David Muñoz Castillo
La presencia de extranjeros en Chile es evidente. Un estudio publicado esta semana proyectaba que de aquí al 2040 la mitad de los niños tendrá al menos a un padre originario de otro país.
La migración no solo se nota en las calles o en los trabajos, también en el deporte. En nuestras canchas la presencia de jugadores provenientes de otras latitudes es un fenómeno que de a poco se percibe. A veces en una alineación se formaba a uno que otro extranjero, principalmente colombianos o ecuatorianos.
Esa baja estadística la rompió este año el club Villa Las Dunas. Desde esta temporada la "Banda Sangre" fichó a seis jugadores provenientes de otras naciones: el colombiano Julián Largo Marín, los ecuatorianos Elvis Mera Zambrano y Edgar Vera y los haitianos James y Jerry Mathurin (son hermanos) y Younald Stanley Merisier integran la primera de la escuadra de Barrancas.
Las Dunas es como el Inter de Milán, un equipo lleno de extranjeros, donde la interculturalidad que experimenta el país se plasma en una cancha de fútbol.
El presidente de la institución, Carlos Gutiérrez, tiene claro que el fútbol no puede ir en contra de los procesos demográficos que experimenta Chile. "El año pasado no teníamos gente de afuera, pero de a poco se fueron sumando los extranjeros", resume sobre la integración que se vive en Las Dunas.
Desde que llegó el dirigente con su nueva directiva se inició un trabajo de recuperación de una institución que venía con una serie de problemas. Primero se abocaron a la conformación de todas las categorías, especialmente de las inferiores, pero sin descuidar las adultas. Esta temporada rearmaron la primera y aparte de fichar a muchos jóvenes, la presencia extranjera es una característica de la escuadra.
El "Gato Chico" cuenta que todo comenzó en su trabajo. "Venía un tipo que iba un día con la camiseta de un equipo, al día siguiente con la de otro, y le pregunté. Me contó que había jugado en Segunda (Primera B) en Ecuador y me mostró una foto en el estadio Atahualpa de Quito. Pensé 'si jugó ahí será por algo' y me lo traje al club".
El aludido es Elvis Mera Zambrano (39), quien en su natal Ecuador jugó en el Liga Universitaria de Portoviejo y fue preseleccionado de su país. Hace dos años se vino a Chile, luego de una estadía en Venezuela.
Trabaja como camionero y juega de central y también de centrodelantero, aunque la posición de "9" es la que más le acomoda. "Lo llevamos y es bueno, sabe jugar", admitió Gutiérrez, quien solo pide una cosa. "Ojalá que me dure un tiempo en Las Dunas, porque ligerito se lo van a querer llevar".
Para Elvis Mera la experiencia de fichar por Las Dunas es "muy bonita, porque he hecho bastantes amistades con los chiquillos. El fútbol siempre fue mi vida, en mi país tuve la oportunidad de jugar profesional y ya con mis 39 años estoy por colgar los botines, pero todavía juego en primera. Todavía queda algo".
Jugó en la Liga de Portoviejo por tres años (1997-1999), también fue seleccionado de su provincia y preseleccionado del Ecuador. "Tuve que dejar el fútbol porque mi polola, que después fue mi esposa, quedó embarazada y tuve que trabajar. Después me fui a Venezuela a trabajar y a jugar también", contó sobre su incursión en el balompié de su país.
Agregó que "mi pueblo es como San Antonio y el equipo es así como el SAU, pero jugaba en la serie B, subía a la A y bajaba. No tenía apoyo, igual que el SAU. Eso le comentaba a mis compañeros, que acá hace falta que le metan mano a las canchas. Allá se ven canchas de puro césped, pero mejores que el estadio. Eso es en las barriadas de uno", comparó el jugador de Las Dunas.
En Venezuela vivió dos años, pero "la situación estaba muy mala y me vine para acá". En 2016 llegó directamente a San Antonio. "Un amigo me consiguió una pega, como trabajo como camionero. Gracias a Dios existe peguita acá", valoró sobre su permanencia en la comuna puerto.
Para cualquier extranjero la integración en el país que lo acoge es un tema prioritario. No solo necesita trabajo, también educación, salud y también establecer relaciones sociales, no solo con sus compatriotas, para crear redes de apoyo, también con los mismos chilenos.
El fútbol para Elvis y sus compañeros de Las Dunas fue una forma de romper esas barreras que se crean con los recién llegados a un territorio. "Ahorita ya en San Antonio voy caminando por la calle y todo el mundo me conoce, me saluda. Es algo bonito, una experiencia bonita", reconoció.
Asegura que "tengo 39 años, pero todavía queda algo. Estoy retomando el deporte, porque esta es mi vida, mi pasión. Cuando dejé el fútbol me costó lágrimas, sinceramente era mi vida", admitió cuando dejó el profesionalismo.
Las circunstancias de la vida lo obligaron a abandonar el balompié para buscar alternativas laborales. "Jugué en un equipo pobre, mi papá también era pobre y no tenía dinero para apoyarme. No se pudo continuar", relata con resignación.
Elvis tiene una máxima que sigue al pie de la letra: "el hombre tiene que recorrer el mundo. Gracias a Dios he estado en varios países".
Gutiérrez y Las Dunas están dispuestos a seguir incorporando a futbolistas de otros países en sus filas. "Subimos una foto en el Facebook de los hermanos Mathurin y aprovechamos de hacer un llamado a los extranjeros que se quieran unir al club. Llegaron varios, algunos no están inscritos, pero van a entrenar", contó sobre el proceso que se vive en el club.
El timonel de la "Banda Sangre" asume que "ya nos dimos cuenta que a nivel país estamos recibiendo gente, los tenemos que incorporar, ellos mismos traen amigos, van a entrenar".
El único problema es el pago de 100 dólares por cada uno de los extranjeros que se incorpora al fútbol amateur, por reglamento de la Anfa. Pero como en Las Dunas están organizados y realizan constantemente actividades para juntar dinero, al menos sortearon con éxito esta traba para incorporar a la legión extranjera que desde este año defenderá a la "Banda Sangre" en el torneo de la Asofútbol.