El "Chico" Rojas crece en la cancha cuando juega por el club Huracán
El volante es uno de los pilares del equipo de honor, que tiene asegurado un cupo para luchar por el título.
Lo suyo es la entrega, la velocidad, los desbordes, la marca y a ratos la pierna fuerte, recia, al límite del reglamento, pero nunca con mala intención. Jugador de carácter y aunque a veces su genio lo traiciona, es parte de su esencia. Sin esos arrebatos, que más de una vez le costaron una expulsión, no sería el mismo.
Francisco Javier Rojas Fuentes, con sus 33 años (8 de octubre de 1984), es un hombre identificado con Huracán. Llegó a la tienda llolleína a los 5 años, cuando todavía existía la cuarta infantil.
De aquellos tiempos tiene una anécdota. "De las cosas que recuerdo es que el profe me tocaba la pelota al pie derecho y le pegaba horrible. Al cuarto entrenamiento, me acerqué al profe (Juan Carlos) Carvacho, muy conocido acá en San Antonio, y le dije que era zurdo. Desde ahí que en las infantiles quedé como el "Zurdo".
-¿Y nadie se dio cuenta que eras zurdo?
-No, nadie, le trataba de pegar con la derecha y le pegaba horrible, el profe se agarraba la cabeza, pensaría que era muy malo.
Comenzó como puntero izquierdo, luego jugó de lateral volante, de contención y lateral por ese perfil.
Lo llamaron a varias selecciones infantiles de la Asociación de Fútbol San Antonio. La primera fue la Sub 14. "Ese fue mi primer entrenamiento más competitivo, llegamos a la final nacional con los profes Miguel Gutiérrez y Hugo González", rememoró sobre esa histórica campaña.
Se repitió en la nómina de a la Sub 15 celeste que al año siguiente (1999) ganó el Regional y llegó hasta las semifinales del torneo de la Anfa. Luego fue a una selección Sub 17, pero de la Puerta del Pacífico.
De esas selecciones salió una camada de jugadores que aún es protagonista del fútbol amateur sanantonino. El "Pancho" asegura que muchos "siguen siendo mis amigos, como el Daniel Leiva, Juan Manzo y Gabriel González".
Probó en las cadetes de equipos profesionales cuando tenía 16 años. Primero en Everton de Viña del Mar y luego en Deportes Melipilla, club donde permaneció por una temporada y media hasta los 18 años.
En esa estadía en el "Potro", Francisco entrenó con Rodrigo "Tota" Romero. El volante lo llevaba en su auto a los entrenamientos junto a José Luis Cabión (profesional hoy en Cobresal) y a Sergio "Chicho" Romero. "Una vez con el 'Jose' Cabión hicimos hasta dedo a los caminos para ir a entrenar a Melipilla", rememoró sobre los sacrificios que hizo para forjar una carrera en el fútbol.
En esos años su sueño era llegar al profesionalismo. "Siempre tuve la intención de jugar, pero siempre me fue bien en el estudio. Dicen que al que juega a la pelota le va mal en el colegio. Hacía de todo, estudiaba, me iba bien, entrenaba en Melipilla el sábado en la mañana, me devolvía, iba a jugar a Huracán en la tarde por la primera infantil".
Cuando se dio la posibilidad de subir a la juvenil de Melipilla, Francisco optó por los estudios universitarios. "Di la prueba y quedé en la universidad. Me metí en ingeniería en alimentos en la Católica de Valparaíso, esa es mi profesión ahora", contó.
Francisco cree que pudo ser profesional. Tomó otro camino, pero sigue jugando y a todas las canchas va acompañado por su padre Gilberto. "Mi papá me va a ver a todos los partidos, hasta ahora, jugando en primera casi llegando a seniors".
Gilberto Rojas es su hincha número uno. "Es la barra oficial que tengo, en vez de gritarme 'corre hijo' me grita 'corre Chico Rojas', como todos me conocen así. Creo que voy a tener que seguir jugando a la pelota por él, hasta que no me den más las piernas".
A Estrella
La identificación de Francisco con Huracán es innegable, pero como le pasó a muchos jugadores formados en la tienda llolleína, las malas campañas y la búsqueda de nuevos desafíos lo llevaron a otro club.
Rojas se fue a Estrella de Chile. "Cuando tenía 19 años y ya estaba jugando en primera adulta, me fui a Estrella. Estuve dos años".
-¿Fue una decisión difícil?
-Duro, pero en Huracán no le ponían énfasis a la primera, todos los otros clubes ganaban, venía naciendo el boom de Balmaceda, la primera de Huracán se quedaba atrás. Además en ese tiempo empezaron a aparecer las lucas en los equipos. Jorge Alarcón, del Mary Carla, me ofreció en ese minuto una cantidad de plata que para mí era mucha. Había empezado a estudiar, entonces esas lucas extras para los estudios eran atractivas.
