Con pistola amenazó a un comerciante para no pagar
Autor del ataque fue arrestado por Carabineros, cuyos funcionarios recuperaron mercadería robada y el arma. Ayer imputado quedó en libertad.
Quedarse con unas compras sin pagar un peso por ellas fue lo que motivó a un hombre de 32 años a amenazar de muerte y con pistola a un comerciante.
El hecho ocurrió en la Playa Grande de Cartagena cuando la víctima vendió cuatro cobertores de cama a un vecino de la población José Arellano, quien debía pagar 52 mil pesos por ellos, pero en cambio sacó un arma y se resistió a cancelarlos.
El parte policial redactado en la Segunda Comisaría de Cartagena es extenso, puesto que entre vendedor y cliente ocurrió una serie de sucesos.
Todo comenzó cuando el afectado le ofreció unos "plumones" a su posible cliente, quien se mostró interesado, pidiéndole al comerciante que fuera a su casa a dejarlos y entonces se los cancelaría.
Sin embargo, al llegar a dicha vivienda, el comprador argumentó que el dinero estaba en una casa cercana. Al salir rumbo a ese lugar a buscar la plata, el sujeto le manifestó al vendedor que se fuera y que no le pagaría nada, sacando una pistola para intimidarlo.
En la formalización de cargos, el fiscal Samuel Núñez reveló que además el individuo tomó una botella de vidrio para amedrentar a la víctima, a quien le aseguró que lo mataría si no se marchaba.
El comerciante escapó corriendo del lugar y, apenas se retiró, contactó a carabineros, quienes llegaron al lugar de inmediato.
Desde la Segunda Comisaría informaron que cuando el carro policial arribó al sitio del suceso, el acusado escapó corriendo, siendo detenido por los uniformados cuando saltaba un muro. Dentro de la casa del acusado hallaron los cubrecamas y el arma, que resultó ser a fogueo.
Estafa
Pese a que se el fiscal Núñez formalizó cargos por el delito de robo con intimidación, la defensa del imputado, representada por el abogado de la Defensoría Penal Pública Salvador Wasserman, argumentó que no se trataba de un asalto, puesto que la víctima entregó voluntariamente los artículos sustraídos y que más bien podrían estar frente a un delito de estafa.
La jueza Carolina Cerna atendió la hipótesis propuesta por la defensa y decretó que el imputado fuese puesto en libertad, manteniendo en su contra medidas cautelares de baja intensidad: firma mensual y prohibición de acercase a su víctima.
El sujeto, identificado con las iniciales J.F.T. cuenta con un amplio prontuario policial e incluso tenía una orden de detención vigente.