Las grandes tormentas en la vida del buzo Patricio Borne
Este hombre se hizo conocido en San Antonio por su habilidad para encontrar cuerpos en el mar. Aunque no sólo por eso. En los '90 salió en portadas por haber asesinado a su hermano, hecho que marcó su vida, pero que ya ha superado.
Mientras baja por un empinado camino desde la casa materna a la Caleta San Pedro de Cartagena, Patricio Borne cuenta que está ayudando a una rebusca en Algarrobo. El buzo se hizo conocido desde muy joven en San Antonio por los numerosos rescates de cuerpos en el mar y su nombre continuó haciendo eco durante años, aunque no siempre por su noble misión.
Borne, de 44 años y conocido como el "Pato Cholo", aprendió a bucear a corta edad. "Mi padre era buzo, la pasamos mal porque él era malo, le gustaba el trago, le pegaba a mi mamá y no teníamos nada para comer en la casa. Era terrible", sentencia.
Borne tenía 10 hermanos y los cinco mayores tuvieron que salir al mar. "Por necesidad empecé a trabajar a los siete años. Bajaba para la caleta y sacábamos pejesapos, viejas, bilagay y lenguado. Así comenzó mi vida y hasta el día de hoy trabajo sin parar", cuenta desde la caleta donde aprendió el oficio.
Durante años fue mejorando en la caza submarina -labor que realiza sin falta todos los días-, hasta que un inesperado hecho lo hizo descubrir un particular "talento".
"Cuando tenía como 12 años y estaba buceando, me encontré a un muerto. Pensé que era un muñeco, un maniquí, me asusté y lo dejé ahí. Cuando venía de vuelta me di cuenta que el maniquí estaba como lacio y que era una persona. Cuando salí, avisé y lo sacaron", recuerda.
Desde ese momento, distintas personas empezaron a contactarlo para que buscara a sus familiares fallecidos en el mar. "Sacaba gente siempre, pero las personas abusaban de la voluntad de uno y me alejé de esto. Descubrí que hubo gente que pedía dinero a los municipios o hacía colectas diciendo que era para mí y a mí nunca me llegó nada. Lucraron conmigo y yo los castigué, justos pagaron por pecadores", afirma.
Ese hecho le dolió porque usaron su nombre y sobre todo porque nunca ha esperado que le paguen por lo que hace. "Cuando tu encontrai una persona, la gente te paga en plata, te da cosas, te dan lo que querai, pero yo no quiero plata, quiero amigos. Pero con eso resuelven todo, así no lo llamamos más y listo. La gente es muy tonta, no sabe querer a la gente, piensa que todo es plata, pero no es así. Claro que la plata sirve, pero el amor sirve para toda la vida".
Durante 10 años estuvo sin ayudar a nadie, aunque "hubo personas que me ofrecían cinco, ocho millones, un auto y yo decía no", asegura.
-¿Cuántas personas ha encontrado?
- No se puede tener una cifra exacta, pero te digo que son más de 300 personas.
Borne el año pasado volvió a realizar esta misión. Incluso, hace una semanas un programa de la televisión abierta lo grabó por su conocida trayectoria.
Respecto a su retorno señala que "antes tenía una bendición, me subía al bote y les decía vamos para acá, vamos para allá. Hueviaba todo el día en el bote para allá y para acá y cuando tenía una corazonada le decía ya, párate. Bajaba y lo encontraba. Tenía esa bendición y me la quitó la gente por ser mala. Cuando dejé de salir, perdí un poco ese talento, pero igual busco".
Grandes tormentas
El dolor fue parte de la vida de Borne desde pequeño y estuvo presente por mucho tiempo, incluso en el amor. "Yo me enamoré de una mujer perdidamente a los 16 años. Ella estaba metida en las drogas, aspiraba neoprén", cuenta.
Durante años, ella intentó recuperarse y cuando lo logró tuvieron dos hijos, pero la felicidad no les duró mucho. "Ella se mejoró, tuvimos dos hijas y después volvió al vicio y se ahorcó, a los 19 años murió. Me ha tocado una vida totalmente dura", manifiesta.
