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Manuel Mejías Yáñez

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Barros Luco 2170 / San Antonio

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228 6108

Fono Periodístico:

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Propietario:

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Representante Legal:

Rodrigo Prado Lira

Email:

cronica@lidersanantonio.cl

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Karem Pizarro Chacón

Mariana Zamorano, de 63 años, es artesana del Paseo Bellamar desde hace 15 años, y junto a su familia, siempre han practicado deportes. Sin embargo, hace un par de meses descubrió una nueva disciplina que le apasiona por completo.

Se trata del aerialyoga, una disciplina que mezcla la danza, acrobacias y yoga donde se practican posturas y movimientos libres en una hamaca lisa especialmente confeccionada para el movimiento y con gran resistencia. Con estos movimientos o ejercicios se trabaja la concentración, el equilibrio, la tonicidad, definición muscular y rejuvenecimiento de las articulaciones.

"Para mí es una experiencia diferente, porque a pesar de que yo siempre he pertenecido a una familia deportista y tengo disciplina deportiva, esto es distinto. Es muy completo, porque el yoga trabaja mente, cuerpo y alma, pero estos ejercicios son mucho más hermosos. Mi hija me llevó y asistimos las dos, así es que mi familia está chocha. Mi nieta, incluso está impresionada", comenta Mariana.

Esta artesana indica que "no es fácil" la disciplina, sin embargo agrega que gracias al apoyo y a las clases personalizadas que recibe de parte de la instructora, cara movimiento que logra lo hace menos complejo.

"Yo recomiendo esta disciplina a cualquier persona, especialmente a los niños o a los adultos para desestresarse", agrega.

Mariana nunca antes había practicado yoga, por lo que transmite que, más allá de los ejercicios, los términos que se utiliza en este tipo de práctica han sido más complicados.

Además, revela que en el año 2012 ella sufrió un accidente que le produjo mucho dolor en su columna y que en los pocos meses que lleva practicando esta disciplina han sido muy positivos para su salud.

"Los ejercicios me han ayudado un montón, porque le dieron más movilidad y fuerza a mis extremidades, a mejorar mi postura y mi actitud. Ya no tengo dolores", añade.

Está tan encantada con el bienestar que le ha brindado esta disciplina, que Mariana se atreve a recomendarla a "todas las personas que sufran de estrés, a quienes tengan una autoestima baja, a los niños hiperactivos o con déficit atencional".

Joven instructora

Esta novedosa disciplina fue traída a San Antonio por una joven estudiante de Ingeniería en Prevención de Riesgos, Gabriela Belén Díaz López, quien con solo 24 años de edad montó su propio estudio en el centro de Llolleo.

Comenzó haciendo clases de aerialyoga en el Centro Kinesiológico Promoviendo Salud, en Barrancas, pero cuenta que el lugar se le hizo pequeño, así es que desde marzo pasado se independizó y comenzó a ofrecer más clases en un salón habilitado para ocho personas.

"Esta disciplina debe contemplar todo un entorno para poder practicarla bien, sin pasar a llevar a algún compañero", explica Gabriela, mientras muestra las telas que cuelgan desde el techo del salón.

"Ejercicios de yoga básicamente no tenemos muchos, pero el yoga lo utilizamos como conciencia corporal, procurando que las personas no se cause un daño al hacer un ejercicio. El lema de acá es que no importa la postura final sino el camino hasta la postura final. La idea es que no se lesiones, no se hagan daño y seguir las instrucciones", comenta la instructora.

Gabriela estudia Ingeniería en Prevención de Riesgos en el AIEP de Viña del Mar y organiza su tiempo para impartir esta técnica como una forma de vida. Cursa el tercer año de la carrera y dice que su profesión y el aerialyoga pueden complementarse.

-¿Cómo conjugas el aerialyoga con tus estudios de ingeniería?

-En cuanto a tiempo, yo estudio en un horario especial para personas que trabajan. Y en cuanto al aerialyoga me gusta tanto esto que voy a dirigir mis estudios de ingeniería al área del deporte. Además tengo un proyecto junto a mi pareja, de instalar un centro como este pero en medio del bosque en Curauma.

Alumnos

Según lo que comenta Gabriela, la primera clase siempre es más complicada y exige poner mucha atención. "En la primera clase comenzamos a trabajar la concentración y a conocer términos de técnicas para conocer su cuerpo", señala.

- ¿Quiénes llegan a tus clases?

-Yo hago clases a adultos y niños. En el caso de los niño, por lo general, lo que buscan es trabajar la concentración, la hiperactividad. Los adultos en cambio vienen buscando algo que los ayude a desestresarse del trabajo o porque los aburrieron otras disciplinas y quieren hacer algo diferente.

-¿Tus alumnos son solamente mujeres?

-Hasta el momento no he tenido alumnos hombres. Niños varones sí. Y pensándolo bien no sé por qué, porque en otras ciudades sé que se atreven más. Puede deberse a que antes tenía unas hamacas rosadas y negras. Eso puede haberlos espantado. Ahora puse hamacas blancas y puede ser más neutral.

- ¿Qué particularidad tienen estas hamacas?

-Están hechas con una tela acrobática que disminuye cualquier daño que pueda causarse el alumno. Se adhiere al cuerpo, es elástica y no aprieta. Los mosquetones también son especiales y tienen una resistencia de 800 kilos cada uno, los enganches de metal también tienen una resistencia de 200 kilos cada uno y las correas también son muy resistentes y tienen cinco costuras. Por eso les ofrezco seguridad, porque tendría que caerse al techo, pero la hamaca no se va a romper.

Gabriela cuenta que constantemente está gravando videos de sus alumnas, para mostrarles los avances que han tenido y que, este método de retroalimentación con ellas, ha sido muy bien recibido. "Muchas me comentan que no pueden creer lo que han logrado en tan poco tiempo y se sienten orgullosas de sus propios logros. Eso para mí es tremendamente gratificante", revela.

Las clases que ofrece Gabriela son personalizadas y los cupos que mantiene por clase son para ocho personas, puesto que cada una debe trabajar en su propio espacio con su hamaca.

"Durante toda la clase yo voy dándoles indicaciones una por una. Comenzando por un calentamiento previo, si hay un alumno nuevo les hago una inducción de cómo es la postura de las manos, cómo tomar la hamaca, ajustar la hamaca a la medida de la alumna y voy recorriendo una por una, durante toda la clase", indica.

Al finalizar su clase, Gabriela dice que hace un espacio para la relajación donde cada una se acuesta al interior de su hamaca y se les ofrece un antifaz de semillas con esencias de manzanilla y lavanda para que mediten durante algunos minutos.

Los cursos de niños están orientados a pequeños desde los 5 años hasta los 12, y el de adultos desde los 13 años de edad.

Los horarios para las clases de niños son los sábado a las 16.30 horas y el domingo a las 11.30. Las clases para el grupo de adultos se imparten los lunes y miércoles en dos horarios, 18.00 y 19.30 horas y el sábado una clase a las 10.30 horas.

El estudio de aerialyoga está ubicado en calle Del Canelo 302, oficina 6, frente a la plaza de Llolleo.

Por Lalo Loyola

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