Más Conversación, Menos Riesgo. Ese es el nombre de la última campaña del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), que durante la semana estuvo en el Paseo Bellamar entregando material educativo a turistas y residentes de San Antonio.
Mariela Muñoz, trabajadora social, explicó que esta instancia busca "rescatar la importancia que tiene la conversación, como parte de la prevención a nivel familiar y comunitario".
"Nosotros estamos ubicados en el segundo piso de la Municipalidad de San Antonio. Ahí las personas pueden ir a recibir información y más que nada orientación, ya que nuestro trabajo es netamente preventivo", agregó.
Gracias a una solicitud de información formulada por Diario El Líder a Senda, que es la entidad del Gobierno de Chile responsable de elaborar las políticas de prevención del consumo de drogas y alcohol, así como de tratamiento, rehabilitación e integración social de las personas afectadas por estas sustancias; logramos identificar la magnitud del fenómeno.
Hasta la última semana de julio de 2017, 123 personas habían ingresado a un tratamiento de esta repartición pública.
De ese total, 73 corresponden a mayores de edad, 25 a adolescentes de hasta 18 años, y 25 a menores de edad que fueron derivados a un tratamiento por orden de un tribunal de justicia.
La estadística, que contempla solo los primeros siete meses del año, casi alcanza la totalidad de los episodios que se registraron el 2016, cuando se empinó a los 171 afectados.
La situación de los adolescentes es más compleja. Estos se dividen en dos categorías: quienes ingresan de forma gratuita a distintas alternativas de tratamiento para afiliados al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y que presentan problemas de drogas; y quienes también tienen problemas de dependencia, pero que son enviados por orden de un tribunal de justicia .
En el primer grupo de jóvenes que no son enviados por orden judicial, hasta julio del 2017 había 25 en terapia. 18 de ellos son de la comuna de San Antonio. El menor tiene 13 años, le sigue uno de 14 y varios entre 15 y 16. De Cartagena hay 4 pacientes, de El Tabo 2 y de Algarrobo solo uno que tiene 15 años.
En el caso de los adolescentes obligados a tratarse por un juez, entre enero y julio del 2017, el conteo se mantenía en 26 personas. El menor tiene 16 años. El cambio más radical está en la comunas costeras como El Tabo y El Quisco, donde los indicadores han aumentado en al menos en un 25 por ciento.
Jesús Farías Silva
jesusfaríassilva@gmail.com