Fieles sanantoninos acudieron en masa a la celebración de Domingo de Ramos
Gran cantidad de personas participó en la bendición de ramos y en la misa oficiada por el párroco Vicente Véliz.
Desde que María Varela tiene uso de razón acudía junto a su madre a la celebración de Domingo de Ramos. Cuando ella murió, le prometió que seguiría adelante con esta tradición y ahora sus nietas de 14 y 11 años la acompañan sagradamente.
"Me gusta venir con ellas porque de alguna manera siento a mi madre cerca y porque esta es una de las celebraciones católicas que más me gusta, sobre todo por lo que significa", explicó esta vecina de cerro El Carmen.
Rosalía Muñoz también participa en la celebración de Domingo de Ramos desde que era muy pequeña. Recordó que junto a su madre y unas tías compraban varios ramos y después se los regalaban a sus seres queridos. "Eran tiempos muy bonitos, por eso siempre los recuerdo, además que mis primos se peleaban los ramos porque estaban bendecidos".
"Me gusta participar en el Domingo de Ramos porque soy creyente y se recuerda el día en que Jesús fue ovacionado por la multitud", agregó esta vecina de Bellavista.
Bendición de ramos
Ayer, gran cantidad de personas llegó hasta calle Bombero Molina para participar en la bendición de los ramos.
Tras la ceremonia, los fieles caminaron en procesión hasta la parroquia San Antonio de Padua donde el padre Vicente Véliz ofició la misa ante un templo repleto de público.
"Durante Semana Santa los invito a conocer sus limitaciones porque no somos seres perfectos. El peor de los pecados es la soberbia", señaló el sacerdote en la homilía.
Luego indicó que "así como Judas, la peor traición es cuando van de rodillas a pedir por alguien que está grave. Esto lo hacen solo porque necesitan el milagro de la sanación, pero cuando lo que piden se cumple, se olvidan de la iglesia y se van por otro camino. Muchas veces somos como Judas siguiendo a Jesucristo".
En otras parroquias ubicadas a lo largo de la provincia gran cantidad de fieles participaron en esta celebración católica que recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.