Consejos prácticos para detectar y enfrentar el bullying escolar
Manifestar rechazo permanente al colegio, no invitar amigos al hogar y tener marcas físicas pueden ser señales de que un estudiante está siendo acosado en clases. Es fundamental informar de esta situación al colegio.
Camila Espinoza López
El próximo 2 de mayo se conmemora el Día mundial contra el acoso escolar. Y es que el bullying es un fenómeno global, que puede afectar a alumnos de diferentes edades y, en muchos casos, cuesta que la familia de la víctima se dé cuenta de lo que sucede en clases.
"Lo que han mostrado algunos datos y hemos visto en la experiencia nacional es que los estudiantes que son víctimas de situaciones de agresión tienden a desarrollar una experiencia súper negativa con toda la escuela", dice Jorge Varela, investigador de la facultad de Sicología de la Universidad del Desarrollo (UDD).
El sicólogo explica que se puede presentar fobia escolar, rechazo hacia el colegio y aislamiento de sus pares: "Los amigos muchas veces son un factor protector. En este caso es paradojal para los chiquillos que son víctimas de acoso, porque tienen muy pocos amigos o no tienen".
Otros indicadores son evidencias como moretones en el cuerpo. También, el frecuente extravío de útiles escolares o que nunca tengan su colación.
No confundir
El especialista comenta que, en algunos casos, los padres pueden confundir una pelea o conflicto puntual de su hijo con que sea víctima de bullying.
"Cuando hablamos de acoso escolar nos referimos a un hecho o situación de abuso prolongado en el tiempo, que es sistemático, permanente y reforzado por el entorno", dice el investigador.
Montserrat Sepúlveda, sicopedagoga de la Red de salud UC Christus, comparte esta opinión: "El acoso o maltrato es reiterativo y abusivo. Los niños muchas veces se sienten vulnerados, avergonzados, sicológica y físicamente. Existen conductas reiterativas y matonescas".
Informar
Si los padres notan una conducta extraña en sus hijos o los alumnos le comunican que constantemente son molestados en clases, un primer paso es recurrir al establecimiento escolar: "Lo que más se recomienda es que la familia logre acercarse al colegio y entablar un trabajo. Hoy se habla de protocolos de bullying, de hecho la Ley de violencia escolar ayuda bastante".
El especialista recalca que los padres deben contar lo que detectaron y preguntar al profesor qué antecedentes tiene.
"El rol del colegio es súper importante en poder mediar y entablar un trabajo de levantamiento de información y definición del problema: ver qué está pasando y quiénes son los involucrados", comenta el académico.
El apoyo
A juicio de Varela, no es buena idea que la familia del niño víctima de bullying hable con los padres del supuesto agresor: "Eso genera un aumento del conflicto, porque la familia va a decir: 'No, mi hijo no es así. No hace esto. Estás equivocado'. De alguna manera, el conflicto se traslada a la familia completa y no sólo a los estudiantes".
Sepúlveda destaca, por su parte, que los padres deben dar contención a los niños: "Desde el minuto que te cuentan, hay que hacerles entender que uno los va a apoyar. Que no está solo. Nunca bajarle el perfil a lo que el niño cuenta".
Cambio de colegio
Una de las medidas que toman algunos padres es el cambio de colegio. Varela sostiene que esta alternativa debiera ser la última en evaluar.
"No es recomendable en primera instancia, porque es súper importante que el agresor pueda reparar lo que hizo con la víctima. En muchos casos los agresores no dimensionan lo que están haciendo en una situación de abuso. Si saco a la víctima, nadie aprendió nada", dice Varela.
De acuerdo al académico, "la víctima se queda con una sensación de desamparo: siendo doblemente victimizado. La están castigando por ser víctima de alguna manera. El agresor ve que lo que hizo no tiene consecuencias y el grupo curso mira esto y ve que la persona no puede defenderse y se tiene que ir". Sepúlveda dice que esta decisión puede tomarse cuando la postura del colegio frente al bullying no es la que se esperaba y el alumno sigue siendo agredido.
Ver especialistas
Varela añade que es útil recurrir a un especialista para apoyar al hijo: "Ayuda indudablemente, porque son chiquillos que lo pasan súper mal, sobre todo si la victimización se traduce en sintomatología: ansiedad o trastornos del sueño. Pero si eso no forma parte de una transformación más profunda del colegio, es súper difícil que haya un cambio, porque el estudiante vuelve al mismo contexto que genera el abuso".
"El acoso o maltrato es reiterativo y abusivo. Los niños muchas veces se sienten vulnerados, avergonzados, sicológica y físicamente"
Montserrat Sepúlveda, sicopedagoga"