Jesús Farías Silva
La Fundación Cosmos, que promueve la conservación de distintos espacios ecológicos a lo largo del país, reveló un estudio donde aseguran que la flora y fauna de 70 hectáreas de terreno, en las dunas de Santo Domingo, estarían "bajo amenaza" debido al aumento de viviendas y el cambio climático.
"El campo dunar de la playa de Santo Domingo se presenta como un sector de características únicas en el área", destaca el análisis realizado por la organización Avitrek en octubre de 2017 por encargo de la mencionada fundación.
Aunque no existen planes para la construcción de condominios en el lugar, proponen un cambio en el plano regulador de la comuna, para asegurar la biodiversidad del espacio.
El informe consigna que el "campo dunar", emplazado cerca de los humedales del río Maipo y El Yali -este último protegido además por tratarse de un sitio de importancia internacional como hábitat de aves acuáticas-, abarca aproximadamente 70 hectáreas y está compuesto por cinco cordones de dunas que datan del periodo plestocénico, es decir, que se formó hace 2,9 millones de años.
La investigación, que fue revelada por el diario La Tercera el sábado en la noche y luego replicada en medios nacionales, también contabilizó 69 especies vegetales y 36 tipos de aves en el lugar.
Además, existe una gran cantidad de especies endémicas (aquellas propias del país y de la zona central) como el molle y el chagual.
En las dunas se avistaron aves como el canastero y el churrín. En ambos casos, de acuerdo al documento de Avitrek, son difíciles de observar en el área costera y corresponden a especies endémicas. Estas dos conviven con dos especies declaradas en peligro de amenaza: el pelícano y el lile, que también son aves nativas del sector.
Desde la Fundación Cosmos señalan que "el lugar es de suma importancia por su función como estructura natural que protege las zonas interiores urbanizadas de las crecidas del mar o de posibles maremotos. Es, además, una cortina natural para detener el avance de la arena hacia el interior de la comuna".
"Se hace necesario tomar medidas de conservación, a fin de prevenir que ingresen especies invasoras y dañen a alguna de las categorías de animales amenazados", agregan.
El director ejecutivo de esta fundación, Diego Urrejola, explicó a los medios que "es fundamental difundir la existencia de este lugar y su tremendo valor ecológico, para ir creando un movimiento ciudadano que promueva y exija la protección del lugar a través del cambio en el plano regulador". Además, se requiere, dice, "de la elaboración de una Ordenanza Municipal de Protección que regule las actividades que se pueden o no hacer en el campo dunar tal y como en los humedales".
Protección natural
Según un estudio de la Universidad Católica, las dunas costeras ayudarían a atenuar los efectos del cambio climático. "No solo son un espectáculo natural -indicó la geógrafa Consuelo Castro-, ya que además podrían ayudarnos a atenuar los efectos del cambio climático. Ante una posible alza del nivel del mar, la erosión de la playa sería menor gracias a que la duna aporta arena para regenerarla. Además, actuarían como amortiguadores y barreras frente a los mayores riesgos de oleaje previstos por una mayor incidencia de tormentas. De hecho, también son importantes para contener los maremotos".