Jesús Farías Silva
La sequía que afecta hace diez años a la provincia de San Antonio no da tregua. La Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas emitió este jueves el decreto número 4 del 2018, en que se declara "zona de escasez hídrica" a las provincias de Quillota, Marga-Marga, Petorca y las comunas de Llay Llay y San Antonio.
El texto legal, que se mantendrá vigente hasta el 5 de junio de este año, establece que "la Dirección General de Aguas podrá redistribuir las aguas disponibles en fuentes naturales, con el objeto de reducir al mínimo los daños generales derivados por la seguía".
También se podrán "autorizar extracciones superficiales o subterráneas en cualquier punto", independiente de los derechos de agua que tengan personas o empresas, con tal de asegurar el elemento.
La medida pretende garantizar un suministro permanente en las zonas agrícolas de la comuna, donde hasta ahora (y hace décadas) se distribuye agua potable en camiones de la Municipalidad de San Antonio.
Esta declaración del MOP es considerada como preventiva, pues entrega un marco legal para intervenir, tanto cauces superficiales como pozos, en caso de emergencia.
San Antonio se suma a 60 comunas del país bajo la misma norma, entre ellas La Ligua, Concón y Melipilla.
"Sólo habiendo decretos de escasez hídrica la DGA puede participar de la distribución de las aguas, incluso llegando a intervenir un río. También puede empezar a extraer aguas de pozos que se tengan para situaciones de emergencia", explicó a radio Cooperativa, Carlos Estévez, director general de Aguas.
Las razones de la escasez hídrica son la sequedad de pozos, vertientes y napas subterráneas, y el déficit de precipitaciones.
Desde Conaf indicaron en septiembre pasado a Diario El Líder que "desde 2007 hemos estado en un proceso largo se sequía, que ha mantenido una reducción del 30 a 50 por ciento de las precipitaciones".
De acuerdo a lo informado por la Estación Meteorológica de Santo Domingo, "la provincia sigue la tendencia del país".
Escasa lluvia
En 2017 cayeron poco más de 400 milímetros de agua. Menos de los 485 milímetros que deberían caer al menos dos años seguidos para contrarrestar los daños de la sequía.
En 2013, las comunas de Cartagena y Santo Domingo, que también tienen extensas zonas rurales, estuvieron bajo la misma alerta del MOP. No se descarta que se añadan a la larga lista durante el verano.
El hecho marca un enorme contraste con lo que pasaba en 2002, cuando se registraron 807 milímetros de agua caída en invierno y el peligro de falta de lluvias ni se pensaba.
"La acumulación de nieve en la cordillera, sin embargo, está dentro de rangos normales", aseguraron desde Meteorología, por lo que el caudal del Maipo y el suministro de agua potable estaría asegurado para la ciudad de San Antonio y el resto de la provincia.
Hay que esperar para ver qué hace San Isidro el próximo invierno y si acaso se le quita lo "amarrete".
807 milímetros de agua cayeron en el 2002. En el año 2017, apenas 400 milímetros.