Un fuerte olor a gas que se sintió en el comedor del jardín infantil "Mi mundo de colores" generó que las tías del establecimiento implementaran de inmediato un operativo preventivo ante la posibilidad que los peques se vieran afectados.

En pocos minutos fueron evacuados 24 niños, 10 docentes y tres manipuladores de alimentos. Los menores de edad, de los cuales 18 correspondían a alumnos de sala cuna, fueron trasladados hasta una multicancha que está a una cuadra del jardín, en calle Flor Mora Maldonado, en las Colinas de Llolleo.

Mientras los mini estudiantes eran derivados a la cancha, al lugar acudían bomberos de la Primera Compañía de San Antonio y de la Tercera de Llolleo. Esta última se especializa en el control de materiales peligrosos y sus voluntarios rastrearon el origen del gas.

El teniente segundo de la Primera Compañía, Luis Bustos, voluntario que estaba a cargo de la emergencia, manifestó que tras las mediciones realizadas no se encontró la fuga de gas y que más bien se trató de una acumulación preexistente que había en el edificio.

Expresó que la evacuación de los niños era lo más prudente que podían hacer las docentes del jardín y sala cuna, puesto que se previno que existieran menores con alguna complicación de salud.

Luego de ventilar el establecimiento, éste pudo volver a ser utilizado. Sin embargo, ya varios "pitufitos" habían sido retirados por sus apoderados, que llegaron al lugar preocupados por la emergencia.

No hubo ningún peque afectado por el gas y hoy las clases son en horario normal.

Tiene 81 años. Recibió dos balazos, uno en el abdomen y otro en la rodilla. Pese a que estuvo en riesgo vital, "Don Tuco", conocido comerciante de San Antonio, es fuerte. En el hospital se está recuperando del brutal asalto que sufrió en su casa la noche del martes pasado.

Desde su cama de la Unidad de Cuidados Intermedios del hospital Claudio Vicuña, Antonio Poblete Pozo habló del atraco donde enfrentó a una banda de malhechores, entregando detalles de cómo lo atacaron a él y a su frágil mujer, Ester Benavente, de 80 años.

"Los vi cuando entraron (al patio) y fui a sacar mi revólver (que tiene legalmente inscrito) para defenderme, porque vi que traían unos fierros largos. Cuando entraron (a la casa) echaron la puerta abajo altiro de una patada", relató sobre el inicio del asalto que lo tuvo a él y a su esposa como víctimas.

"Don Tuco" reveló que cuando quiso disparar para repeler a los delincuentes, se percató que su mujer estaba en peligro. "Me fui por la cocina, cuando iba a disparar estaba (el hampón) (…) protegiéndose con la señora, con la Ester. La ponía de escudo".

Los momentos de máxima tensión en la casa del matrimonio Poblete-Benavente, ubicada en la calle Las Violetas del cerro Bellavista, se ponían cada vez más dramáticos.

"Le disparé a él (al antisocial) cuando se descuidó. Salió con la Ester a rastras y la tiró debajo de la mesa. Eso pasó cuando ya me habían pegado el balazo (…). Cuando me ve que entré a la cocina me disparó altiro. Ese es el balazo que tengo en la costilla", rememoró el hombre que hoy necesita 12 dadores de sangre debido a las lesiones que le provocó la banda delictual que irrumpió en su vivienda.

El coraje que tuvo el comerciante dueño del local de venta de pescado llamado "Don Tuco", en el mercado de calle Antonio Núñez de Fonseca, fue gigante. Incluso tuvo un mano a mano con uno de los hampones, que en total habrían sido cinco.

"Un infeliz quedó adentro de mi dormitorio, estaba trajinando las cosas. Yo lo apunté con el revólver, me dijo que no lo matara", narró Antonio Poblete.

Agregó, como si se tratara de una película, que "enseguida logré que botara un destornillador grande que tenía. Su intención era clavarme el destornillador. Le dije que lo botara, lo tira al suelo y ahí me descuido y me quita el revólver. Nos fuimos al suelo haciendo fuerza y ahí me pegó en los dedos, me los muerde y me quita el revólver".

El abuelito que fue cobardemente agredido dijo que se está recuperando y que está agradecido de toda la atención que ha recibido en el hospital local.

Relató que lo último que recuerda es la imagen de los desalmados ladrones escapando de su casa. "Cuando estábamos en el suelo forcejeando se paró, me disparó por segunda vez y ahí salió arrancando".

Los delincuentes huyeron con la manos vacías debido a la férrea resistencia que puso "Don Tuco".

Mónica Jorquera Escobar

monica.jorquera@lidersanantonio.cl