A un año del crimen: escalofriantes detalles del caso del hombre que estranguló a su mujer
Cirilo Paco Callata, el autor confeso del homicidio de su pareja en Melipilla, espera la extradición a Chile. Está preso en Bolivia, donde entregó un impactante relato de cómo mató y amarró a la madre de sus dos hijos.
La noticia con que los melipillanos despertaron la mañana del miércoles 25 de enero de 2017 no podía ser más aterradora. En la población Los Lagos había aparecido el cuerpo de una mujer amarrada dentro de un saco y supuestamente desmembrada. Su pareja, un hombre de origen boliviano, no se encontraba en el lugar. Había huido de la escena junto a su hija de cinco años.
Más de un año después, aún espera la extradición a nuestro país. Diario El Líder, sin embargo, obtuvo acceso a la investigación y conoció el escalofriante relato del homicida.
Macabro hallazgo
Dos testigos, según consta en la carpeta investigativa, declararon ante la policía que en el departamento 23 del Block 550 vivían dos ciudadanos de origen boliviano con la pequeña de iniciales C.P.M. Ambos confirmaron que el hallazgo no se habría producido de no ser porque el cadáver comenzó a emitir un fuerte olor a descomposición.
El paradero del autor del crimen y de la menor era un completo misterio. A las 10.12 horas de ese 25 de enero la fiscal jefe de Melipilla, Verónica Monjes Vera, emitió una orden de detención verbal en contra de Cirilo Paco Callata, el hasta entonces presunto asesino y secuestrador de su propia hija. Esta medida se debía tramitar con máxima urgencia. Los tribunales chilenos la aceptan como válida solo en casos extremos. Doce minutos después fue recibida por el Juzgado de Garantía.
"El cadáver encontrado de una mujer estaba amarrado en posición fetal y desmembrado al interior de una bolsa. Se le tomaron huellas, y al interior del domicilio se encontró un DNI R-3872-0835, que correspondería a Silvia Minaja Condori. La pareja de esta mujer y la menor están desaparecidos", escribió la persecutora.
"Lo urgente es encontrar a la menor que estaría acompañada por el padre, ignoramos dónde. Autoricé una búsqueda amplia con ayuda de la comunidad, publicando fotos de ambos", agregó la fiscal en un correo electrónico al que tuvo acceso este medio.
Ese mismo día, la jueza de turno, Myriam Verónica Ortiz, autorizó la orden del Ministerio Público esgrimiendo que "la diligencia solicitada es indispensable para el éxito de la investigación".
El viernes 27 de enero, dos días después del macabro hallazgo, Paco Callata, de 38 años, apareció en Bolivia. Confesó ante las autoridades "haberle quitado la vida a su pareja" al menos dos días antes de que el caso quedara al descubierto, según informó el fiscal Roberto Ramírez de la región de Sucre, en Bolivia.
Paco Callata aseguró que había dejado a la menor bajo la custodia de su hermana y que estaba sana y salva.
En ausencia
Mientras tanto, en Chile, a las 13.17 horas se le formalizó en ausencia. El fiscal adjunto de Melipilla, Christian Allende, solicitó que el Poder Judicial gestionara la "detención previa" del imputado y su extradición.
En la sala 2 del Juzgado de Garantía se leyó el parte 448 de la 24 Comisaría de Carabineros de Melipilla. Allí se describía cómo el cuerpo había sido hallado en un balcón y al interior de un saco rojo.
En agosto de 2016, la víctima había solicitado la residencia permanente en Chile. A su pareja, en tanto, se le entregó una visa temporal dos meses después. Ante la ley, ambos eran migrantes ejemplares.
En menos de una semana se remiten los antecedentes a la Corte de Apelaciones de San Miguel para solicitar la extradición. Sin embargo, esta aún no se produce.
Su traslado al país es inminente. El 3 de enero pasado se agregaron a la carpeta judicial más de 60 páginas con las declaraciones de Paco Callata, quien hasta hoy permanece en una cárcel pública de la ciudad de Sucre.
El brutal crimen
En el recinto penitenciario, a las 10 horas del 21 de agosto del 2017, Paco Callata declaró, ante el fiscal Jhohann Vargas Chispas y su abogado defensor Alejandro Nulez, que asfixió a su pareja hasta darle muerte.
Agregó que tenían varios hijos -el número exacto no está claro en los expedientes- y que habían tenido una serie de peleas antes del fatal desenlace. Añadió que habían transitado entre Chile y Bolivia varias veces, y que en este último país habían asistido a un sicólogo para mejorar la relación, pero que esto finalmente no pasó.
En el primer interrogatorio, Paco Callata indicó que el 31 de enero, el día de la tragedia, encontró a su mujer colgando de una soga al cuello y que intentó sacar a los niños de la vivienda para que no vieran a su madre falleciendo.
Luego rectifica su versión y cuenta que tras una pelea, que partió a eso de las 9 de la mañana del 21 de enero, su pareja intentó "pegarle en la cabeza a su hijo".
En un primer enfrentamiento, "ella me agarra a puñetes y patadas. Mis hijos quedan asustados (…). Me dice te odio y yo le respondo con dos puñetes y una patada en la pierna. (…) Yo me pongo a llorar, me arrodillo, perdóname le digo", relató el imputado. Después de un tiempo sus dos hijos salen del lugar y "sigue la pelea".
La estranguló
Su testimonio continúa así: "Me sigue, me busca. Después yo le respondo con un puñete en la oreja y ha caído seco, desmayada al suelo. Ahí yo la estrangulé con una soga delgada (alrededor) de su cuello. (Tenía) tanta rabia que no supe qué es lo que estaba pensando, porque desde el principio me ha venido con tantas cosas que le he aguantado. Después ella fallece con la soga. Era de color medio celestito. Yo le he apretado en el piso y ha fallecido, después no sabía qué hacer. Me he asustado de que mis hijos se vayan a traumar".
"Después yo busco una bolsa negra. Era de nylon de esas grandotas del basurero. No sabía qué hacer. Yo trato de embolsar, no entra. Le amontono sus piernas para que pueda entrar. Había una soguita para colgar ropa. Eso saco y amarro sus pies en la espalda y le embolso en la bolsa negra. Ahí la dejo en el balconcito que daba a la calle envuelto en un edredón color guindo y lo tapo con eso para que no se den cuenta mis hijos. Había de esos sacos de papa y tarros. Al costado pongo los tarros y las bolsas de papa encima. La soga que amarré en su cuello sigue ahí, en su cuello", describe al fiscal de Sucre.
"Después llegan mis hijos y (...) se fijan que había un vacío en la casa. Y pregunta mi hijo 'dónde está mi mamá' y yo le digo que salió. 'No sé dónde salió'. De ahí cocino con mis hijos, les hago de comer. Y me voy a comprar los pasajes para venirme a Bolivia. Esa noche dormimos ahí y al día siguiente salgo de la casa. El cuerpo lo dejé en el balcón del departamento. Me vengo el 22 de enero en la madrugada. Mi pasaje para sucre era a las 9 de la mañana desde Santiago de Chile, llegué a Sucre el martes 24 de enero, a las 05. 30 de la mañana", finaliza.
¿Qué pasó mientras el cadáver se descomponía? De acuerdo al relato de Paco Callata, quien hasta hoy permanece encarcelado, compartió con sus hermanos para dejar a sus hijos. "Quería hacerlo con calma (…) para que se acostumbren a ellos", dijo. 48 horas después de su arribo a su tierra natal, se entregó a la policía. Para entonces el caso había explotado en Chile.
Hasta ahora, aún se tramita la extradición para que sea juzgado por el crimen.