Crimen de Juanito Miranda, el caso que golpeó a San Antonio
Se cumplieron 15 años del asesinato que conmocionó a toda la ciudad. El niño tenía 12 años, cuando fue encontrado sin vida en una quebrada en el Camino Viejo a Cartagena. Su padre sería condenado por el homicidio.
Rodrigo Ogalde Cofré - Roberto Cadagán Delgado
Es el día 26 de septiembre de 2002 y un niño sale de su casa en las cercanías del puente Llollito para dirigirse a Las Lomas donde asistirá a clases en su colegio.
Es un día normal, el sol ha salido más temprano de lo habitual y el reloj avanza rápido, como siempre.
Ese niño de 12 años de edad no llegaría jamás a su colegio, sus compañeros no lo verían… Es más, nunca volvería a su casa. Nunca volvería a ver a su madre.
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Sábado 5 de octubre de 2002, 13.30 horas. Una persona recorre un sector boscoso entre San Antonio y Cartagena. Se trata de un joven que habitualmente caza pájaros en el lugar; por lo mismo, conoce el área y por lo general, nunca ha visto nada extraño. Hasta ese día.
El joven de 21 años observó que a los pies de un árbol había una mochila escolar de color azul, luego vio un jockey. Extrañado, se acercó más y al mirar a un costado, su sorpresa fue enorme al constatar que era el cuerpo sin vida de un menor.
Ese niño era el mismo que hace 10 días había salido desde su casa en dirección a su colegio en Las Lomas en Llolleo. Era Juanito Miranda Soto y había sido brutalmente asesinado.
El tiempo que el pequeño estudiante de sexto año básico del Colegio María König estuvo desaparecido dio paso a uno de los sucesos policiales más recordados en San Antonio. Los entretelones, las pistas falsas, las pesquisas policiales, las versiones de los implicados y el resultado final, generaron expectación en toda la comunidad, que vio con estupor cómo culminaba la desesperada búsqueda de su hijo por una joven madre.
A 15 años de este suceso policial, el recuerdo se mantiene vivo.
Caso
Recurrimos a los archivos de Diario El Líder de aquel 2002, revisamos las páginas, entrevistamos a protagonistas de los hechos, conocimos las intensas diligencias de la policía para dar con los autores del crimen, todo para crear un panorama de lo sucedido que nos lleve a mantener la memoria de este hecho.
Desde un comienzo la desaparición de Juan Miranda Soto estuvo cubierta por un manto de misterio; principalmente por la serie de versiones que se tejieron en todo al extravío del niño.
María Cecilia Soto Riquelme, madre de Juanito, tenía el presentimiento, una especie de corazonada de mamá, que le indicaba que la desaparición de su hijo no culminaría bien.
Las primeras diligencias de la Policía de Investigaciones no dieron resultados. Por tal motivo, sus familiares empapelaron puntos estratégicos de la ciudad con carteles informando a la comunidad sobre este caso. Además, un equipo especializado de la Brigada de Menores Perdidos vino desde la capital para incorporarse a las gestiones.
Pronto las miradas se dirigieron al padre del niño: Patricio Miranda Sáez, pero éste señaló desconocer la situación, ya que no mantenía una relación cercana con él.
Algunas versiones indicaron que el menor habría sido visto deambulando en El Tabo, pero eso fue descartado posteriormente.
"En la medida que cooperemos nos estaremos ayudando entre todos, ya que el día de mañana puede ser uno el que necesite de ayuda, eso es muy importante para que la investigación llegue a bien pie", decía, hace 15 años, el jefe de la Policía de Investigaciones de San Antonio, subprefecto Mario Vargas.
Hallazgo
Todos los esfuerzos para encontrarlo con vida fueron infructuosos pues el 5 de octubre el cuerpo de Juanito fue hallado en una solitaria quebrada aledaña al camino viejo a Cartagena. De acuerdo a los peritajes, tenía dos profundas heridas cortopunzantes: una en el tórax y otra cerca del omóplato derecho, lesiones gravísimas que le habrían costado la vida el mismo día de su desaparición.
Las diligencias de la policía fueron intensas, se decretó secreto de sumario en el proceso y la investigación se tornó compleja.
María Cecilia Soto tenía claro que "alguien estaba callando algo… Juan no se fiaba de cualquier persona…"
La madre deslizó también que había sufrido amenazas de parte del padre del niño . "Él vino a mi casa antes de que el niño desapareciera", declaraba en ese entonces.
En el colegio María König se mostraron conmocionados por los hechos. Nunca pensaron que Juanito Miranda aparecería sin vida. El Servicio Nacional de Menores emprendió acciones legales y el director regional de la época, Alex Hernández, pidió cadena perpetua para quienes resultaran responsables de los terribles hechos.
Los senadores de aquel entonces, Nelson Ávila y Jorge Arancibia, realizaron gestiones para que hubiera un juez con dedicación exclusiva para el caso.
La muerte de Juanito Miranda golpeó fuerte. San Antonio estaba conmocionado. Una familia estaba destruida y la investigación policial revelaría horribles hechos.
El caso reabierto
Aunque una primera investigación judicial no había encontrado a los culpables de este crimen y el caso estaba prácticamente cerrado, en 2006, después de que la madre del niño hiciera gestiones con el entonces Presidente Ricardo Lagos Escobar, los tribunales reabrieron la causa. Fue en esas circunstancias en que aparece el comisario de la PDI, Erwin Rojas Cortés, quien lideró un equipo especial que se hizo cargo de las pesquisas.
Rojas, quien hoy es jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI Antofagasta, habló con Diario El Líder y recordó que junto a él trabajaron otros dos policías. Ellos, en poco menos de seis meses, lograron concretar las primeras diligencias bajo los lineamientos dictados por la jueza Elizabeth Galaz Cuadra.
