David Muñoz Castillo
Los que vieron alguna vez jugar a José Nilo Oyarce (27 años) aseguran que es uno de esos volantes luchadores, fiero en la marca y entregado por su equipo. El mediocampista de contención de la segunda adulta del Cóndor hoy disputa su partido más importante. No lo hace en una cancha, como tantas veces lo realizó con la camiseta de los placillanos. Ahora el escenario es muy distinto. Hace dos semanas permanece internado en la UCI del hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
La madrugada del domingo 11 de marzo sufrió un grave accidente en Llolleo. Una falla mecánica lo llevó a perder el control del automóvil que conducía por la circunvalación Los Aromos, muy cerca de la cancha del club Torino. Tras volcar, salió eyectado y sufrió múltiples lesiones.
Una fractura de fémur, una herida en el tobillo de la pierna derecha y la más grave de todas, una fractura de cráneo, obligaron al equipo médico a trasladar al jugador de Cóndor hasta el recinto asistencial del vecino puerto unas horas después de la tragedia que se desencadenó esa noche.
Durante 11 días permaneció sedado y conectado a un respirador artificial. La tarde del miércoles experimentó una mejoría, fue desconectado y, como relata su padre Guillermo desde el centro asistencial porteño, "ya reconoce a su familia. Eso es un buen síntoma".
Sin embargo, esta batalla aún no se puede dar por ganada, por el contrario. "Su estado de salud es delicado. Los médicos dicen que está estable dentro de su gravedad", agregó su papá.
La salud del aguerrido mediocampista preocupó no solo a su círculo más cercano, como lo es su familia. También generó inquietud entre sus compañeros de club y también de trabajo. José se desempeña en Puerto Panul como asistente administrativo.
Primero con cadenas de oración y luego con actividades para recolectar fondos, sus amigos y compañeros en las canchas trataron de aportar en este difícil momento que viven el "Chico Toño" y su familia.
"Queremos que vuelva a vestir esta hermosa camiseta como cada domingo lo hacía, poniendo esa garra y corazón en cada partido que jugaba", decía un posteo en el Facebook de la tienda "condorita". A través de la red social regularmente entregan información sobre su estado de salud.
"Como club estamos tratando de aportar en todo lo que sea. Somos una familia y cuando le pasa algo a algunos de nuestros integrantes nos movilizamos todos", aseguró el tesorero del club, Raimundo Díaz, quien sigue preocupado y en contacto permanente con la familia de José.
El dirigente agregó que "hablamos con su mamá, está complicado, pero tenemos que luchar y orar por él, para que se recupere luego".
También hicieron correr unas listas para juntar más dinero.
Paralelamente sus compañeros de trabajo efectuaron otras actividades.
Sandro Toro, encargado de adquisiciones de Puerto Panul, contó que a todos los trabajadores contratados y eventuales de la empresa se les hizo un descuento por planilla de sus sueldos. "Con eso esperamos cubrir los gastos básicos de José por al menos dos meses. Juntamos más de un millón de pesos".
Varias son sus obligaciones, como responder por su pequeño hijito de 6 años.
Una vez que se estabilice el "Chico Toño", vendrá otra dura batalla: la recuperación.
"Después de 11 días sedado reconoce a su mamá y a sus hermanos. Está evolucionando, pero vamos con calma", aseveró desde la capital regional Guillermo Serrano.
Sus compañeros de trabajo están conscientes de lo que viene para José Nilo y por eso organizan otras actividades (ver recuadro).
Su familia está esperanzada. Viaja diariamente a Valparaíso para acompañar a José, quien lucha por recuperar su fuerza y vitalidad, la misma que lo hizo destacar como un guerrero en la cancha cuando defendía los colores del Cóndor.
Este partido el "Chico Toño" lo juega con todo lo que tiene y sus más cercanos confían en que saldrá victorioso.