Carina Cabrera Aballay

Aprincipios de enero pasado se abrió en Llolleo una heladería que está dando que hablar entre los sanantoninos. EnroHelados Aldo es el nombre del nuevo local, que vende unos particulares helados tailandeses.

Aldo Ojeda, un joven emprendedor de 25 años, decidió jugársela y traer esta variedad hasta el puerto. "Yo trabajaba como segundo encargado de cocina en un destacado restaurante de San Antonio, hasta que decidí emprender. El año pasado conocí los helados tailandeses y me atreví, porque es un producto nuevo y que llama la atención", cuenta.

En su local prepara en dos minutos el helado para cada cliente, a través de un curioso método que captura la atención de los clientes.

"En una plancha fría, que está a menos de 25 ° Celsius, agrego la base del helado, que puede ser leche de vaca o vegetal (de aceite de palma), y la fruta o galleta que eligió el cliente. Luego, mezclo los ingredientes y enrollo los rollitos, listos para servirse", explica entusiasmado.

. ¿Cómo aprendiste a hacerlos?

-Estudié cocina, es mi profesión, pero los helados los aprendí de forma autodidacta, a través de videos en internet mientras esperaba que llegara la máquina para practicar.

En el local, ubicado en calle Divina Providencia 183, está Antonia Farías, una clienta feliz. "El otro día pasamos por acá y nos llamó la atención la fila que había, por lo que hoy (ayer) volvimos. Los helados son muy ricos y, además, es algo nuevo y divertido de ver", cuenta.

Al parecer ver a Aldo tras la plancha fría, mezclando con gran rapidez los ingredientes, ha llamado la atención de muchas personas y las filas de clientes esperando se han hecho habituales.

"Pensé que me iba a ir bien, pero esto ha superado totalmente mis expectativas. Esto me motiva aún más para levantarme todos los días para ir a mi local. Hay personas que esperan, algunos han esperado varios minutos con tal de probarlos. La paciencia y motivación de la gente se agradece y es energizante".

. ¿Esperaba esa reacción de la gente?

-Yo sabía que iba a llamar la atención por ser un producto nuevo. Vine a jugar a ser pionero, pero no me esperaba este boom.

-¿Cuál es el motivo del éxito que has tenido?

-Creo que influye mucho la magia que produce en las personas ver en vivo y en directo cómo se hace su helado. Que sea una experiencia personal creo que lo hace más motivante. Eso ha generado la aceptación de las personas.

Hasta el momento, los helados tienen un valor promocional de $2.000 y son con un sabor, una salsa y un popping, que son esas chispitas o trozos de chocolatitos que se ponen sobre el helado.

Aldo afirma que "estoy trabajando en una nueva carta para todo el año. Por ahora se puede elegir entre ocho frutas, seis caramelos o galletas (como privilegio o morochas) y salsas. Vengan y aprovechen esta promoción para refrescar el verano".

Tras la sensación que ha causado, Aldo ya sueña con poder seguir creciendo. "Me gustaría tener otras sucursales, expandirme y aprovechar lo que se ha generado", afirma el emprendedor.

2.000 pesos es el valor de estos rollitos de helados que se venden en el centro de Llolleo.