La joven profesional que quiere cambiar la historia a través de una "idea genial"
'Mivos', un traductor bidireccional de la lengua de señas para sordos, tiene a Camila Quevedo como semifinalista de 'Una idea para cambiar la historia' del canal de cable History.
¿Qué ideas podrían cambiar la historia? 2014: 'Generador de energía eléctrica'. 2015: 'Prótesis atomic lab'. 2016: 'Radar para personas con discapacidad visual'. 2017: ... veremos.
Esos son los ganadores, entre miles de participantes por año, del programa de History Channel, donde aquellos millennials con neuronas la rompen en la TV cable.
Pero, ¿qué sucede con aquellos que en un mundo tan bullicioso como el actual no pueden escuchar ni hacerse entender por los demás? Una joven profesional de la Quinta Región -junto a un grupo de colegas chilenos- está por cambiar esta historia.
La cita tiene lugar en el corazón del Duoc UC Valparaíso, donde nuestra entrevistada, hasta hace unos años, era parte de ese enjambre estudiantil del insomnio, sueños alucinados y completos al paso. Jóvenes que, en su mayoría, crecen a toda prisa y que reconocen como suya la sociedad -tecnológica- que les rodea.
En Camila Quevedo asistimos a este nuevo enfoque. Uno que traslada a una atmósfera propia de la pantalla líquida de un Mac o la destreza innata al smartphone de quien lo proyecta como su otra extensión. En ocasiones, no se necesitan millones de dólares, sino tan sólo una buena idea. Ya lo dijo otro Quevedo, Francisco, aquel literato del 'Siglo de Oro' español: "Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho".
Y aquí está Camila, oriunda del cerro Los Placeres de Valparaíso, ex gimnasta rítmica y de danza, titulada de Dibujo y Modelamiento Arquitectónico y Estructural de Duoc UC Valparaíso, con domicilio en Quilpué pero radicada en Recoleta, Santiago, para compartir su "producto", su "creación", su "invento".
Ese que, a sus 29 años, le tomó tres meses en concebir y que la tiene en el radar de los talentos como semifinalista del concurso internacional de History 2017 donde postularon 6 mil 600 interesados del mundo. De ellos, solo quedan 10 semifinalistas en carrera... y Camila Quevedo, a un paso de la gran final como representante nacional. "Sería la primera mujer de Chile en llegar a esta final", dice ella.
En un mundo donde 360 millones de personas tienen problemas auditivos y que son sordas -cifra que en Chile llega a 800 mil-, su idea la tiene a las puertas de abrir el sueño de ellas y también del suyo.
Barrera idiomática
Todo gracias a Mivos, un sistema que permite traducir en tiempo real el lenguaje de señas generado por una persona sordo-muda a un audio de voz. Esto a través de una cámara de celular o computador. Camila hace una pausa y proyecta su inventiva: "En el futuro va a estar instalado como una aplicación, ya sea en el celular o el computador. Nosotros, las personas oyentes, vamos a poder comunicarnos con las personas sordas sin necesariamente entender o saber de la lengua de señas", añade a la apuesta real.
Pero, ¿cómo funciona?
La persona saluda, hace una seña en la pantalla y ésta se va a ver reproducida en el celular o computador y por un audio va a decir lo que significa. También "funciona viceversa". En el fondo, "nosotros, los oyentes, vamos a hablar a nivel celular por un micrófono y en la pantalla se va a ver reflejado lo que significa esa seña", agrega Camila con actitud.
¿El objetivo? Tener una comunicación automática entre las personas oyentes y las personas sordas. ¿Finalidad? Camila responde al pionero desafío: "Hacer de MIVOS un nuevo medio comunicacional".
Confiesa estar nerviosa. Pero... de ganar, ¿qué pasaría? La también líder del emprendimiento Rotatecno, inserto dentro de Robotics Lab, laboratorio -y primer centro de robótica aplicada en Chile- a cargo de su hermano Rodrigo Quevedo, experto en el tema de tecnología y robótica hoy en Chile, pone fichas. "Si quedamos en la final, que son cinco finalistas, nosotros tendremos financiamiento para desarrollar el proyecto...".
De hecho, si llega a triunfar con su idea, History se pone con 60 mil dólares (unos 38 millones de pesos). Si queda en quinto lugar, recibirá 10 mil de la moneda americana (unos 6 millones y medio de pesos).
