El alcalde de mar que sueña con la revitalización de la pesca artesanal
Ramón Labbé Valderrama es uno de los tres funcionarios encargados de registrar los zarpes y las recaladas de los pescadores en San Antonio, a quienes espera ver en mejores condiciones para desempeñar su sacrificada labor.
¿Sabía usted que Omar Vera no es el único alcalde que tiene San Antonio? Así es, existen otros tres alcaldes, pero ninguno de ellos tiene que administrar una comuna, firmar decretos o presidir concejos, sino que sus funciones tienen estrecha relación con la fiscalización de las embarcaciones menores que navegan en su jurisdicción y que están registradas en la Capitanía de Puerto de San Antonio. Confirmar los zarpes y declarar la cantidad de kilos y especies desembarcadas son parte fundamental de las labores que realizan.
Ramón Aurelio Labbé Valderrama (58) es uno de los tres alcaldes de mar que tiene San Antonio, y su puesto de trabajo está localizado en la caleta Pacheco Altamirano, a diferencia de sus pares que están vinculados a Puertecito y Tejas Verdes. Disfruta de la labor que realiza hace cuatro años y medio y considera que los hombres de mar son los seres más humanos que ha conocido en su vida.
En su oficina ubicada a pocos metros de la Gobernación Marítima de San Antonio, Ramón Labbé pasa sus días, registrando en el sistema los documentos que los pescadores deben entregar tanto para sus zarpes como en las recaladas. Su labor es primordial para que la Gobernación Marítima y Sernapesca estén en conocimiento del movimiento registrado en el muelle. También se da el tiempo para compartir experiencias y consejos con los artesanales.
"Si hay algo que me preocupa, además del problema de la crisis que afecta al sector, es el futuro de los pescadores jóvenes, a quienes les falta un poco de orden para sobrellevar una vida difícil", confiesa.
Oportunidad especial
Mientras se mueve entre las cajas aún embaladas producto de la última mudanza a Santo Domingo junto a su esposa Jeanette Guerrero Pulgar, este alcalde de mar repasa parte de su vida, la que hace 16 años lo trajo a la provincia a enfrentar nuevos desafíos.
"Después de muchos años de trabajo tomé la decisión de pensionarme, pero seguí trabajando. A mi esposa se le presentó una oportunidad laboral en una peluquería de Llolleo y tomamos la decisión. Nos asentamos primero en el mismo sector, luego nos fuimos a Tejas Verdes, Santo Domingo y Alto Mirador, antes de regresar a Santo Domingo. Fue una elección acertada", comenta sobre su desembarque en la zona.
-¿Cómo llegó a ser alcalde de mar?
-Supe que había una oportunidad y postulé. Después de unos cambios me llamaron y comencé en este trabajo. Cumplí cuatro años y medio, estoy de lunes a viernes, desde las 8.30 a 17 horas, en la oficina registrando los zarpes y desembarcos de los pescadores que están registrados en el sector de la caleta Pacheco Altamirano. Me gustaría quedarme por mucho tiempo, porque me encanta lo que hago.
-¿Qué tan distinto es este trabajo de los anteriores que tuvo?
-Trabajo desde los 16 años. Tuve mi empresa contratista de agua potable en Santiago, fui administrativo del banco Sudamericano, encargado de importaciones en Johnson's, gerente de local de Esso y trabajé en Haarmann & Reimer del grupo Bayer, pero este trabajo es muy especial porque uno se relaciona con distintas personas y realidades que permiten conocer a grandes seres humanos que son de piel y honestos. Gracias a la disciplina que aprendí en mis trabajos anteriores puedo tener un buen trato con todos los pescadores. Si alguna vez tuvimos algún problema, conversando los hemos ido solucionando todos. Creo que ese es el sello de mi gestión.
Un Defensor
Aunque reconoce que no le gusta cruzar los límites laborales, Ramón Labbé confiesa que es un gran admirador de la labor que realizan los hombres de mar y lamenta la crisis que afecta hace años al gremio.
"Trabajamos bien, conversamos cuando la oportunidad se presenta y no hay atochamientos en la documentación. Los pescadores me cuentan sus problemas y vemos la manera de solucionarlos", cuenta respecto al trato que sostiene con los trabajadores.
Labbé fue uno de los invitados a la inauguración de la nueva Confederación de Pescadores de la Quinta Región Sur y considera que este movimiento "ayudará a generar los cambios si están unidos y tienen los objetivos muy claros. Me gustaría que aumentara la cuota y se abrieran las fronteras en el territorio marítimo para que los pescadores pudieran pescar en otras regiones. Eso ayudaría a enfrentar la crisis del sector. Cuando se perdió la jibia acá, en el sur los pescadores no daban abasto para sacarla toda. Entonces, por qué no permitirles ir a pescar a otros lugares".
Agregó que "la industria los pasó a llevar. A los pescadores artesanales siempre les cuesta mucho más y eso debería cambiar. Por ejemplo, la captura de la jibia hasta hace poco era a mano, con todo lo que significa extraer un producto de 30 ó 40 kilos, y a la vez tener que batallar con los lobos marinos".
-¿Se portan bien los pescadores?
-Se presentan casos de todo tipo, hay algunos pillos que no declaran la totalidad de los kilos que desembarcaron, pero te lo dicen en la cara y explican que lo hacen para no agotar la cuota del mes que de por sí es poca. A quienes los pillan son sancionados severamente, dependiendo de las infracciones que cometen, es a lo que se arriesgan.
En general, dice que los hombres de mar "son todos unos tipazos de buen corazón, grandes seres humanos, sumamente bondadosos y generosos, siempre abiertos a ayudar al prójimo. Cuando me regalan pescados me llego a sentir mal porque están entregando su trabajo que significa un esfuerzo máximo y muchos riesgos. Eso habla del gran corazón que tienen.
-¿Por qué es importante la labor del alcalde de mar?
-El alcalde de mar es quien está al tanto de la cantidad de zarpes, y eso permite tener un orden de las salidas y saber quiénes están pescando en caso de alguna emergencia. Si ocurre un accidente y no está registrado el zarpe, las familias no pueden cobrar el seguro obligatorio que cada pescador tiene.
Ramón Labbé está a gusto con su trabajo, disfruta como nunca antes y sus tiempos libres los aprovecha con su esposa y sus perritas pastor alemán Lady y Osa, mientras espera los fines de semana para chochear con sus siete nietos.