página de Facebook "Hasta el otro lado del mundo", en donde registran cada uno de los maravillosos paisajes que visitan en su aventura.
En su paso por San Antonio comentan que llegaron hasta Algarrobo a alojarse en una casa bien grande que tiene la abuela de la familia. Después de viajar durante tres meses por Ecuador, Brasil y Argentina, regresaron a "recargar pilas a Chile".
"El viaje lo comenzamos el 29 de abril de este año, pero nuestra casa la dejamos el año pasado, los niños dejaron la escuela, dieron exámenes libres y este es el segundo año con ese sistema", comenta Stephany, quien argumenta que vendieron todas sus pertenencias, muebles y comodidades para comenzar esta aventura que esperan los lleve hasta Alaska.
-Es como vivir de vacaciones. ¿Cómo lo hacen para financiar todo?
-Teníamos ciertos ahorros y vamos vendiendo cosas en el camino. Los niños hacen macramé, nosotros hacemos artesanías, preparamos cabritas, jugos naturales y cosas que nos permiten ir generando algo de dinero.
-¿Es muy caro?
-El mayor gasto es la bencina y los peajes, porque ahora no pagamos arriendo, ni colegio, luz, ni agua, ni dividendo. Preparamos almuerzo en la combi, dormimos los seis en la combi en tres camas. Así es que estamos cómodos.
-Pero es un espacio reducido para los más pequeños
-Es más pequeño el espacio, pero dormimos cómodos los seis. Por el contrario, ahora el patio es mucho más grande y hemos conocido paisajes increíbles, gente maravillosa.
Pero la aventura de estos jóvenes padres ¿cómo la tomaron los hijos?
Según Lucca (10), la experiencia ha sido muy buena para él. "Aprendo más en el viaje que en el colegio, aunque en también hacía más amigos. Ahora hago muchos, pero lo difícil es que tengo que ir dejándolos en el camino", revela.
Él se ve feliz y agrega que el deporte siempre está presente en cada viaje y que los seis se mantienen muy activos.
"El año pasado estuvimos con un colegio virtual que nos ayudó mucho, porque con niños de tres y un año, es muy difícil dedicarme a enseñarles", comenta Stephanie.
No todo ha sido miel sobre hojuelas para estos jóvenes.
"Para mí esto es lo más difícil que he hecho en mi vida", dice Abel, puesto que antes cada uno contaba con su espacio y sus tiempos. Hoy permanece junto a sus cuatro hijos y su mujer durante las 24 horas del día, pero cada uno lo ha valorado.
"Ahora nos conocemos, no solo entre nosotros, sino a nosotros mismos", agrega Abel.
Pero lo que se cuestionan es cómo podrían reinsertarse al sistema nuevamente.
"¿Cómo metemos al colegio a los niños de nuevo, si en este viaje han aprendido mucho más que en la escuela? Además, en el colegio no te enseñan a amar, a ser esposos, a ser hermanos y las familias cada vez comparten menos con sus hijos", indica convencido Abel.
4 hijos de 14, 10, 3 y un año tiene este joven matrimonio que busca llegar hasta Alaska en un viaje que recién comienza.