Sanantonina curó sus males convirtiéndose en zapatera
Soledad Marihual vivía una fuerte crisis cuando se le ocurrió aprender este oficio guiada por su padre. Actualmente, está consolidando su emprendimiento, con el que espera deslumbrar en el mercado nacional.
Hace más de dos años Soledad Marihual Manzo (34) estaba desesperada. Junto a su familia atravesaban una crisis económica, que le estaba quitando las esperanzas, cuando de pronto escuchó a su padre martillando un zapato en el patio: ese particular sonido le generó una idea que le cambió la vida. Ese día ella decidió convertirse en zapatera.
Tras esto, formó Calzados Marihual, donde trabaja con la colaboración de su padre y esposo, quienes la ayudan en el proceso de confección de los zapatos. Su emprendimiento está enfocado principalmente en la elaboración de zapatos artesanales para mujer. Ella superó la crisis, pero ese día quedó grabado en su memoria.
La crisis y la idea
Soledad trabaja desde los 20 años en el área de contabilidad, pero cuando fue mamá decidió cambiar de rubro.
"Durante once años trabajé en el hospital de San Antonio como contadora, donde conocí a mi esposo Miguel Ángel Velásquez. Cuando fui mamá, no soporté el dolor de dejar a mis hijos en la sala cuna porque estaban muy chiquititos, por lo que renuncié a mi trabajo. De ahí, nos fuimos a la casa de mis papás", cuenta sobre lo que le ocurrió en el 2015.
Donde sus padres, ella vivía en una pieza, junto a su esposo, y sus hijos Miguel Ángel y Fernanda, quienes tienen 7 y 3 años, respectivamente. Aunque contaban con el apoyo familiar, se deprimió por los problemas económicos y porque extrañaba su autonomía.
"La situación comenzó a afectarme. Mi hijo, que entonces tenía tres años, no entendía y me decía siempre 'mamá, me quiero ir a mi casa amarilla (que era el color de la casa donde vivíamos)'. Eso me partía el corazón. Además, yo estaba acostumbrada a disponer de mi plata", relata sobre ese duro momento.
Soledad no podía más con la presión. "Un día estaba llorando y pensando, porque yo soy súper creyente, 'diosito, qué puedo hacer para tener mi plata y seguir estando con mis niños. De repente, siento a mi papá que estaba martillando en el patio . Salí y secándome las lágrimas le dije 'papá, por qué no me enseña a hacer zapatos de mujer'. Él me llevó a la calle Victoria (Santiago), donde vi todos los cueros, las maderas, y ahí le dije que tenía que enseñarme, que yo tenía que aprender", recuerda apasionadamente.
Aprendiendo con papá
Soledad comenzó a recorrer un camino que no esperaba y que le resultó fascinante. Su padre Luis Marihual trabaja en el puerto, pero aprendió a los 14 años todo lo relacionado con el oficio de zapatero.
"Mi papá, además de su trabajo, siempre ha hecho zapatos de hombres. A él le encanta, es su pasión. Entonces cuando le dije que quería aprender, estaba chocho, porque él pensaba que esta tradición no la iba a seguir ninguno de sus hijos", manifiesta.
Al principio, ella sufrió porque pasó de trabajar en una oficina con sus manos cuidadas y tenidas formales, a estar en un taller, con las uñas cortas, un buzo y martillando.
Su padre le enseñó a cortar los cueros, descarnar, coser y otras tareas propias de este oficio, exigiéndole que diera lo mejor de ella.
"Fue todo un proceso para mí, porque, por ejemplo, al principio yo no cortaba bien y mi papá me decía que no, que no debía hacerlo de esa forma, que lo hiciera de nuevo. Me retaba y me decía: 'es que tú siempre lo haces a la cundidora'. Pero gracias a esto, ahora sé hacer los zapatos completamente sola, desde principio a fin".
A pesar de lo difícil que fue aprender el oficio, ella está profundamente agradecida. "Todo lo que yo sé, me lo enseñó mi papá. Él no me pudo dar estudios universitarios, pero me heredó esto, que para mí es mucho más significativo. Se me erizan los pelos con solo pensarlo", afirma emocionada.
Calzados marihual
Soledad vende sus zapatos a través de la página de Facebook "Calzados Marihual". Allí están disponibles los modelos que tiene a la venta.
Hasta la fecha, desde que comenzó en agosto del 2015 con sus primeros zapatos, Marihual ha vendido alrededor de 280 pares.
"Hasta el momento he tenido una muy buena recepción de las clientas. La mayoría de ellas ha quedado muy feliz con sus zapatos", manifiesta.
Marihual señala que "nosotros entregamos diseños únicos. Hacemos zapatos que son completamente de cuero, porque a diferencia de las grandes tiendas no los forramos con textil, sino con cuero. Además, hacemos pedidos para personas con medidas especiales, que tengan el empeine alto o algún problema a la cadera".
Los calzados pueden encontrarse desde los $30 mil (los modelos reina de taco bajo), hasta los $90 mil pesos (las bucaneras). Además, confecciona zapatos para hombres y niños.
La zapatera tiene grandes sueños para Calzados Marihual los que paso a paso comienza a concretar.
"Este año nos ganamos un fondo, que nos permitió comprar maquinarias para mejorar y agilizar los procesos de producción del calzado. Con esto, comenzaré a producir mis diseños en mayor cantidad, del número 34 al 39 en modelos de mujer", señala.
Para el futuro, ella manifiesta que "quiero llegar a algo bien grande, sueño con tener una fábrica, y darle trabajo a más personas. Me gustaría estar en las ferias más importantes de calzado del país, como Taconeras".
Zapatera feliz
En su taller, al interior de su casa, Marihual se declara una amante de la moda de toda la vida, aunque nunca se imaginó convertida en una zapatera, diseñando sus propios modelos.
"Cuando trabajaba en el hospital una vez una compañera me dijo que por qué no aprendía a hacer zapatos con mi papá. Yo le respondí: '¡ni loca, cómo se te ocurre que yo voy a andar con las uñas cortas y sin arreglarme!'. Ahora me pregunto cómo no lo hice antes", cuenta.
Soledad señala que en este oficio encontró lo que estaba buscando. "Yo siempre busqué algo más. Me gusta el comercio, por lo que cuando trabajaba en el hospital tenía paralelamente una tienda de ropa, que es mi otra pasión, pero seguía con esa inquietud. Cuando conocí este oficio me di cuenta que esto era lo mío. Desde que descubrí la zapatería ya no debo buscar más".
"En el momento uno no entiende, pero la crisis que tuve fue para mejor. Lo que yo viví espero que sea un mensaje para la gente que ve todo negro en un momento. Yo lo pasé mal, pero encontré lo que me hace feliz y, aunque me ha costado mucho, espero conseguir el éxito", señala sonriente Soledad Marihual.