Inclusivo (y con ruido)
Freddy Ibacache es intérprete de lengua de señas. Hijo de padres sordos, colabora con este programa de carácter inclusivo. "Apoyo el proyecto MIVOS, una idea para cambiar la historia, en el canal History". Su llamado: la toma en cuenta de la idea.
Juan Ramírez, desarrollador del software, ha reconocido, al igual que Camila, que en otros países se han realizado iniciativas similares, pero difíciles de usar. De allí que su meta sea la sencillez del software al momento de utilizarlo. "Por eso este traductor de audio en tiempo real debe ser de acceso masivo".
Alejandro Hidalgo es sordo. Para comunicarse con el mundo requiere la lengua de señas. Él ha participado desde el comienzo en las pruebas con Camila. Para Alejandro, se trata de "una iniciativa bella", incipiente en un mundo donde los sordos requieren de diversos tipos de comunicación.
Camila Quevedo ingresa a las salas, que más bien parecen un laboratorio, en el Duoc UC de Valparaíso.Se mueve como pez en el agua. Nada en su mar de ideas, unas que -muchas veces- no llegan a buen puerto. En su caso, no es así: "Todo sale de nuestro bolsillo. Autogestionable. Trabajamos duro para que esto se pueda realizar. Falta el financiamiento para avanzar más rápido". Por eso History. Reconoce que los frutos están por verse.
Mivos partió inicialmente con el estado "del arte"; buscar todo lo que exista en el mundo para no reinventar algo que ya existiera. "Esa es la base. Después, comenzamos a definir conceptos que no estuvieran definidos en la lengua de señas, y hacer la prueba de si reconocía la pantalla lo que nosotros estábamos haciendo como señas", acota la emprendedora que aprovecha sus breves ratos libres para andar en bicicleta y disfrutar con sus perros.
"Y funcionó", rotula a la invitación que hiciera a la comunidad de personas sordas en Chile. Los mismos que como Freddy Ibacache y Alejandro Hidalgo han formado parte activa de este proyecto de vida. "Ellos nos han enseñado mucho de la gente sorda. Porque hay muchos conceptos errados, como decir lenguaje de señas y no lengua de señas. Es lengua de señas, porque es un idioma para ellos, y nosotros lo debemos entender así". Por si lo desconocía, es un error decir que son sordos mudos. La joven profesional complementa: "Las personas sordas no son mudas, sí pueden hablar, solamente que no ocupan su voz para expresarse, ya que generalmente no están acostumbrados. Pero sí hablan", aclara.
La idea es aplicar este software a los servicios al cliente. Camila desea que Mivos tenga más de un idioma, y también agregar conceptos. Eso porque las marcas, por ejemplo, tienen una seña particular. "Queremos que Mivos sea un nuevo medio de comunicación". De hecho, va a ser una aplicación (app) que "todo el mundo podrá tener en su celular". Y con ello, su sueño: abrir un nuevo camino y acercar la tecnología a todas las personas.
Tanto para Juan Ramírez como Camila Quevedo las pruebas de la "idea" han sido exitosas: el software reconoce los movimientos de las manos y verbaliza las letras del abecedario.
Familia de cerebros
Para la mayoría, podría ser un 90 por ciento sudor y 10% creación. En el caso de Camila, y gran parte de su familia, pareciera que la inteligencia, esa capaz de hacer realidad lo que para muchos queda en ideas, le es inherente por gen. Para muestra, varios botones. Tras titularse de su carrera en el Duoc UC, en 2014 Camila ingresó a la empresa de su hermano, Rodrigo, con el fin de reducir la brecha. "Somos una familia porteña dedicada a la robótica. Lo que desarrolla la Nasa debe llegar a nuestras manos. De allí que me especializara en la fabricación digital". Además, se diplomó en Arquitectura Sustentable en la UC y la academia Her Global Impact (innovación para mujeres en ciencias y tecnologías).
Entre Robotics Lab y Rotatecno laboran 12 personas donde, dice, generan capacitación y talleres.
Camila tiene cuatro sobrinos, todos abocados a la robótica: el más pequeño, Rodrigo Quevedo Bastías, participa como capitán nacional en una competencias de robótica en Japón; Jorge Quevedo Bastías dio el puntapié inicial a esta iniciativa familiar en robótica, hace 10 años, "porque existía sólo una en Chile"; Javier Quevedo Mackay, director en el área del laboratorio de investigaciones de la Universidad Mayor. Y Paulina Quevedo, hermana de Camila,también aplica neuronas en las empresas. Camila quiere que los chilenos voten por Mivos. Y replica, como robot al pulso: "¡Tenemos Quevedo en tecnología para rato!".