Jesús Farías Silva

A fines de la década de los noventa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronosticó que las enfermedades mentales serían las más comunes del siglo 21, y que se repartirían en cada rincón del planeta. Se dijo que males como el estrés, la depresión y la angustia afectarían en promedio a un diez por ciento de la población.

Con el tiempo, la estimación no solo se probó como acertada, sino que superó con creces las predicciones.

En una reunión entre autoridades locales y representantes del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), se reveló que al menos 30 mil personas de la provincia sufre algún tipo de trastorno de estas características, incluyendo a quienes tienen un consumo problemático de drogas y alcohol.

Según el Gobierno Regional (Gore) de Valparaíso, hay 136 mil habitantes en las seis comunas de la provincia. Si esa cifra es cierta (considerando que no se conocerá cuántas personas viven en el territorio hasta que se den a conocer los primeros resultados del censo de abril en diciembre), el número de potenciales pacientes equivaldría a el 22 por ciento de los residentes en la provincia. En otras palabras, dos de cada diez vecinos del Litoral de los Poetas.

"Hay un diagnóstico que es bastante grave", aseguró el gobernador Manuel Villatoro, quien esta semana seguirá encabezando una mesa de trabajo con el objetivo de aumentar el número de lugares y profesionales aptos para atender a quienes sufren estas patologías.

BAJA ATENCIÓN

"Hoy solo estamos llegado a 7 mil de estas 30 mil personas", agregó la autoridad.

María Loreto González, coordinadora de la oficina de Senda Previene en San Antonio, señaló que desde abril se trabaja para disminuir "la brecha existente entre las necesidades de atención especializada con lo que efectivamente existe a nivel provincial".

Según ella, los casos "son cada vez más problemáticos", sobre todo cuando se trata de dependencia de drogas y alcohol en niños y adolescentes.

"La oferta de equipos profesionales debe aumentar", sentenció.

En esa misma línea, el gobernador Villatoro indicó que "se golpearán todas las puertas" para que se "normalicen los centros de atención ambulatoria"; es decir, se aumente la dotación de profesionales en la Casa Blanca de 21 de Mayo y Casa Azul de Barros Luco.

Agregó, por último, que se harán las gestiones para reforzar la actual unidad de atención mental del hospital Claudio Vicuña y para que el futuro recinto nuevo cuente con un espacio con camas para internar a los pacientes que requieran la internación en su tratamiento.

22 por ciento de la población es afectada, según las cifras proporcionadas por el Gore.

30 mil personas tendrían algún tipo de enfermedad mental en la provincia de San Antonio.

7 mil personas están recibiendo atención médica directa para sus problemas.

El Servicio Meteorológico de la Armada de Chile emitió un aviso especial de marejadas, las que podrían afectar a las costas de la provincia de San Antonio entre hoy y el sábado 21 de octubre.

Según precisó la institución, el fenómeno contempla "fuerte viento en área oceánica que generará oleada y malas condiciones de mar, que se proyectarán como marejadas del suroeste y rompiente en el borde costero".

De esta forma, las anomalías comenzarían la mañana de este martes en la Isla de Pascua. Por la tarde el fenómeno pasaría a desplazarse hasta el archipiélago Juan Fernández en paralelo al Golfo de Penas y hasta Constitución, en la Región del Maule.

Durante mañana, la Armada proyecta que la fuerza del mar azote a las costas desde Constitución a Coquimbo durante la mañana, incluyendo las seis comunas de la provincia de San Antonio, donde se registrarían olas de hasta 4 metros.

"Este evento corresponde al aviso especial número 41 en lo que va del año, el cual no ha sido categorizado como marejadas anormales", puntualizó el jefe del Centro Meteorológico Marítimo de Valparaíso, teniente Felipe Rifo.

El Servicio Meteorológico recomendó a la comunidad a evitar "el tránsito por sectores rocosos y borde costero, no ingresar al mar durante el evento de marejadas" y "no desarrollar actividades náuticas y deportivas sin la debida autorización".

Quienes no cumplan con la instrucción de la autoridad marítima arriesgan fuertes sanciones económicas.