Historias de madres que a diario enfrentan batallas con sus hijos con Síndrome de Down
Estas valientes mujeres compartieron sus experiencias y contaron cómo ha sido la lucha que enfrentan junto a sus retoños quienes solo les han entregado cariño y mucho, pero mucho amor.
Ana María Muñoz se enteró que estaba embarazada cuando tenía cinco meses. Mientras jugaba a la pelota recibió un fuerte golpe en su vientre, por lo que tuvo que ser trasladada de urgencia hasta el hospital donde tras una serie de exámenes, se enteró que se convertiría en madre por sexta vez.
Confesó que apenas le comunicaron la noticia sobre su embarazo, supo que su hija vendría con Síndrome de Down. "El doctor me retaba y en mi casa también cuando yo les decía que la Martina tenía Síndrome de Down, pero es que cuando me enteré que mi hija venía en camino supe que eso pasaría, por eso cuando ella nació de inmediato la quise tener entre mis brazos", recordó.
Para esta mujer la llegada de su "conchito" ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida y a pesar de las dificultades que ha debido enfrentar, Ana María aseguró que Martina es su adoración.
"Mi hija es muy especial. Ella todos los días me llena de cariño y de amor y eso es realmente impagable. Mi hijos mayores están grandes así que mi tiempo está enfocado ciento por ciento en mi niña", explicó.
Martina acude desde los dos años de edad al Centro de Retos Múltiples Educar y Crecer de Coanil en calle Luis Reuss y según contó su madre, la niña durante todo este tiempo ha presentado numerosos avances.
Asimismo reconoce que criar a la menor no ha sido un tema fácil, principalmente porque la sociedad no está preparada para acoger a las personas con Síndrome de Down, pero aún así, "nosotros somos realmente felices".
"Cuando yo estoy enferma es ella la que me cuida. Todos los días me abraza y cada vez que la miro me doy cuenta que es realmente una bendición tenerla a mi lado", afirmó Ana María mientras Martina la mira con una tremenda sonrisa.
Desafío
Fernanda Vivanco es madre de Pascal de 6 años. Para esta joven madre, la llegada de su hija ha sido un gran desafío, pero también "una bendición".
"Al principio fue difícil y no por mí, sino que por ella. Nació con problemas a la vista y en su corazón, por lo que su vida no ha sido fácil, pero tiene el cariño de todos en su casa. Eso ayuda a sobrellevar cualquier dificultad", señaló la joven.
Pascal acude a la escuela Vida Nueva Elim ubicada en el sector de Bellavista donde ha desarrollado todas sus habilidades lo que tiene a su madre muy orgullosa.
"Le gusta ir a la escuela. También he notado que está más habladora y que está cantando canciones nuevas", detalló Fernanda.
-¿La crianza de Pascal ha sido distinta a la de tus otros hijos?
-Sí, porque con ella hemos tenido muchos cuidados, a diferencia de sus hermanos que no tienen Síndrome de Down. La Pascal aún no sabe comer y todavía usa pañales. A veces como mamá cuesta aceptar estas limitaciones, pero cuando la miro y veo todo lo que ha pasado, me doy cuenta que Pascal es la alegría del hogar".
Amor incondicional
Berta Torres no es la madre biológica de Rocío de los Ángeles. Ambas se conocieron cuando la niña tenía 5 años y permanecía internada en un hogar en Valparaíso.
El flechazo entre ambas fue inmediato y desde ese día nunca más se separaron.
Esta sanantonina por muchos años se dedicó al cuidado de niños como "madre guardadora", pero apenas supo del caso de Rocío quiso conocerla. "Fue triste saber que sus papás nunca la aceptaron, a pesar de que se trató de crear vínculos con ellos".
"Tengo como 8 hijos del corazón porque yo no los parí, pero los críe como si fueran míos. Algunos ya se han ido porque crecieron, pero aún me quedan tres", contó.
Cuando Berta conoció a su hija de inmediato se propuso tenerla a su lado. Este amor creció aún más al conocer la historia de sufrimiento que Rocío ya llevaba sobre sus hombros a pesar de su corta edad.
"Fue terrible para mí saber que una niña con Síndrome de Down estuviera ahí. Luché hasta que conseguí que me pasaran a Rocío y a su hermana quien estuvo cinco años conmigo", señaló Berta.
Ya son 17 años viviendo juntas y para Berta esta ha sido una de las experiencias más lindas que ha debido enfrentar.
El cariño que esta mujer siente por su hija es tan grande que cada vez que habla de ella sus ojos se iluminan demostrando el amor incondicional que siente por la joven de 23 años.
"Cuando ella llegó a vivir conmigo aún usaba pañales. Fue una dura experiencia, pero ahora estamos felices... adora a su papá y estará con nosotros hasta el final porque somos lo único que tiene", dijo emocionada.
Lo que estas tres madres tienen en común es la historia de sacrificio que hay detrás de la crianza de sus hijos con Síndrome de Down. Estas tres mujeres reconocen lo difícil que ha sido sacar adelante a sus retoños por la falta de conciencia que existe con respecto a lo "diferente".
A pesar de todos los "peros" que han encontrado a lo largo del camino que les tocó vivir, ellas son felices gracias al amor incondicional que sus hijos les han entregado a lo largo de sus vidas.
"Cuando nace un hijo con Síndrome de Down, tú no sientes miedo por ti porque sabes que lo podrás enfrentar, el miedo que sientes es por la vida que le tocó vivir a tu hijo, llena de limitaciones, pero cuando los miras te das cuenta que el amor todo lo puede", recalcó Ana María Muñoz.
Reconocimiento
Como una forma de reconocer el esfuerzo que realizan a diario las familias y las escuelas que trabajan con niños con capacidades diferentes es que la gobernadora provincial Gabriela Alcalde invitó a docentes, madres y apoderados y obviamente a niños y jóvenes a participar ayer de un desayuno en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Síndrome de Down.
En la oportunidad, los estudiantes de establecimientos educacionales de la provincia tuvieron la posibilidad de disfrutar de un grato momento donde además fue reconocido todo el esfuerzo que realizan a diario.
Carabineros de San Antonio también participó en la jornada donde efectivos compartieron con los invitados los cuales quisieron inmortalizar el momento con muchas fotografías. Uno de los más felices con la visita de los uniformados fue el estudiante Cristian Elgueta, quien desde pequeño siente una admiración especial por Carabineros.
En el 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió designar el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down con el objetivo de aumentar la conciencia pública.