Se lució en festival de la voz para ciegos
La sanantonina Paula Guzmán obtuvo el segundo lugar en este certamen de carácter nacional que se realizó en Valdivia.
La sanantonina no vidente Paula Guzmán Salazar tiene 23 años y durante el último lustro ha destacado por sus logros en el atletismo, entre ellos su participación en el Mundial Paralímpico de Atletismo, en Londres.
Nació con una enfermedad degenerativa que se llama retinitis pigmentosa, que progresivamente le quitó la capacidad de percibir la realidad a través de sus ojos. Sin embargo, para esta vecina del sector de Villa Italia nada es imposible y así lo ha demostrado, no solo en el deporte.
Hace un par de semanas viajó hasta Valdivia para competir en el Festival de la Voz para no videntes, que se desarrolló el 10 y 11 del presente mes.
En total fueron 22 artistas discapacitados los que se presentaron en este concurso que reunió a cantantes de todo Chile, entre ellos la joven Paula.
"La primera noche me tocó abrir. Estaba súper nerviosa y creo que no me salió tan bien como esperaba. Tenía como tiritones y mi voz, siento yo, no se me escuchaba bien", reconoció.
La representante local subió al escenario en la apertura del festival con la canción "Ángel", de John Secada, y pese a que no quedó contenta con su debut, el jurado decidió que debía estar en la final que se llevó a cabo al día siguiente.
"Después (el segundo día) me tocó escuchar al resto de los participantes. Salí de las últimas, me tocó cerrar y eso me ayudó a estar más tranquila. Los nervios de la primera noche ya habían pasado y me salió bien. Salí segunda", detalló.
Respecto al nivel del certamen musical manifestó que "había cantantes muy buenos, que tenían un vozarrón muy lindo".
"Terminé muy contenta porque saqué un segundo lugar. Fue una gran experiencia y me gustaría que se repitiera", dijo Paula, quien fue auspiciada por la Municipalidad de San Antonio para su viaje.
Voz de cantante
Las habilidad para el canto de Paula Guzmán nacieron en el internado Hellen Keller, ubicado en la comuna de Ñuñoa, donde cursó la mayoría de su educación obligatoria.
"Una profesora le dio el dato a mis papás de que había un internado especial para no videntes. En este internado estuve hasta octavo básico, en una primera parte, y me permitió desarrollar muchas habilidades, como aprender el sistema braille, usar mi bastón y ese tipo de cosas. Aproveché de participar en talleres también, como en el de canto. Me gustó y como tengo buena voz hasta hoy practico", mencionó la cantante sanantonina
Paralelamente, cuando tenía 18 años, comenzó a incursionar en el atletismo y afirmó que estuvo a punto de no continuar con esta disciplina.
"Estudié de primero a tercero medio en el Sagrada Familia y luego me tuve que devolver al internado. Cuando estaba en cuarto medio me inscribí en el taller de atletismo. No me gustaba, porque me costaba, pero poco a poco fui mejorando. Al principio iba dos veces a la semana, luego tres y cuando conseguí un guía iba cinco días", detalla la corredora de 1.500 y 800 metros planos.
"Ahora me encanta el atletismo y también cantar. Creo que si uno quiere puede hacer lo que a uno más le gusta", reflexionó.