Karem Pizarro Chacón

Valentina Sassi Ramírez, de 14 años, desapareció el 14 de febrero pasado de su casa en Quillaicillo, sector rural de la comuna de Cartagena.

Ayer, cuando sus familiares cumplieron cinco días de búsqueda, lograron recibir una llamada que posiblemente los acerque a su paradero.

De acuerdo al relato de su tío Waldo González, el jefe de hogar con el que vive Valentina, pasadas las 18.30 horas de ayer, recibió la llamada de una ex compañera de curso de su sobrina, quien aseguraba estarla viendo sentada en una banca de la plaza Parque Italia en Valparaíso.

"Es lo más cercano de encontrarla que hemos estado, pero no podemos darlo por hecho hasta que estemos con ella, porque hay gente mitómana que puede jugar con esto", indicó al cierre de esta edición.

Agregó que hoy informará acerca de las diligencias que, junto a Carabineros han efectuado para encontrarla.

Sin embargo, sus esperanzas se reforzaron con una pista que había recibido el domingo, ya que un vecino le indicó que la había visto pasar por el peaje de Lagunilllas, lo que coincidía con el rumbo que pudo haber tomado la adolescente.

Según González, la joven padece trastorno límite de personalidad o Bordeline, una enfermedad siquiátrica que es tratada bajo un estricto tratamiento con medicamentos que durante las últimas semanas no estaba consumiendo.

"Ella tiene períodos de desequilibrio sicológico por lo que necesita medicamentos", aseguró el tío, explicando las razones por las que Valentina había huido de su casa y no volvía.

Valentina está matriculada en primero medio en el Liceo Juan Dante Parraguez en San Antonio y hace poco tiempo se radicó con su familia en Quillaicillo. "Como familia tenemos que poner nuestras reglas y establecer límites, y a ella no le pareció este sistema y se mandó cambiar", comentó el tío.

5 días perdida llevaba perdida asta ayer Valentina.

Un adolescente de 14 años perteneciente al Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Playa Ancha, dependiente del Sename, fue detenido tras ser acusado de violar a un niño de 11 años, también interno del recinto, en las duchas del Centro Deportivo de ese cerro.

Fue la víctima del hecho quien dio cuenta de la situación a una educadora de trato directo del centro, manifestando que el ataque se dio a eso de las 16 horas, en presencia de otros menores.

Tras la denuncia, el menor imputado fue detenido de manera inmediata por personal de Carabineros de la Primera Comisaría Sur de Valparaíso.

El caso quedó en manos de la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones mientras que el presunto agresor será puesto a disposición de la justicia.

Desde el Servicio Nacional de Menores manifestaron que se está a la espera de lo que dicten los tribunales en torno a los menores implicados.

La directora del Cread, Carolina Emparán, detalló que "un grupo de jóvenes salió a una actividad deportiva y al regresar un niño de 11 años develó una presunta agresión a su sexualidad por parte de un compañero de casa de 14 años". Ante ello, se activó el protocolo del recinto y se procedió a la constatación de lesiones y denuncia al Ministerio Público.

Emparán agregó que "el niño y adolescente involucrado se encuentran bien, uno de ellos está en el centro y recibió la contención emocional que corresponde, y el victimario se encuentra en el Juzgado de Garantía de Valparaíso".

"Trabajamos para evitar que este tipo de episodios sucedan, pero lamentablemente ocurren", precisó la directiva, añadiendo que se instruyó un sumario administrativo para establecer eventuales responsabilidades.

Puede sonar como una conocida canción de Julio Iglesias, pero para Javier Díaz García (56) no tiene nada de romántico. Tropezó de nuevo, pero no con la misma piedra, sino con la misma baldosa y, lo peor es que se cayó y se volvió a romper las rodillas en pleno centro de San Antonio.

"Yo voy a ver a mi mamá que trabaja en Pedro Montt y al pasar por afuera del supermercado Mayorista 10 hay una baldosa más alta que las otras, que ni se nota, por eso no me he dado cuenta y me he dado tremendos costalazos", comentó, indignado, a Diario El Líder después de haber puesto el reclamo en la Municipalidad de San Antonio.

Javier está de paso por San Antonio puesto que se radicó en Suecia hace varios años, pero no quiso dejar pasar la oportunidad para hacer pública su molestia, ya que sufre de diabetes y cualquier golpe o herida puede complicar su estado de salud.

"Mi mamá de 82 años trabaja en ese sector y esa baldosa está muy peligrosa para la gente de edad. Además, cuando yo me caí, mucha gente se acercó a decirme que también se habían caído o que sabían de alguien que se había caído donde mismo", detalló.

"Vine en 2014 y también me caí, por eso ahora no lo quise dejar pasar, porque ha pasado mucho tiempo y el municipio no ha hecho nada para arreglar algo tan simple", destacó.