"Comenzamos a estudiar el expediente y vimos los antecedentes que habían sido recabados en las primeras diligencias; empezamos a hacer todo desde cero", contó Rojas.
Este jefe policial rememoró que al hacerse cargo del caso descubrió que en el transcurso de la primera investigación se habían perdido algunas evidencias desde las oficinas del Primer Juzgado del Crimen de San Antonio. Se trataba de ropa del niño que se había extraviado en dicho tribunal, que posteriormente fue allanado.
"Se establece que esas evidencias fueron sustraídas del tribunal por personas ligadas a la causa, por personas relacionadas con el imputado (Patricio Miranda)", afirmó el comisario.
De acuerdo a Rojas, en dicha acción participó, según la declaración de testigos, la esposa de Patricio Miranda, Nevenka Beltrán Mira, quien, según sus palabras, fue "la autora de la sustracción (de las evidencias).
Luego, por orden de la jueza Galaz, el equipo de la PDI entrevistó al que había sido considerado el testigo clave de la causa, pero cuyo testimonio no había servido para inculpar a alguien. Se trataba de un hombre que declaraba que, después de la desaparición del niño, vio a Miranda Sáez caminando con su ropa ensangrentada por el sector del puente Arévalo.
"Analizamos la versión de este testigo, hicimos una investigación muy acabada sobre eso y logramos darle credibilidad a la versión de esa persona, porque ubicamos a otros que habían visto lo mismo que él; es decir, a Patricio Miranda con la ropa ensangrentada en el puente Arévalo. Esos otros testigos logran darle sustento y peso a la declaración del testigo de ese hecho", sostuvo el comisario.
El jefe policial recalcó que además en la investigación se acreditó que días antes de la desaparición, Miranda llegó hasta la casa donde vivía su hijo para saber cómo estaba y que además este mismo hombre había contactado a un delincuente "a quien, en primera instancia, le quieren encargar el secuestro de la madre de Juanito, y, en segunda instancia, le plantean la posibilidad de eliminar al menor, y esa persona declara en la investigación y ratifica que los imputados (Miranda y Beltrán) lo contactan para hacer esa especie de trabajo, pero él señala que no lo acepta".
"Es una serie de elementos que llevó al tribunal a tener la convicción de la participación de los imputados (Miranda y Beltrán) en el hecho", resaltó.
Y aunque los dos acusados del crimen nunca confesaron la autoría del homicidio del menor, en diciembre de 2008, el Segundo Juzgado de Letras de San Antonio dictó sentencia. Patricio Miranda debería cumplir cadena perpetua simple por el delito de parricidio; su esposa, Nevenka Beltrán, fue condenada a 10 años y un día de presidio. Los dos estaban recluidos desde agosto de 2006 en la cárcel de San Antonio.
Sin embargo, en el año 2009, tras la apelación de la defensa de los inculpados, la Corte de Apelaciones de Valparaíso rebajó a 10 años y un día de presidio la sentencia de Miranda, mientras que Nevenka Beltrán Miranda, debería cumplir ocho años como cómplice.
"Como los imputados no están confesos, hay detalles del caso que nunca se van a saber. Lo que hay es que se logra establecer la participación de los imputados en distintos momentos, pero quién le causa las lesiones al niño, eso no lo sabemos ", admitió el comisario.
Para el equipo de detectives que lideró Erwin Rojas, este caso significó que fuera premiado en 2007, como la mejor investigación policial del año 2006, reconocimiento que entrega el Círculo de Oficiales en Retiro de la Policía de Investigaciones de Chile.
En esta causa, con Rojas trabajaron los inspectores Marcelo Rivera Aranda y Elizabeth Quiroz Maulén
Con ya 25 años de servicio en la PDI, Erwin Rojas reconoció que este caso ha sido relevante en su historia como policía. "En lo personal fue muy relevante por el desafío que nos plantearon, que era tomar este caso cuatro años después de que había ocurrido y cuando ya habían trabajado varios equipos como la PDI San Antonio, Carabineros de Llolleo, el OS-7 de Santiago y de la BH de Valparaíso, entonces, habían existido varios intentos de esclarecer el hecho y de hacer justicia", agregó.
Rojas recuerda con mucho cariño el gesto de los compañeros de curso de Juanito Miranda, quienes, junto a los profesores del colegio María König, organizaron un acto para agradecerles a los detectives que hayan aclarado el caso. "Nunca en mi carrera me había tocado vivir eso, y tampoco lo he vuelto a vivir, fue una situación que nace de los niños porque ellos sabían que Juanito había sido asesinado, que era un caso complicado y que estuvo sin resultados, y que cuatro años después, se estaba haciendo justicia, y ellos querían agradecernos el trabajo que habíamos hecho", reveló.
Suicidio
"No tuve nada que ver con la muerte de mi hijo", dijo, en 2005, Patricio Miranda, al referirse a las acusaciones que pesaban en su contra y que, tres años más tarde, terminaron con él condenado en la cárcel.
El 31 de enero de 2010, Miranda Sáez se suicidó al interior del penal sanantonino. En ese entonces, la Fiscalía reveló que él había dejado ocho cartas dirigidas a sus cercanos; el contenido de aquellas misivas jamás fue revelado públicamente.
Nevenka Beltrán, quien alcanzó a cumplir la mitad de su sentencia y luego recibió beneficios carcelarios debido a su buena conducta como interna de la cárcel. Hoy está en libertad y junto a su familia.
Mañana la segunda parte de esta crónica con entrevistas a protagonistas de este recordado suceso.