-¿La falta de logros deportivos te obligó a partir?
-El incentivo deportivo fue lo primero, pero después aparecieron las lucas que venían de la mano. A Estrella llegaron el "Chicho" Romero, el "Tota" después llegó "Beto" Vera, volvió el Cristóbal Alarcón que venía de la Universidad de Chile. Se armó un buen equipo, llamaba la atención jugar ahí.
El único problema de ese equipo lleno de "estrella del fútbol local" era que "éramos los 11 nomás. Mirabas para afuera de la cancha y no había nadie en la banca. Por eso no tuvimos los resultados que se esperaban. Llegamos a finales de copas, avanzamos fases en los torneos, pero nunca concretamos. Salimos campeones de la primera, pero nada afuera".
Recuerda que su decisión de partir desde Huracán generó reacciones negativas entre algunos hinchas y dirigentes. "Me odiaban y cuando me tocó jugar contra ellos recibía los peores gritos. A pesar de todo estoy muy agradecido de la gente de Estrella, porque es una institución donde te acogen muy bien, lo pasé muy bien, me cuidaban mucho. Nunca tuve ni un problema".
Francisco no puede evitar comparar lo que sucede en la actualidad con los jugadores que reciben un pago. "He visto a cabritos que les pagan 10 lucas por partido y si juegan mal los empapelan a garabatos. Cuando estuve en Estrella nunca recibí un trato así. Lamentablemente hoy se está desvirtuando lo que es el fútbol amateur, con el dinero de por medio. Algunos creen que por pagar pueden insultar a los jugadores", analizó.
Asegura que si alguna vez le tocara vivir una situación como esta "iría a la banca y le diría al entrenador, 'toma aquí está tu plata' y lo mandaría a la chucha".
Admite que "soy recaliente de sangre cuando estoy en la cancha. Una vez el entrenador Victoriano Alvarez en la selección adulta (2010) me gritaba todo el rato y desde adentro le respondí que 'si quería me sacara', a veces uno no la quiere cagar, pero tengo mi genio".
En algunas ocasiones esto le ha traído problemas, porque "si lo tengo bien canalizado, puede ayudar, pero a veces se me suelta la cadena y vienen las expulsiones. Lo estoy tratando de manejar".
Selecciones
La carrera futbolística de Francisco Rojas ha estado marcada por su participación en varias selecciones locales. Partió con la Sub 14 y luego la adulta lo convocó.
Participó en el primer título regional de la Puerta del Pacífico obtenido en 2010 con Victoriano Alvarez en el banco y en 2013 por razones laborales no jugó el Regional. "El 'Pato' Montecino me llamó para el Nacional. En la última (2016) en un partido de entrenamiento con el SAU me desgarré, o sea lo trabajamos como desgarro, pero era una rotura muscular. Me perdí todo el campeonato, no pude jugar ni un minuto".
Para Francisco este fue un duro momento. "Imagínate estar en la banca sentado, después en la galería, fue horrible. Por suerte me recuperé y sigo jugando. Eso es lo importante".
Su retorno a Huracán (2015) coincidió con un renacer de la primera adulta y de las otras series del club.
Para Francisco la clave de este momento de la primera se debe a que "armamos un equipo de amigos, más que de jugadores. Se han ido algunos, volvieron otros, pero en la cancha somos súper unidos y se nota, todos nos sacrificamos cuando hay que pelear por una pelota".
Una de las diferencias que ve el "Chico" Rojas en este equipo que dirige el "Pato" Montecino es que "en este último tiempo hemos sacado resultados que antes no los conseguíamos, empatar en los últimos minutos, con la pachorra, con las ganas. Eso verifica que somos un grupo de amigos unido que busca un resultado".
Esa actitud es el fundamento de la campaña en la primera parte del torneo Oficial 2017, donde Huracán se quedó con el primer lugar de la primera adulta y se ganó un cupo en la definición anual con el ganador de la fase de grupos, que comenzó la semana pasada.
"Hemos jugado pésimo en las últimas cuatro fechas, a puros empates, pero sacamos la garra y el corazón que se tiene que tener para sacar un resultado", admitió.
El objetivo de este plantel es clasificar a la Copa Anfa y "ganarla, esa es la deuda que tengo con el club". Francisco tiene un objetivo para esta segunda parte del año, objetivo compartido con sus compañeros. Primero quiere salir campeón y luego pelear la Anfa con la camiseta que lo acompaña desde los 5 años.