Ultimo crimen en villa Marina 1 de El Quisco reaviva la sensación de miedo en los vecinos
Testimonios dan cuenta de las situaciones que abruman a los pobladores.
Tres días después de que un joven de 19 años murió baleado por otro sujeto en la Villa Marina 1, en el sector alto de El Quisco, un equipo de Diario El Líder recorrió las calles de esta población. En diálogo con varios vecinos, gran parte de ellos dice sentir miedo y, aunque acceden a hablar de la sensación de inseguridad que los aflige, pidieron encarecidamente que no divulguemos sus nombres.
Los residentes, que al mediodía del martes 1 de mayo aprovechaban el festivo para reunirse en familia, precisamente parecen advertir que este último hecho de sangre es un indicador de que algo está fallando en el sistema.
Algunos alegan que la villa avanza a ser estigmatizada por los sucesos policiales que han ocurrido, mientras otros simplemente piden que las autoridades se encarguen de desbaratar a los dos o tres grupos de "vecinos" que se dedican a la venta de droga y cuyos casos, según los testimonios, "todos saben quiénes son y en qué blocks están".
"Creo que por los niños debiera haber más seguridad y no existir drogadicción", afirmó una mujer que caminaba por la calle principal de la villa. Ella misma admitió que se vino desde Santiago para dejar en el olvido la violencia y que espera que no tenga que irse de El Quisco por la creciente inseguridad.
Diario El Líder también habló con amigos y familiares del joven asesinado el sábado pasado, Cristián Arteaga Castro. Ellos recalcaron que el crimen no tuvo como origen un ajuste de cuentas y resaltaron que el imputado por este hecho fue quien le anunció a la víctima que la iba a balear.
Otro crimen
Otra de las vecinas entrevistadas por El Líder recordó que en julio de 2016 un hombre colombiano fue acribillado de dos balazos en la puerta de su departamento en esta villa. "Esa familia llevaba cuatro días viviendo acá y llegaron a buscar al hombre porque tenían problemas con drogas", recordó.
Aquel crimen ocurrió a media tarde y muchos niños oyeron los disparos. Muchos de ellos vieron cómo la PDI acordonaba el sitio del suceso.
"Aquí es tranquilo pero los hechos que han ocurrido son violentos. Para nosotros esto es nuevo porque antes no se veían estas cosas", declaró esta vecina al referirse a los dos últimos homicidios. "La sensación que tenemos es de inseguridad porque estas cosas ya llegaron acá", añadió.
La misma mujer confirmó que en la villa operan dos organizaciones dedicadas a la venta de droga y que por eso está pensando en tomar otro rumbo. "Como madre me quiero ir de acá. Tenemos hijos a los cuales tengo que dejar sola cuando salgo a trabajar", confesó.
Para esta residente, los actos de los últimos días hablan por sí solos. "Usted sabe que todo es moda y como murió baleado este cabro (Arteaga), los amigos de él vinieron con pistolas a tirar balazos al aire, la misma noche del sábado. Entonces mi hijo y los niños estaban asustados y nosotros igual, porque esto es nuevo para nosotros. Esto no es común y no estamos acostumbrados a sentir balazos", expresó.
Idéntica visión tiene otra de las vecinas. "Ese día yo salí y dijeron que habían matado a una persona, pero no sé más. Vivo hace dos semanas acá pero con ese hecho me quiero puro ir porque dicen que está muy peligroso, que acá hay droga. No estoy acostumbrada a esto".
Otras dos residentes de Villa Marina 1 insistieron en que falta más presencia policial. "La gente sabe quién vende droga pero no hacen nada", aseguró una de ellas. Ambas creen que la población volvería a recuperar la tranquilidad si se eliminan los dos o tres focos donde se transan las sustancias ilícitas. "Acá vive gente buena y de trabajo", declaró una de estas mujeres que anhelan que las policías y las autoridades intervengan para controlar los problemas expuestos. "Esta villa se está estigmatizando gracias a tres o cuatro hechos que han pasado en ocho años", alegó otra dueña de casa.
Lo complejo de este panorama es que muchos propietarios de estos departamentos que, supuestamente eran personas de escasos recursos, han arrendado esos inmuebles sin poner atención a lo que hacen los arrendatarios. Así no es ilógico que dichas residencias caigan en manos de traficantes y violentos sujetos.
"Hoy la sociedad civil decente y trabajadora no quiere más soluciones de parche tales como alarmas comunitarias, pitos, bocinas, etc. Se necesitan políticas tan audaces como el actuar de los delincuentes", sostuvo el presidente de la Asociación de Vecinos de Punta de Tralca, Alfonso Ortiz, quien opinó sobre lo ocurrido en Marina 1.
"Hoy la sociedad civil decente y trabajadora no quiere más soluciones de parche",
Alfonso Ortiz"