David Muñoz Castillo
Se mueve por toda la cancha y nadie se explica cómo siempre recibe solo la pelota, sin marca. A ratos corretea a los rivales, pero lo suyo es generar juego, meter pases entre líneas y habilitar a sus compañeros. Faltando 9 minutos para el final, cambia de velocidad, le saca ventaja al defensa y le pone un pase perfecto a su compañero Sergio Mejías. Es el 2 a1 para Unión Santo Domingo sobre Huracán. Rodrigo Patricio Romero Berríos (42 años, nacido el 24 de junio de 1975) es uno de los principales responsables del triunfo y del abrupto final del invicto de su adversario de turno en el torneo Oficial de la Puerta del Pacífico.
Es de esos jugadores que da gusto ver, que deleita el paladar de aquellos que disfrutan con el fútbol. Aunque ya no usa la camiseta con el "10" en la espalda, como una forma de camuflarse y pasar desapercibido entre sus rivales, lo del "Tota" es puro talento en la cancha. Conserva intacto el mismo juego que lo llevó a vestir la camiseta de Deportes Melipilla por 15 años y lo transformó en una leyenda de los "Potros". En el equipo metropolitano tiene cartel de ídolo: es el jugador con más partidos en la historia del club con 317 presencias, desde que comenzó a jugar en 1992, hasta 2007, el año de su retiro.
Su historia en el fútbol partió unos años antes de ese debut por los melipillanos en el balompié amateur sanantonino. Nació en San Juan, pero comenzó jugando por el archirrival, Gallardo.
Los Romero son de San Juan, mientras que los Berríos son oriundos de Lo Gallardo, por eso no extraño tanto que el pequeño Rodrigo se iniciara en los "brujos".
"Mi papá jugó en Huracán, cuando el equipo estaba en Tercera División (Regional Zona Central) ahí me empezó a gustar el fútbol", recordó sobre su progenitor que también fue un talentoso volante. El "Tota" heredó de su padre el juego que todo hincha del fútbol disfruta y agradece. "En San Juan me encontraban muy chico, jugué uno o dos partidos y me fui a Gallardo, lo que pasa es que mi abuelito era dirigente del club", agregó.
A pesar de su escasa estatura (1.61 metros) el talento del "Tota" era innegable y eso lo llevó a las cadetes de la Universidad Católica. "Viajaba todos los días, un tiempo viví donde una tía, me aburrí, echaba de menos a la familia, a los amigos y me devolví. En ese tiempo no pensaba en hacer una carrera en el fútbol, era más por jugar", contó sobre su paso por la cantera cruzada de San Carlos de Apoquindo. "En ese tiempo no había nada en ese sector, ahora está lleno de casas", rememoró sobre su estadía en el club de los contrafuertes cordilleranos.
El jinete del Potro
El desgaste físico lo llevó a dejar a los cruzados, luego de un año. A los 16 años de edad optó por Deportes Melipilla, porque "estaba más cerca. En ese tiempo nadie te decía que podías hacer una carrera en el fútbol, uno jugaba nomás. Quizás me pude quedar en Católica, pero era chico y no veía el fútbol como un trabajo".
Sin proponérselo, Rodrigo Romero fue parte y actor principal en la mejor época de Deportes Melipilla. El club fundado en 1992, heredero del tradicional Soinca Bata, iniciaba un proyecto deportivo con el objetivo de instalarse en el fútbol profesional.
En su arribo a Melipilla, a la serie juvenil, se encontró con un club que en su primera temporada lograba el ascenso a Primera A (1992) tras ganar una liguilla.
"En ese tiempo tenía que ir a entrenar dos veces a la semana, no era como en Católica que tenía que ir todos los días", agregó sobre su arribo al "Potro Solitario".
En ese periodo muchos jugadores sanantoninos vieron en la escuadra de la vecina ciudad la posibilidad de proyectarse en el balompié rentado. "Me acuerdo que en ese tiempo viajábamos con el "Lalo" (Eduardo) Palacios y varios más hasta Melipilla, para ir a jugar a las cadetes. Eso era lo bueno, que estaba cerca", justificó.
Ese fue el inicio de una extensa relación que se prolongó por 15 años, que tuvo momentos de gloria y otros de sufrimiento, peleando por no descender a la Tercera División.
Antes del ascenso en 2004, con el DT sanantonino Juan Ubilla en el banco, Rodrigo Romero fue parte de un grupo de jugadores, como Luis Cueto, el arquero Aníbal Pinto, Ronny Fernández, Alejandro Tello, Iván Arenas y Juan Carlos Ibáñez, que se identificaron con la institución.
