"Nuestro trabajo no sirve de nada si cuando un interno sale de la cárcel nadie lo acoge"
El alcaide del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Antonio, teniente coronel Juan Arellano Blanco, contó cómo ha sido el trabajo que ha realizado a casi un año de que tomó el mando de la unidad y cómo lo han hecho para enfrentar el hacinamiento en el que viven tanto internos como funcionarios.
El teniente coronel Raúl Arellano Blanco pisó por primera vez el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Antonio en enero de este año, cuando llegó a hacerse cargo de la unidad penal.
A casi un año del inicio de su gestión y en el marco del aniversario número 87 de Gendarmería de Chile, el alcaide de la cárcel de San Antonio, hizo un resumen del trabajo que ha realizado junto a su equipo conformado por 106 funcionarios (civiles y gendarmes) en un recinto donde el hacinamiento es una de las principales falencias.
"Durante los primeros meses hubo un periodo de adaptación y de observación. Después se fue viendo cómo hacer mejoras para que la unidad penal no se viera como tal, sino como parte de la comunidad y no como un punto negro", explicó el oficial.
-¿Cuál es el trabajo que se ha hecho con la población penal?
- Se ha tratado de mejorar la atención del usuario. Se les ha dicho a los funcionarios que en la reacción que nosotros tengamos va depender la forma de cómo nos relacionemos con ellos.
-¿El hacinamiento es un tema importante en San Antonio?
-Sí, y en la mayoría de los penales del país, especialmente en la Quinta Región. Según la capacidad del diseño esta cárcel es para 250 internos y en la actualidad hay 410 (condenados, imputados y mujeres).
"Este problema no solo afecta a los internos, sino también a los funcionarios. A esta unidad siempre está llegando dotación nueva, pero las dependencias siguen siendo las mismas.
-¿Qué medidas ha tomado para tratar de sobrellevar ese problema?
-Se ha habilitado más espacio para bajar el hacinamiento con los imputados, ya sean primerizos o reincidentes, donde tenemos el principal foco de hacinamiento.
Agregó que "los dormitorios fueron divididos. Si en ese espacio había 80 internos, ahora hay 40, y los demás los distribuimos en otros sectores. Se ha hecho es un reordenamiento de los espacios".
-¿Cómo ha sido el trabajo con los familiares de los internos?
-Como jefatura siempre han estado las puertas abiertas. Con el personal hemos ido mejorando la atención de público de forma considerable.
Asimismo el oficial de Gendarmería resaltó el trabajo llevado a cabo con las visitas en el tema de la entrega de encomiendas a los internos, el cual tuvo una reestructuración a raíz del incendio ocurrido en el 2010 en la cárcel de San Miguel donde fallecieron 81 reos. "Se ordenó que no puede haber ningún elemento combustible al interior del penal, como gas o parafina. Tenemos que evitar que los internos utilicen cocinas, por ejemplo; por eso también hubo un refuerzo en la alimentación".
"Hay una normativa en cuanto a los productos que se pueden ingresar; además, ahora las visitas deben traer cierta cantidad de elementos y no como antes, donde algunos familiares les traían a los internos casi el pedido de la semana. Ahora solo se les permite el consumo diario cuando es visita, porque también existen otros días donde se pueden traer encomiendas", explicó.
El oficial señaló que con esta medida, que al principio no fue muy bien recibida tanto por internos como por sus familias, buscan que "el ingreso en horario de visita sea más expedito. Antiguamente la gente se amanecía esperando. Los días de visita cambiaron. Antes eran los martes, jueves y domingos, pero ahora son los martes, miércoles, jueves, sábado y domingo. Los lunes y viernes son días de encomienda", detalló Arellano Blanco.
"El día que los familiares vienen de visita solo deben traer lo que se consumirá en el momento. En la encomienda pueden traer los productos de la semana", añadió.
-¿Cómo han tomado estas medidas los internos?
-Al principio cuesta la adaptación, pero con el tiempo han entendido que esta medida sí ha ayudado a la tranquilidad y seguridad.
Días complicados
Por estos días, tanto el alcaide como el personal del CCP, están enfocados en el trabajo que se efectúa con los internos, sobre todo ahora que se acerca Navidad y Año Nuevo. Dos fechas "complicadas" para quienes están privados de libertad.
"Uno siempre trata de que se encuentren cómodos, sobre todo en estas fechas donde queremos que estén más conformes con su día a día, pero lamentablemente la infraestructura no se encuentra al ciento por ciento. Con esto tengo que ser sincero", contó.
Reinserción
Durante los más de 20 años que lleva en la institución y como jefe de varios penales del país, Arellano ha sido testigo de que la reinserción -un tema del que todos opinan, pero pocos ayudan- sí es posible, siempre y cuando estén las voluntades.
"No todas las personas que están o han estado privadas de libertad son delincuentes. Hay algunos que por circunstancias de la vida han llegado a la cárcel", afirmó y luego agregó: "si logramos sensibilizar a la comunidad vamos a lograr una mejor reinserción y una mejor vida para esta persona. Nos invitaron a participar en una exposición que hizo el municipio donde había representantes de las empresas locales. Ahí se les explicó este tema, pero hasta ahora no hay respuesta. Nuestro trabajo no sirve de nada si cuando los internos salen de la cárcel nadie los acoge".