Juan Pablo Carrasco: la dura historia de la figura del SAU 2017
El 2015 dejó el fútbol después de que su hija naciera con cardiopatía congénita. El entrenador Guillermo Pérez le ofreció una oportunidad en los lilas y el "Pali" no la desaprovechó, siendo el mejor contención de la categoría.
Florencia Carrasco Maturana, la primera hija del matrimonio compuesto por Juan Pablo Carrasco y Susan Maturana, nació el 23 de julio del 2015 con una cardiopatía congénita que la obligó a pasar sus primeros tres meses de vida internada en el hospital Sótero del Río en Santiago.
Los padres no tenían vuelta atrás. Sin siquiera ponerlo en duda se aferraron al lado de su hija recién nacida y la acompañaron sagradamente día y noche en una de las salas del hospital que se encuentra en la comuna de Puente Alto.
Tanto Juan Pablo como Susan alteraron sus rutinas para abocarse las 24 horas a llenar de afectos y energías a su pequeña. Luego de tres meses internada, Florencia recibió el alta y la joven familia pudo regresar a su hogar en San Vicente de Tagua Tagua, Sexta Región.
Desde san vicente
Antes de que su hija Florencia naciera, Juan Pablo Carrasco, se desempeñaba como jugador de Deportes Linares en Segunda División, luego de una carrera como futbolista que había sumado pasos como volante de contención en General Velásquez, Deportes Colchagua y Santiago Morning durante tres temporadas en Primera B (2011-2014).
"Soy nacido y criado en la zona norte de San Vicente de Tagua Tagua, en el sector de El Manzano. Comencé a jugar fútbol en la escuelita que tenía el profesor Bernardo Pavez. Después de eso tuve la oportunidad de llegar a los 17 años a General Velásquez y luego a Deportes Linares donde comencé a jugar regularmente. Tras eso salté a Colchagua y en 2011 firmé por dos años en Santiago Morning, un paso que fue muy importante para mi carrera, ya que pude desempeñarme en Primera B", relata Juan Pablo Carrasco.
Después de su buen paso por la escuadra autobusera, Carrasco tuvo la mala suerte de sufrir de las viciadas prácticas de un representante que lo dejó sin club de Primera B para la temporada 2015, por lo que tuvo que volver a Deportes Linares, en Segunda División.
Chao fútbol
Hasta que el 23 de julio de ese mismo año la vida de Juan Pablo cambiaría para siempre con la cardiopatía genética con la que había nacido su hija Florencia.
"Desde ese mismo día que me alejé por completo del fútbol, porque tenía que acompañar a mi hija en el hospital. Los tres meses que estuvo internada con mi señora Susan, con quien nos conocemos desde San Vicente de Tagua Tagua, nos quedamos prácticamente a vivir ahí. Fueron días bastantes duros que tuvimos que pasar", reconoce el futbolista.
Luego de esos tres meses con residencia en el Sótero del Río, la pequeña Florencia pudo trasladarse a la casa de sus padres en San Vicente de Tagua Tagua, a la espera de empezar una recuperación.
Pero las alteraciones a su corazón seguían constantes y el 22 de enero del 2016 una mala noticia derrumbaría la vida del matrimonio Carrasco Maturana. Tras dar la lucha y la pelea por superar la cardiopatía, Florencia fallecería con apenas seis meses de edad.
Recuperando la vida
Pasaron los meses y el presidente de Deportes Colchagua llamó a Juan Pablo para que se hiciera parte del plantel del equipo que estaba en Segunda División.
"Fue una buena oportunidad, así que después de haber superado un poco el dolor, comencé de vuelta, aunque tuve un problema después en el club, por lo que el 2017 estuve jugando en amateur, con el equipo Santa Teresa la Torina de Pichidegua. Alcancé a jugar Copa Anfa con ellos", admite.
Mientras se desempeñaba en amateur, Juan Pablo Carrasco comenzó a trabajar en San Vicente de Tagua Tagua en el despacho de una ferretería, por lo que el fútbol se iba cayendo cada vez más en su lista de prioridades.
Hasta que una llamada de Guillermo Pérez, quien había sido confirmado como entrenador de San Antonio Unido, lo devolvió a su hábitat natural que es una cancha de fútbol.
"El profe 'Chichilo' me conocía del 2010, cuando él estuvo entrenando a Linares y yo estaba ahí. Siempre mantuvimos contacto, y por ejemplo, cuando estuvo en Magallanes y teníamos clásicos contra ellos por el Morning, siempre nos saludábamos, ya que él siempre me entregó buenos consejos. Me ofreció la oportunidad de ir a San Antonio Unido y así llegué al club para el Transición del 2017", detalla Carrasco, quien junto a sus compañeros Kevin Galdames, Javier Cabrera y Fabián Barbosa, compartían casa en el sector de San Sebastián, desde donde viajaban todos los días para entrenar con el SAU en la cancha de Estrella de Chile.
Más largo era el trayecto los días lunes cuando el volante de contención viajaba desde San Vicente hasta la ciudad puerto. "Me despertaba a las cuatro de la mañana, tomaba el bus de las cinco AM a Santiago, y después a las siete me iba a San Antonio para llegar a entrenar", explica sobre su sacrificada rutina que realizaba después de disfrutar los días libres con su señora en San Vicente.
Gran campeonato
Debido a que Guillermo Pérez conocía las cualidades y virtudes de Juan Pablo Carrasco como volante de contención, lo incluyó desde el primer partido del Transición como titular en la oncena de San Antonio Unido.
"Uno trata de responder a esa confianza entregándose al cien por ciento, y eso fue lo que traté de demostrar en este torneo, donde lamentablemente lo más doloroso como equipo fue no haber podido lograr el ascenso", reconoce con rabia el mediocampista que tras cumplir una gran campaña, y ser uno de los más regulares del equipo lila, tuvo el honor de ser elegido en dos portales webs especializados en Segunda División como el mejor en su posición.
Los sitios enelcamarin.cl y enascenso.cl lo incluyeron dentro de la oncena de los mejores del Transición, un reconocimiento que llenó de alegría a Juan Pablo Carrasco, quien a sus 29 años de edad (25 de abril 1988), está viviendo un verdadero renacer futbolístico.
"Es una alegría, por todo el sacrificio que he tenido que hacer para seguir en el fútbol. Agradezco a Dios y a mi hija por estos premios. En San Antonio Unido me sentí feliz, muy contento, es un equipo con una gran hinchada, y la verdad es que a mí me encantaría seguir en el SAU si es que existe la posibilidad. Hay que ver si sigue el mismo cuerpo técnico y analizar las posibilidades que se vienen para esta temporada", comenta el querido "Pali", apodo que recibió cuando chico como un diminutivo de su nombre compuesto.
Pero la alegría en estos momentos para el matrimonio Carrasco Maturana no es exclusivamente por lo sucedido en la cancha. Juan Pablo afirma que junto a su señora "estamos en campaña como se dice, porque los dos estamos con ganas nuevamente de ser padres, así que esperemos que se pueda dar en este 2018".