Durante una década y media el "Tota" rechazó varias propuestas de otros clubes del profesionalismo. "Tuve varias ofertas, pero nunca se dieron, siempre pasaba algo. Además que estaba bien en Melipilla, era el regalón de la gente", confesó.
Tal es el cariño que tenía la afición del "Potro" por el hombre nacido en San Juan que sigue siendo recordado y es destacado como el jugador con más partidos en el club. Todo un orgullo para el "Tota" Romero. "No me acuerdo cuántos partidos fueron, pero desde que llegué a las cadetes, empecé casi altiro a jugar en el primer equipo y de ahí no paré. Jugaba casi siempre. Partí a los 17 años", agregó.
Desde que se inició Deportes Melipilla se ganó la chapa de "equipo ascensor". En su primer año en el fútbol profesional, el club ascendió a Primera A (1992), pero bajó al final de esa temporada. Entre 1994 a 2004 se mantuvo en la Primera B. En 2005 descendió y volvió a la "A" en 2006. Otra vez bajó y subió al final de ese año con Luis Musrri como DT. Se mantuvo dos temporadas en el fútbol mayor, hasta el 2009, el año de la debacle.
"Estuvimos por mucho tiempo en Segunda (Primera B), imagínate que recién subimos en el 2004, bajamos en el 2005, volvimos a subir en 2006 a Primera. Lo bueno es que el club nunca bajaba a Tercera, hasta que bajó por secretaría", recordó el volante sobre uno de los episodios más tristes en la historia del club.
El 22 de junio de 2009, la Comisión de Control de Gestión Económica de la Anfp decidió descender automáticamente a Melipilla a la Tercera División, por no pagar sueldos y cotizaciones previsionales de sus jugadores.
El "Tota" no vivió ese crudo episodio, ya estaba retirado, pero igual sintió el golpe. "No se perdió la categoría por los jugadores, fue por los dirigentes. En un tiempo Melipilla estuvo bien económica y deportivamente. Salimos campeones dos años, el 2004 y el 2006, jugábamos contra equipos poderosos como Everton, Deportes Concepción, la U de Conce", recordó sobre sus mejores momentos en la actividad.
El retiro
Su retiro del fútbol profesional no fue un tema meditado ni planificado. El "Tota" dejó el fútbol a los 32 años, con un dejo de decepción y tristeza por la conducta de los dirigentes. "Se portaron mal al final. Cuando faltaban unos días para la pretemporada, no me llamaban para arreglar, era tarde para buscar otra cosa. Los dirigentes a última hora se contactaron, como que no me querían mucho parece", contó como tratando de buscar una explicación.
Con el paso del tiempo Rodrigo Romero asegura que "me jodieron , porque siempre en diciembre ya empiezas a conversar y si no te quieren empiezas a buscar equipo, pero que te llamen en enero, a pocos días de iniciar la pretemporada, no alcanzas a hacer nada. Me llamó la secretaria en enero para que fuera a firmar el finiquito. Quedé para adentro. Igual podía encontrar un equipo, incluso me llamaron de San Luis de Quillota, pero no quise, no quería salir de la zona, porque viajaba todos los días de San Antonio a Melipilla".
El "Tota" medita con el paso del tiempo y está convencido de que su retiro fue anticipado. "Demás que podía seguir jugando, pensé en irme a San Luis pero no lo hice por tener que viajar o irme a otra parte. Ahí decidí no seguir más", explicó.
Trabajo
Con toda una vida por delante, Rodrigo Romero buscó trabajo. Desde que se retiró encontró un puesto en la Sociedad Sal Lobos, donde además de desarrollar sus funciones, el fútbol es parte importante de su quehacer.
Con el equipo de su empresa ganó varias veces el nacional de fútbol de salón, organizado por una caja de compensación, y en cuatro ocasiones viajó a Alemania, representando al país, con varios de sus compañeros.
De retorno al fútbol amateur, Estrella de Chile lo fichó en sus filas. Una temporada vistió la casaquilla de los parroquiales y retornó a San Juan.
Hasta el año pasado se mantuvo en el plantel del equipo rojo y una promesa lo llevó a cambiar de tricota. "Si no llegábamos a la final de la Copa Litoral me iba a las Rocas, fue como una apuesta que hicimos, así que me fui", contó sobre su arribo al equipo que dirige el "Chunga" Arévalo.
El domingo pasado consiguieron su segunda victoria en la fase de grupos del Oficial de la Puerta del Pacífico. Los verdes luchan en la serie de honor y en la general, porque el objetivo del "Tota" y todos en el club es clasificar a la Copa Anfa. Esa es la nueva misión que tiene Rodrigo Romero, el volante que aporta con talento para llegar a la meta que tiene Unión Santo Domingo para la próxima temporada.