Pero eso no fue todo. Tras ocho años viviendo para sus hijas, Borne rearmó su vida junto a una pareja. Pero la paz no había llegado para quedarse.
"Se me disparo el arpón un día arreglándolo en la casa y maté a mi hermano mayor (Eduardo) sin querer. Me fui preso por un accidente. Lo mismo que tú estés arreglando ese bote ahí y yo esté abajo y se suelte y me mates. Fue así", afirma sobre el trágico suceso.
A sus 20 años cayó a la cárcel. "Me metieron preso, no me creyeron porque el juez dijo 'este es drogadicto', como te veían te trataban en ese tiempo en este país. Fue tan duro lo que pasé que pensé que era un sueño. Estuve preso ocho meses, pero fueron como ocho años para mí", dice.
-¿Cómo se vive después de un hecho así?
- Lo he superado. Cuando uno mata a una persona yo creo que no lo superas, pero cuando es un accidente lo superas. Pero desde que pasó eso, yo no bajo pa' la Terraza, no voy pa' los almacenes y ando poco en San Antonio. De mi trabajo a la casa y de la casa al trabajo.
Falsa calma
Borne salió de la cárcel por su buen comportamiento y por no tener antecedentes. Parecía que las aguas volvían a aquietarse.
"Salí en libertad, salvé a unas personas en Punta de Tralca, me regalaron un departamento y en esa época amaba a mi mujer, quien cuidó a mis hijos cuando estaba preso", dice. "Pero ella se fue a su ciudad natal y se encontró con su primer amor y se quedó con él", añade.
En ese momento, él se hizo cargo de sus cuatro hijos. "Fue crudo. Tenía que andar trabajando a la rastra con todos, dos de la mano, uno en el cuello, el otro caminando y el bolso a la espalda con mariscos. Fue terrible", indica.
Tras años de dedicación, está terminando de criar. Su hijo menor tiene 15 años y las mayores ya cumplieron la mayoría de edad. Vive con dos de ellos y la vida parece que ha tomado un mejor curso, aunque sigue poniéndole pruebas.
"Dicen que Dios le manda las pruebas a las personas más fuertes -reflexiona el buzo-. De hecho hace tres meses casi perdí a mi hija mayor, de 22 años, en un accidente automovilístico muy grave. Se quebró la caja torácica, seis costillas, el hombro, el fémur, la cadera, se perforó los pulmones, se desgarró el hígado, el páncreas y tuvieron que sacarle el bazo. Se reventó por dentro mi niña. Yo le pedí a todos los muertos del mar por ella. El doctor dijo que se iba a morir, después dijo que se quedaría parapléjica y mi hija en dos meses y medio salió caminando del hospital. Fue una recuperación muy bonita".
A sus 44 años, este buzo sale a diario al mar a capturar pescados y lo seguirá haciendo porque tiene grandes razones. "Mi trabajo es tan lindo que no lo cambiaría ni por el trabajo más caro del mundo. Me di cuenta que mi mujer es ella: el mar", dice mientras mira fijamente al océano desde la caleta que lo vio nacer.
Incluso, recalca que "todos los días de la vida me meto al mar, aunque esté hecho un infierno".
-Usted es una persona creyente, ¿se encomienda a Dios antes de salir al mar?
-No le tengo miedo a la muerte. Si el señor me dice 'tu día es mañana', yo tomaré mi té tranquilo y me iré a dormir. Un buen ser humano es agradecido de la vida y si es tan agradecido nunca le va a temer a la muerte; lo que ha vivido uno otras personas no lo han vivido, así que yo me siento honrado de ser un buen ser humano. Nunca me he quedado con nada ajeno y no hago cosas malas.
Tras tantas tormentas, parece que la calma por fin ha llegado a la vida de Borne, él así lo cree.
"Tenía una mochila tan pesada en mi alma y hoy en día ya no tengo ese peso. Ya Dios me liberó, me dijo 'no vai a volver a criar más y no te voy a hacer atravesar por ninguna cosa mala más, Pato. Te lo prometo'. Estoy feliz hoy en día, estoy feliz", manifiesta Patricio, mientras se alista para ir a su tan querida mar.
