Los transportistas sanantoninos lloran la partida de querido colega
Nataniel Guzmán no pudo ganarle la batalla al cáncer. Falleció el lunes en su casa en Bellavista.
A los 73 años dejó de existir en su casa del cerro Bellavista el transportista sanantonino Nataniel Guzmán Quiroz.
Este vecino de calle Bruselas luchó incansablemente por vencer al cáncer que lo aquejaba, pero sus esfuerzos fueron en vano, y lamentablemente la madrugada del lunes pasado su cuerpo ya no resistió más.
Claudia Guzmán contó que su padre toda la vida trabajó en el gremio del transporte y que cuando ella y sus tres hermanos eran pequeños salían a trabajar con él arriba de su camión.
"Yo recuerdo que dormíamos en la litera. Esos fueron momentos muy bonitos porque mi papá siempre quiso mucho su trabajo y a sus colegas. Ellos estuvieron acompañándolo hasta el final", señaló Claudia.
Guillermo Ampuero fue una de las últimas personas que estuvo junto a Nataniel. Asegura que a pesar de lo avanzado de su enfermedad siempre tuvo fuerzas para bromear y reír junto a ellos.
"Estuvimos con él esa tarde y a la madrugada siguiente nos avisaron que había fallecido. Él se despidió de nosotros. Esa tarde estuvimos riéndonos porque se veía muy bien. Estaba lleno de ganas, porque él jamás se echó a morir", recuerda Ampuero, quien lamenta la partida de su querido "Makeijan", apodo con que Nataniel era conocido entre sus colegas de la empresa Sitrans.
Incluso después de esa visita, el transportista les envió una fotografía donde aparecía despidiéndose. "Hasta el final se acordó de nosotros".
Ampuero recuerda miles de anécdotas en las cuales Nataniel era el alma de la fiesta.
"Era un hombre muy alegre. Siempre echaba la talla. Lo estaba pasando mal con su enfermedad e incluso muchas veces se desmayó en el trabajo, pero aun así, andaba riéndose y dándole ánimo a todo el mundo", sostiene su colega.
Despedida
Nataniel no conoció a su madre. Su hija asegura que ella murió cuando él era muy pequeño, por eso siempre le dijo a sus cercanos que quería ser sepultado junto a la mujer que le dio la vida. Su familia quiso cumplir este último anhelo, por lo que sus restos fueron sepultados en la vecina comuna de San Pedro, en la Región Metropolitana.
Pero antes de emprender el rumbo a su última morada, familiares, amigos y compañeros de trabajo quisieron despedirlo en el lugar que lo acogió por mucho tiempo.
Pasadas las 15 horas, el féretro llegó hasta la calle Bernardo O'Higgins donde era esperado por sus colegas.
El camión ingresó al sitio extraportuario de Sitrans, donde de manera simbólica efectuó "su último viaje". Finalmente sus colegas lo despidieron entre aplausos y caras tristes.
"Era muy buena onda el 'Nata'. Me acuerdo cuando lo veíamos llegar en su camión. Él era grande y maceteado, por eso le pusimos 'Makeijan'", dice Ampuero.